- EL ERROR - PARTE 4/6 Esa era la noche. No podía posponerlo - TopicsExpress



          

- EL ERROR - PARTE 4/6 Esa era la noche. No podía posponerlo más tiempo.Pasó todo el día jugando con Karina, tratando de que el último día que estaría con ella fuera el más feliz de la niña. Se lo debía, después de todo ella le había mostrado que aún quedaba algo de humana en ella, por más que la sangre de Frida en sus venas se empeñara en hacerla olvidarse de eso. Pablo había hecho otro intento de alejarla de ella. Isabel estaba enterada de esto desde el principio. No pasaba nada en ese lugar sin que ella se diera cuenta de ello. Era tan fácil como leer las mentes de todos para saberlo. Bien, esa noche finalmente Pablo tendría lo que deseaba, pero no por sí mismo, sino porque para Isabel ya era demasiado peligroso seguir en ese lugar. —¿Recuerdas a tus padres? —La pregunta de Karina la tomó por sorpresa. Estaban ya acostadas cada una en su cama, casi era la hora de dormir. Isabel guardó silencio. No sabía cómo responder a eso. Hacía mucho que no pensaba en sus padres y en sus hermanas. ¿Vivirían ellas todavía? Esperaba que sí. Tenía la certeza de que sus padres estaban muertos. —Algunas veces —respondió finalmente—. Sé que mi padre me buscó hasta el final. Me enteré por los periódicos. —¿Te buscó? ¿Estás perdida? —Fui secuestrada. Eso fue hace mucho, no he visto ni vuelto a saber de mis padres en… mucho tiempo. —¡Díselo a la señorita Blanca! Seguro que ella te ayudara a encontrarlos. —No. Ya no es importante. Estoy segura de que ellos ya lo han superado. No puedo volver. Karina pareció querer discutir eso, sin embargo, las luces se apagaron indicando que era hora de dormir. —No creo que te hayan olvidado —susurró Karina—. Los padres nunca se olvidan de sus hijos. Deberías tratar de volver. Si yo pudiera ver a mis padres de nuevo lo haría; pero ellos están… muertos. Si tú aún puedes, regresa con ellos. Isabel cerró los ojos. —Lo haría, si pudiera. Karina ya se había dormido. El silencio era extraño esa noche. Isabel se dio cuenta de ello mientras mantenía la mirada fija en el techo de baldosas blancas, esperando que fuera el momento de marcharse. Lo había planeado desde que se había enterado de la “caza de brujas” organizada por el sacerdote. Saldría del orfanato a la media noche y se dirigiría hacia el sur de la ciudad, lejos de la parroquia que dirigía su persecutor. A unas cuantas calles había una casucha que pertenecía a un hombre anciano y alcohólico. Tenía pensado beber su sangre. Luego, con sus fuerzas renovadas por el alimento, se alejaría lo más posible de la ciudad. Si todo salía como debía, para cuando el sol despuntara en la mañana estaría muy lejos. Varias veces su mirada se dirigió a Karina. Esa noche la toz no la había atacado. Eso era bueno, no quería que se diera cuenta de que no estaba hasta la mañana. Aunque quería despedirse, sabía que le era imposible. Sus juegos de ese día habían sido, en cierta manera, su despedida. Su oído captó las suaves campanadas del reloj que había en la oficina de la directora. Las doce, era el momento. Con cuidado se incorporó y acomodó las almohadas de tal manera que hicieran bulto en la cama. Sabía que era un truco tonto, pero cualquiera cosa que le ayudara en su huida, por más absurda que fuera, era bienvenida. Antes de salir por la puerta hacia el pasillo volvió la mirada hacia Karina. La niña parecía algo agitada, pero no estaba despierta. Eso era bueno. Cerró la puerta y se dirigió hacia la puerta trasera. Un minuto después de que hubiera salido, Karina se incorporó de golpe. Acababa de tener una pesadilla horrible. Su mirada se posó en la cama de su amiga. De inmediato notó algo extraño. —Isabel —susurró. No obtuvo respuesta. Era extraño, siempre que despertaba a media noche por un mal sueño Isabel también estaba despierta. Según su amiga, le era muy difícil dormir, no lo hacía hasta muy entrada la madrugada. Se levantó con cuidado y caminó hacia la cama de Isabel. No tuvo que levantar las sabanas para saber que el lecho estaba vacío. “Otra vez salió”, se dijo. Estaba a punto de volver a su cama, pero en eso la distrajo un ruido afuera. Se asomó por la ventana y vio como Isabel salía por un hueco en la verja trasera del orfanato. Decidió seguirla... -_- Meel -_-
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 15:25:31 +0000

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