“El sábado entró como de costumbre a la sinagoga” (Lc 4, 16-30.) Hay gente que dice que Jesús no era religioso y este pasaje lo desmiente completamente. Jesús, como buen judío, asistía todos los sábados a la sinagoga, hacía las lecturas –como hacemos hoy en Misa– y las comentaba. También participaba en las fiestas de su religión. A nosotros Dios no nos pide nada que Él no haya estado dispuesto a hacer en carne humana. Aguantar hambre, cansancio y persecuciones; ir a la Iglesia, leer las Escrituras, meditarlas, todo lo que Él nos pide lo hizo, sin utilizar ningún poder especial, como simple humano “hijo de José” sólo para demostrarnos que sí se puede. Nuestras ceremonias y privaciones son ahora un poco distintas, mucho más fáciles de llevar, así que no tenemos ninguna excusa para decir “yo no puedo hacer eso”. El ejemplo de hoy: Los mártires de septiembre. Del 2 al 7 de septiembre de 1742, cientos de sacerdotes y más de mil laicos fueron asesinados durante la Revolución Francesa por turbas enfurecidas, sin razón aparente. Lo mismo ocurre hoy en países islamistas. Pidamos a Dios por la paz y porque reciba en el cielo estas almas mártires de la fe que nosotros gozamos en libertad.
Posted on: Mon, 02 Sep 2013 13:12:10 +0000