- Gran Guerra de Wonderland, parte 7 ~ Demonio Justiciero ~ - La batalla ya se había hecho presente hasta en el último rincón del planeta, las tropas competían y daban sus vidas cada uno por una causa, por un fin... Uno más noble que otro, pero un fin a pesar de todo. Dorian, no era distinto a todo aquello, él también perseguía un fin, y era volver a casa, al Devil May Cry, con el relato de cómo pateó traseros oscuros con estilo, con un estilo digno de aquél quién ya se había ganado un reconocido puesto como el Hijo del Legendario Sparda, aquél demonio que apoyaba a los humanos, aquél demonio con el control de maravillosos poderes que le volvían prácticamente invencible. Dorian Romanov no podía evitar el buscar hacerse un nombre también en Wonderland, el ser conocido, temido y respetado allá a donde iba era una de sus principales características, el alimento de su ya muy inflado ego. Aunque, ese ego estaba inflado con sus más justos motivos. Y aunque lo suyo no era montar en caballo, ahí iba él, el encargado de defender la entrada sur de los bosques pertenecientes a la poderosa raza de los elfos nocturnos, cómo no, apoyado por éstos mismos, sus hermanos, los elfos sanguinaros, y los que alguna vez fueron sus mortales enemigos, los orcos y los humanos. La magia y la fuerza combinadas en la armada que le habían concedido a Dorian era sin duda espectacular, pero cómo no, él se hacía destacar yendo a la delantera, queriendo llevarse la primera sangre para él, como trofeo. Rebellion estaba siendo utilizada a modo de fusta, sus ojos brillaban con esa emoción que radiaba cuasi en lo infantil, en su loco avanzar hacia una cruzada contra cientos, miles de enemigos que cubrían el horizonte como una inmensa mancha negra de petróleo se apoderaba del azul de los mares... Y aquello, intimidó a la avanzadilla de la tropa de Starkiller, quién sería el general que enfrentaría a Dorian. Dorian siempre fue la oveja negra que escapó de redil, aquél que iba en contra de todo lo establecido, contra todo lo que algunos consideraban lógico. Y la sangre de su rival empezó a manchar el filo de Rebellion, luego de que arrasara con éste al atravesarle el abdomen con la inmensa espada, para luego ponerse de pie sobre la espalda del caballo que todavía corría entre el mar de enemigos, con tal de tomar impulso, saltar estando sobre éste, y empezar a combatir contra todo enemigo que saltase a su encuentro. Su velocidad era de vértigo, tanto que cada ser que buscaba atravesarle con sus armas, encontraba la más maravillosa muerte al ser partido por la espada de Dorian, y la velocidad iba aumentando más y más a medida que lanzaba golpes, sin importarle ignorar las normas de la gravedad, girando sobre sí mismo en el aire para defenderse de los que atacaban por detrás, dando otro giro más para cubrirse de los que atacaban por la izquierda, por la derecha, por delante... Ningún enemigo lograba herirle, menos aún cuando Lucifer, una de las armas que el demonio con ese nombre en persona le había concedido, apareció en sus manos, materializando afiladas dagas rojizas a montones, lanzándolas a con esa velocidad propia de Dorian, extremadamente rápido, a pesar de que Oleg lo era más... Algún día él superaría la velocidad de su hermano, estaba seguro de ello. Las dagas que él materializaba se clavaban mortales en todo ser que se acercaba al demonio, y era increíble ver la manera en que Dorian cambiaba entre sus diversas Demonarmas para mantener el combate vivo. Su gran repertorio se hizo presente, lo lució y sin tocar el suelo ni una sola vez, hasta que llegó a Beowulf, y la batalla cambió por completo al tornarse una pelea cuerpo a cuerpo. Patadas, puños, golpes de tremenda energía luminosa. Dorian se había convertido en un arma humana mientras luchaba en el centro de aquella inmensa tropa, la cual había perdido la concentración en los soldados de Wonderland que miraban sorprendidos todo lo que un demonio podía llegar a hacer él solo... Hasta que decidieron avanzar para darle apoyo, demostrando que ellos también defenderían su hogar. Como Devil había dicho, la batalla era hasta la muerte. Y los atentos ojos de Starkiller observaban tranquilamente el caos que Dorian era capaz de formar, con una sonrisa que solo podía indicar la maldad del ser que había nacido de la más profunda oscuridad del corazón del Jedi Krey Houssen. Ansiaba tanto entrar en batalla, pero a su vez prefería analizar al enemigo primero, mientras mejor le conociese, mejor sabría el modo de derrotarle, y por lo visto, en cuánto a asuntos de velocidad estaban bastante igualados, por lo que su superioridad se demostraría en la fuerza, y en la batalla a distancia, la cual Dorian también manejaba bien, lo demostró con Lucifer y con Ebony & Ivory, las pistolas gemelas que contuvieron excelentemente al círculo de enemigos que se había formado a su alrededor. Sin duda las balas mágicas eran temibles, dolorosas para todo ser al que tocaban, y por gracia del Romanov, sólo eran enemigos. Pero... ¿Sería así para siempre?, ¿cómo es que los Wonderlanos estaban ganando y resistiendo con tanta facilidad a la armada de Takuma?... Algo no marchaba bien... No... No todo podía ser tan fácil...
Posted on: Tue, 26 Nov 2013 03:43:24 +0000
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