#EspecialDeTerror-#Creepypastas 1/10 Siempre están ahí. - TopicsExpress



          

#EspecialDeTerror-#Creepypastas 1/10 Siempre están ahí. Mirándome fijamente. Sus vacios ojos se pierden en la eternidad. He ahí la colección de muñecas de porcelana perteneciente a mi madre. Años atrás, cuando el testamento fue leído, me sentí agradecido al ver como aquel blanco departamento y todas las cosas habidas en él pasaban directamente a ser de mi propiedad. No me importaron las muñecas. La casa de mi madre me pertenecía. Aquel día llegué cansado del trabajo. Abrí la puerta y entre cumpliendo con esa rutina de hace años. Las repisas llenas de ojos vigilaron mis pasos. A pesar de las blancas paredes me sentía inmerso en la penumbra absoluta. Me dirigí a la cocina y calenté mi cena en el horno de microondas. Entonces, comenzó. Aquel recipiente salió disparado en cuanto intenté tomarlo, de no ser por mis lentes, la comida hubiera caído en mis ojos. Molesto, decidí tomar una ducha, tal vez después de relajarme pediría algo de comida por teléfono. El agua caliente fue alivio para el cuerpo cansado. Borrando los restos de la cena, cerré los ojos. Escuchaba el susurro del agua al caer en los pulcros mosaicos. Una voz. Apresuradamente abro los ojos y volteo a mí alrededor. Nada ni nadie. Un largo escalofrío me recorre la espina mientras el frio invade mi espalda. Mi nuca es aguijoneada por miles de avispas y mi cabello se eriza. Estiro la mano para alcanzar la toalla pero de pronto esta cae a mis pies, la temperatura desciende bruscamente. ¿El aire? La ventana está cerrada. ¿La toalla simplemente cayó frente a mí? El toallero está a un metro. Apresuradamente e ignorando las punzadas de mi espalda salgo de ése lugar. Llego al cuarto donde las muñecas ríen. Me voy a dormir. Despierto al otro día. Y el siguiente a este. Así durante siete días. Esta última semana mi vida se ha visto interrumpida por una serie de sucesos extraños. Las puertas del armario cierran en mis dedos. Las llaves desaparecen. La comida vuela. El frío en la espalda. Las risas. Las miradas. Los intentos de mantener sobre mí esas cobijas que son haladas por fuerzas extrañas. Esos pasos junto a mi cama. Ese pesar que se recuesta sobre mí después de juguetear brincando a los lados de aquel tembloroso pedazo de carne que he de llamar cuerpo. Y ellas siguen mirando. Ojos vacios. -Dicen que hallaron el cuerpo de un joven en ese apartamento- dice una vecina curiosa a otra. Aquel experimentado detective apaga el cigarro justo antes de pasar a la escena del crimen. Al entrar al cuarto sus ojos se dirigen hacia unas piernas arqueadas suspendidas. El rictus mortis muestra una sonrisa en cuyo reflejo es la locura absoluta. El cadáver se mece un poco por el movimiento de los oficiales al recoger pistas. No hay carta póstuma. No hay marcas de forcejeo. Sólo esos ojos que los miran hacia abajo, esos ojos vacios. Como los de una muñeca. Su estomago se detiene justo en la garganta. Se lleva un pañuelo a la boca y por primera vez se fijo en aquella extraña colección. En especial esa muñeca. Esos ojos vacios que destellan en color fuego, esa sonrisa perteneciente a esbirros infernales. – ¡Salgan de aquí! - gritó a todos sin perder de vista aquella expresión demoniaca. Mientras salen ella se mueve y se carcajea. Al cerrar la puerta uno de los subordinados le hace señas. Debajo del umbral de la puerta hay un mosaico suelto. Lo levantan y sus temores se hicieron realidad. Una cruz de tierra con sal en el centro. –No era una muñeca mi jefe- dice uno de los oficiales más humildes. –Es un duende. El caso fue cerrado, Suicido en letras grandes. Nunca más volvieron al lugar. Pero aun por las noches, justo cuando la obscuridad se apodera de mi recamara. Resuena entre ecos esa carcajada y veo frente a mí el fulgor de los ojos de sangre. +10 likes y continúo:3 ~김용라.
Posted on: Fri, 26 Jul 2013 23:44:47 +0000

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