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..."Al consultar acerca de un tema muy importante, pero más complicado, como la diferencia entre interés simple e interés compuesto, 8 de cada 10 encuestados dijeron no conocerla; incluso en el grupo medio-alto y alto, el desconocimiento superó el 50%." DIARIO FINANCIERO POR QUE ES NECESARIOS TENER CONOCIMIENTOS FINANCIEROS Hugo Lavados. Diversos estudios han mostrado que gran parte de nuestra población tiene un bajo nivel de conocimientos para entender adecuadamente las condiciones esenciales de los servicios financieros, especialmente en el caso de operaciones de crédito. La gran mayoría no comprende la información que recibe, porque al no saber las definiciones de los conceptos utilizados, es como si la comunicación fuese en otro idioma. Posiblemente por eso, no se interesa en obtenerla. Los resultados que obtuvimos en una encuesta que hicimos en Ingeniería Comercial de la USS, nos mostraron un nivel más bajo al esperado. Se puede graficar con dos ejemplos: al preguntarse sobre el uso de tarjetas de crédito y créditos de consumo, la mitad de las personas de los grupos socioeconómicos medio bajo y bajo, dijeron que no entendían la diferencia entre interés mensual o anual. Al consultar acerca de un tema muy importante, pero más complicado, como la diferencia entre interés simple e interés compuesto, 8 de cada 10 encuestados dijeron no conocerla; incluso en el grupo medio-alto y alto, el desconocimiento superó el 50%. No cabe duda que en algunos casos las instituciones financieras utilizan a su favor la llamada asimetría de información, que se produce porque quien presta un servicio financiero, siempre conoce mejor que los consumidores las características de los servicios. Usualmente, esto se trata de corregir regulando la información que las instituciones de crédito deben entregar, haciendo el mercado más transparente. En Chile esa regulación ha otorgado cada vez más antecedentes a los usuarios para que, según se pretende, sea posible conocer el “producto” y elegir mejor entre las distintas ofertas. Sin embargo, parece que en gran medida la información adicional que se entrega no está siendo comprendida por los consumidores. No hace mucho tiempo se reguló para incorporar información sobre la Carga Anual Equivalente (CAE), que se generó al constatarse que la información inicial sobre comisiones y otros cobros era confusa o incompleta. Al preguntar si la persona entiende la diferencia entre la tasa de interés de un crédito y el CAE, solo un 17% declaró entenderla, aunque se planteó como un factor básico para comparar entre créditos. Con frecuencia los medios de comunicación presentan casos de personas que no han podido cumplir con el pago de sus deudas, señalando como una razón las “condiciones abusivas”, lo que a menudo se produce porque la persona que recibió ese crédito desconocía las características y condiciones del mismo y se sorprende al constatar el incremento de la deuda impaga. No entienden cómo actúa la tasa de interés, comisiones ni recargos por morosidad. Los consumidores no entienden o no se interesan en comprender esos conceptos; de ahí a interpretar todo como abuso, hay un paso. El verdadero problema son los ingresos insuficientes respecto de lo que se requiere gastar, y no el crédito, lo que se confunde al decir “necesitaba el dinero y bajo estas condiciones no puedo pagar”. La comprensible angustia ante una necesidad y lo injusto que puede parecer la situación no necesariamente es atribuible a los acreedores, salvo que no cumplan las regulaciones y efectivamente abusen. Para mejorar es necesario elevar el alfabetismo financiero, junto con promover cambios en la conducta de los consumidores, que en muy pocos casos se informan, en parte por irresponsabilidad o porque no comprenden los conceptos de los contratos de crédito. Junto a ello, es evidente que las instituciones financieras deberían explicar mejor sus condiciones y no tener “letra chica” ni cometer irregularidades o abusos. Por su parte el Estado tiene que perfeccionar sus regulaciones de información, fiscalizando mejor su cumplimiento, partiendo de la base que a las personas les resulta muy difícil comprenderlas. Junto a lo anterior, el sector público y el sector privado deberían incrementar sustancialmente los esfuerzos en materias de educación financiera, de modo que el mercado funcione con menos asimetrías y mayor responsabilidad de todos. Hasta ahora, en la práctica, la transparencia brilla por su ausencia.
Posted on: Sat, 17 Aug 2013 00:39:08 +0000

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