“Ahora mismo todos están enfocados hacia la eliminación de Mu - TopicsExpress



          

“Ahora mismo todos están enfocados hacia la eliminación de Mu Barack, pero ésta es solo la primera escena de un drama que tiene que ser representado” (H. Kissinger) Parece claro que EE.UU. está representando una gran farsa en Egipto. La preocupación de EE.UU. por Egipto es histórica, no solo porque es un país mediterráneo, a caballo entre África y Oriente Medio y, por tanto, de suma importancia estratégica y paso para el comercio y el flujo mundial de petróleo, sino también porque es vecino de Israel, y este país anda agazapado detrás de cualquier decisión sobre Egipto. El sociólogo Enrique Muñoz Gamarra afirma con rotundidad que Y realiza un breve repaso sobre la historia reciente de este país: Complementando lo expuesto por Muñoz Gamarra, en las elecciones del 28 de noviembre de 2010, Hosni Mubarak (menos dictador de lo que nos pintan) volvió a arrasar en la primera vuelta electoral dejando fuera al Partido de la Justicia y la Libertad (HM), principal grupo de oposición islamista. El 24 de junio de 2012, después de que se negara a las imposiciones de EE.UU., que querían su aprobación -sin contar con el Parlamento- para establecer bases militares en Egipto, se vió obligado a renunciar al cargo. En los comicios electorales, en un proceso plagado de irregularidades, resultó electo el candidato del Partido de la Justicia y la Libertad (Hermanos Musulmanes), Mohamed Morsi, que tardó poco en disolver la Asamblea Constituyente por la Corte Suprema, concentrando en sus manos los poderes ejecutivo y legislativo. Esta circunstancia, unida a la acuciante crisis económica del país, desató un creciente malestar entre los sectores liberales y revolucionarios, que consideraron que se había reforzado el presidencialismo y que el PJL se había instalado en una situación cuasi monopolística en la escena política. Pero también es cierto que Mursi actuó de mediador para el logro de un pacto de reconciliación entre los movimientos palestinos de Al Fatah y Hamas, lo que no gustó nada a Israel. No obstante, el errático gobierno de Mursi continuó con su itinerario preestablecido, dotó de poderes extraordinarios al ejército para que pudiera detener a civiles y rompió relaciones diplomáticas con Siria, mientras más de 32 millones de egipcios salían a la calle pidiendo su dimisión. El movimiento Tamarod (Rebelión en árabe) que englobaría a liberales, socialistas nasseristas y demócratas laicos, agrupados bajo la plataforma del “30 de junio”, presentó su petición de dimisión del presidente, así como la de devolver a la revolución egipcia a su punto de partida, incluyendo exigencias como la formación de un gobierno interino de tecnócratas, la disolución del Senado controlado por los islamistas y la formación de un comité de sabios que redactara una nueva Constitución previo a la celebración de nuevas elecciones. Con fecha 3 de julio el Presidente Mohamed Mursi fue destituido y arrestado por el ejército, en lo que era un claro golpe de estado. Se rompía el sueño largamente acariciado por los HM de implantar un IV Califato con sede en Egipto. Dada la extraordinaria influencia de los EE.UU. en las fuerzas armadas egipcias, la lectura es que EE.UU, ha eliminado del mapa político a los Hermanos Musulmanes -y a Mohamed Mursi- mientras, a otros niveles, dejaban caer a Qatar, que los financiaba. Pero han reforzado aún más los vínculos que vienen manteniendo con el régimen feudal de Arabia Saudí (que, como Qatar, financia el terrorismo). Tras el fracaso de la cumbre de “Amigos” de Siria, celebrada en Doha, a la que solo asistieron once países -contando el anfitrión- de los 121 convocados, Qatar ya se había convertido en perdedor. Pese a la extraordinaria ayuda que (Qatar-Hermanos Musulmanes) ha prestado al lobby anglojudeoamericano en Libia y que viene prestándole en Siria (países ambos anegados en sangre de miles de víctimas de los HM), Qatar ya no les resulta útil y lo han dejado fuera de juego. Fundados en Egipto en 1928 por Hassan al Banna, los