- Querido Lobo II. ENCUENTRO: Cuando contempló por vez primera - TopicsExpress



          

- Querido Lobo II. ENCUENTRO: Cuando contempló por vez primera el intenso brillo de aquella melancólica y gris mirada supo que, al fin, le tenía frente a ella. No mostró dudas en ningún momento… Su presencia despuntaba, con luz propia, entre toda aquella marabunta de comunes seres que, ignorantes de su desdicha, se preocupaban por sus cotidianos quehaceres sin reparar en vacío insondable de sus fútiles existencias. Pero él era diferente, fascinante, hipnótico. Una de esas extraordinarias criaturas, gratificada con el excelso don de la comunicación abierta hacia otros semejantes sin necesidad de recurrir a la formación de artificiosas madejas de palabras. El tiempo se detuvo in situ. Durante aquel conciso lapso de, quien sabe, si horas o solo minutos, nada más parecía existir. Los continuos murmullos provenientes del estrepitoso bullicio se tornaron ecos del más prodigado silencio y el mundo, conmovido ante el dramatismo de aquella vibrante escena, dejó de girar para no empañar la imagen del perpetuo momento… Avanzó, lentamente, haciendo caso omiso a cuanto la rodeaba. Sorteando a aquella cotidiana plebe que, despreocupada, deambulaba como alma errante por las entrañas del intrincado laberinto de desproporcionadas dimensiones. Su pulso se aceleraba peligrosamente cuanto más patente sentía el roce de la proximidad. Tenía el pecho tan desbordado que se atrevió a pensar, seriamente, que el corazón iba a salírsele por la boca de un momento a otro. Su agitada respiración y el acusado titubeo de sus piernas le provocaban un temor tan feroz a sentirse una parodia de sí misma que, sumida en dudosas tribulaciones, se planteó dar media vuelta y comenzar una vertiginosa carrera sin destino fijo cuyo único propósito consistiría en ocultarla de las indiscretas miradas de algunos curiosos transeúntes. Pero era tal el subyugante frenesí que experimentó cuando por fin le tuvo frente a ella que, de forma ineludible, olvidó la totalidad de sus resquemores y se dejó arrastrar por el vehemente efluvio de emociones que le corroían las entrañas y la conducían hasta los límites de delirante paroxismo y alborozada demencia. No era dueña ya de su ser, ni consciente en modo alguno de sus actos o palabras: Tan solo un alma entregada a los forzosos dictados de su excitada conciencia… _-Killer-_
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 02:34:16 +0000

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