"...De nuevo al trabajo, una y otra vez la misma rutina, saludar a - TopicsExpress



          

"...De nuevo al trabajo, una y otra vez la misma rutina, saludar a todos; .-..-¿Cómo está, señorita, como le fue? oiga usted se ve muy bien hoy, cada día se ve usted más bella, buenos día, buenos días, y asi saludando a todos, a algunos con un buen apretón de manos, a otros solo haciendo un ademán con la palma de la mano, para algunas -eran las menos- un beso en la mejilla y oler el perfume que portaban. Y mirar esa silla detrás del escritorio ocupada por aquella mujer regordeta y blanca, con el pelo teñido, de un castaño despintado que por la edad de ella no se impregnaba bien al pelo, no había certeza de cuantas veces lo ha pintado. Que diferencia en porte, elegancia, belleza, actitud y sonrisa, que "ella" tenía, aún en la tarde después del trajín de la oficina. Atender a los solicitantes necios, a los compañeros y compañeras que sin ningún problema como el que a él le aquejaba, sonreían con displicencia y gozaban de su bien remunerado salario. Algo le molestaba de todo esto, tal vez era su enfermedad, contraída hace meses en el aquel lugar, esa enfermedad de la que no podía hablar y que ningún medico le daba esperanza de curarla. En unos meses, cuando todo esto terminara y estuviera libre, libre del trabajo, del dolor, de la opresión en pecho, de la necesidad de estar ahí, en ese ambiente hostil, del que sólo había una salida, una única salida para calmar ese dolor infernal, esa salida, la sabía muy bien, la conocía al detalle, la había madurado durante meses, sabía a la perfección que iría a pasar, cuales eran las consecuencias de su descuido, sabía ciencia cierta como terminaría todo, y después que todo eso pasara; solo habría paz, una paz eterna, pero de eso ni siquiera estaba seguro, tal vez sería una paz efímera, si, efímera, después del final, se decía; -¿Acaso no es paradójico, que después del final, no se sabe qué pueda pasar?.- No deseaba nada, estaba harto de sufrir, de no gritarle al mundo que sentía mal, que lloraba por las noches, que recordaba tanto y tanto, y que la vida se le iba en ello, Que no había cura para ese mal. Él, como todo humano era susceptible al dolor y ahora, después de alardear que a él no le pasaría, que no adquiriría esa enfermedad, en un descuido, sin pensarlo, se infectó del mal, y lo peor -pensaba- era que estaba consciente, supo desde el inicio, que había jugado a la ruleta rusa, al estar con ella aquella primera vez. Ya no se culpaba, no tenía caso lamentarse, ni siquiera la culpaba, -¿para qué?-, había pasado, y estas eran las consecuencias, pronto, más temprano que tarde, el final llegaría, de una u otra forma, lo esperaba, esperaba la sentencia, inclinando la cabeza, como quien espera en el cuello ese hachazo mortal. Ya había llorado tanto, no era necesario seguir llorando, era necesario estar tranquilo, con la mente alerta, con la frente en alto, y afrontar el inevitable final, cada día más cerca..."
Posted on: Fri, 06 Sep 2013 04:21:07 +0000

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