¡Basta ya! Guillermo Pérez | 03 de agosto de 2013 El Grupo - TopicsExpress



          

¡Basta ya! Guillermo Pérez | 03 de agosto de 2013 El Grupo de Memoria Histórica dio a conocer documento que desnuda la parte más oscura de nuestro pasado: la violencia desde 1958 hasta nuestros días, que deja como saldo nada menos que 220 mil muertos, que pertenecen a todos los estratos sociales y a la totalidad de nuestra población, desde campesinos y obreros hasta policías, soldados, guerrilleros y paracos. Es el saldo trágico de una guerra civil que comprende desde el inicio del Frente nacional hasta hoy, pero comete olvido imperdonable: deja por fuera nada menos que los primeros nueve años desde el momento en que el liberalismo perdió las elecciones que llevaron al poder a Mariano Ospina Pérez, uno de los grandes responsables de la oscura página de la violencia, que según los lideres rojos, arrojó saldo superior a las 300 mil víctimas y la destrucción de muchas poblaciones donde todavía no se puede cumplir el deseo del expresidente Darío Echandía: pescar de noche. Al hacer entrega del informe, el presidente Juan Manuel Santos que quiere pasar a la historia como el mandatario que logró la paz, dijo verdad irrefutable: la verdad es la mejor forma de resarcir a las víctimas de más de 50 años de guerra, para evitar que el dolor de estas personas pase al olvido. Santos fue más allá en su defensa de la verdad histórica y sostuvo: ‘’no podemos permitir que los crímenes y el sufrimiento sigan sucediendo. Debemos reconocer que tocamos fondo y que la guerra se deshumanizó y nos deshumanizó’’. Obviamente, defendió la necesidad de que todos los colombianos conozcamos la verdad y saber qué pasó en nuestros campos y ciudades. La verdad ha estado ausente de nuestra historia, hasta el punto de que esta es la hora en que no sabemos quién mandó matar a Gaitán o quién mató a Álvaro Gómez. La entrega del informe coincidió con las conversaciones de paz que se cumplen en Cuba y han sido objeto de la más agria oposición por parte de la derecha que encabezan por un lado el expresidente Álvaro Uribe y por el otro el procurador Ordóñez, quien anda en descarada campaña electoral, a pasar de que no tuvo el valor de retirarse del cargo y lanzarse al charco de la política. Una cosa es hablar sin problemas con escoltas pagados por el Estado y otra muy diferente arriesgarse a los peligros de la plaza pública. Como corolario del informe, el presidente Santos reiteró su defensa al proceso de paz, en desarrollo del cual es necesario que el país acepte la discusión sobre la fórmula que le permita a la guerrilla hacer política e integrarse a la legalidad, algo que precisamente tiene muy preocupados a quienes consideran que se está abriendo la puerta a unas fuerzas ilegales que no respetan las reglas de juego de una democracia y son un peligro para las instituciones. Esa misma actitud fue la que produjo el exterminio de la UP, un partido político que había reunido a las fuerzas de izquierda y que fue perseguido como si se tratara de un ratón de panadería, hasta el punto de que no quedó casi ninguno de sus militantes. Hace pocos días el Consejo de Estado le devolvió su personería al reconocer que sus militantes habían sido de un genocidio, similar al que afrontaron los judíos a manos de los nazis. Si eso no hubiera ocurrido nos habríamos ahorrado muchos muertos pues la extrema izquierda llegó a la conclusión de que no se podía ingresar a la legalidad pues el precio era perder la vida. Fue una estupidez de la derecha. Santos, en audiencia pública ante la Corte Suprema hizo una confesión que era necesaria desde hace muchos años: reconoció que el Estado ha sido responsable de la violencia, en algunos casos por omisión y en otros por acción directa de algunos agentes del mismo Estado, que cometieron graves violaciones de los derechos humanos e infracciones del DIH ocurridas a lo largo de estos 50 años de conflicto armado. Estas últimas palabras desataron la furia de Álvaro Uribe, quien se niega a reconocer que aquí ha habido una guerra civil, pues su intención es hacer política con la teoría de que lo que existe es una amenaza de ‘’los terroristas’’, sus enemigos políticos, la guerrilla. Este fue otro motivo de enfrentamiento entre los dos últimos mandatarios, que pasaron de amigos íntimos a enemigos irreconciliables. La última pedrada en el camino del odio fue la afirmación de Santos de que hay intereses económicos para mantener la guerra, que ha llenado los bolsillos de los comerciantes de armas. Precisamente se anunció que en próximos días llegarán 50 aviones robot ¿Su costo? Varios millones de dólares. ¿Quién se beneficia? Esa es la pregunta del millón. GPT
Posted on: Sat, 03 Aug 2013 12:55:37 +0000

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