Hermanos Musulmanes se han mantenido ligados a los servicios de inteligencia británicos a lo largo del tiempo sin perder de vista el objetivo de la implantación de un estado islámico basado en la sharia, ya que no creen en el estado nación ni en la soberanía del estado. Son la matriz de los movimientos salafistas y takfiristas que trabajan con la CIA, responsables de la creación de Al Qaeda. Todo ello de la mano de Qatar. Los Hermanos Musulmanes egipcios han acusado a Washington de ser "cómplice" del golpe militar que depuso al presidente islamista Mohamed Mursi y de apoyar "la tiranía y la dictadura" en Egipto, mientras Barack Obama realiza malabarismos verbales para no hablar de golpe de estado. Y es que aunque la Ley General Presupuestaria de los EE.UU. no permite ayudar económicamente al golpismo, la ayuda militar a Egipto por parte de los EE.UU. ha sido de 1.300 millones de dólares en 2013 y cubre cerca de 80% de las compras anuales de equipamientos del Ejército. Estados Unidos financia contratos escalonados a varios años con fabricantes estadounidenses, sobre todo de carros y aviones caza. Actualmente Egipto dispone, entre otro tipo de armamento, de 1130 unidades de tanques Abrams. Además de 500 tanques T-54/55, T-62 550, T-80 34, 260 Ramsés II y 1435 Patton M60 (La verdad es que no sabemos quien paga a quien) Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos han apoyado al nuevo gobierno egipcio, otorgándole financiación por 8.000 millones de dólares, sumándose Kuwait con otros 4.000 millones. Más o menos la financiación que el Gobierno de Mursi recibió de Qatar. Pero detrás de todo está Israel, que necesita al Ejército egipcio como muro de contención frente a grupos radicales. Egipto es un país clave para la seguridad de Israel y para sus planes en toda la región, y el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas es más poderoso, estable y seguro garante del estado que un gobierno de los Hermanos Musulmanes. Pero no todos consideran que en Egipto se ha dado un golpe de estado. “El ejército ha llevado a la práctica el deseo del pueblo, que lo ha expresado durante los últimos días con millones de firmas y amplias manifestaciones en El Cairo y en todo el país”, han afirmado insistentemente desde distintos sectores sociales y políticos egipcios. Mientras que en los países que han padecido el yugo de los H.M., desde Libia hasta Egipto pasando por Túnez los pueblos se han volcado en grandes manifestaciones de júbilo. En esta misma línea, Salah Adli, Secretario General del Partido Comunista de Egipto ha declarado que el movimiento que ha derribado al presidente Mohamad Mursi de su cargo no ha sido un golpe de Estado militar sino una Revolución hecha por el pueblo para deshacerse de un régimen fascista. La Unión Europea no se plantea por el momento suspender sus ayudas a Egipto y subraya que su principal prioridad es impulsar un rápido restablecimiento del orden democrático. Las fuerzas armadas, teledirigidas por los EE.UU. (e Israel), son un poder fáctico en Egipto, un gran lobby propietario de medios de comunicación, empresas constructoras, hoteles... Y también son un reflejo de su pueblo, con sus divisiones: castas elitistas... y nasseristas, islamistas, panafricanistas, populares... Pero, como dice aquella expresión castiza: quien paga manda. Todo hace suponer que los mismos poderes que han derrocado a Mohamed Mursi han apostado ahora por Adly Mansour, con la finalidad de que convoque un proceso -o una farsa- electoral, en un país con la población muy dividida. Han cambiado de pareja en mitad del baile, pero no van a soltar el bocado de Egipto. Conviene mantener bien abiertos los ojos sobre lo que acontece en Egipto, y no echar las campanas al vuelo, porque en esta tierra de faraones EE.UU e Israel están jugando una importante partida en la que no están dispuestos a permitir que se abra paso ninguna alternativa política que no sea la que mejor favorezca a sus intereses. 7 de agosto de 2013
Posted on: Thu, 08 Aug 2013 23:02:23 +0000

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