“Generamos Vitaminas y Veneno” por Javier de la Casa. - TopicsExpress



          

“Generamos Vitaminas y Veneno” por Javier de la Casa. (04.Julio.2013) Funcionamos a base de sustancias químicas ordenadas desde nuestro cerebro, y que son las que hacen que nuestro cuerpo reaccione ante cada situación: la dopamina, la serotonina, la noradrenalina, el cortisol, la oxitocina, la vasopresina,… todas ellas actúan ante situaciones de respuesta como el miedo, el enamoramiento, la ira, la tranquilidad, la preocupación, el desconcierto, la agresión, la defensa, etc. Para cada reacción que nuestro cerebro decide que debe hacer, genera y estimula una sustancia, o varias, que hacen que reaccionemos. Pensemos en la transformación que experimentamos ante un accidente, o una persona que sufre una caída, para intentar auxiliarla. Se pone en marcha de inmediato nuestro estado de alerta: aguzamos la vista y el oído, valoramos la situación, nuestros músculos se tensan, corremos, buscamos ayuda, el corazón y el pulso se aceleran, el instinto de conservación se activa,… Y todo esto suele suceder en milésimas de segundo: es nuestro instinto que nos hace reaccionar de forma rápida ante una situación de emergencia,… o de enamoramiento,… o quizás de ira. Para cada emoción hay una reacción perfectamente sincronizada desde nuestro sistema cerebral, y que está relacionada con nuestra capacidad de instinto y de razonamiento, para establecer cual ha de ser nuestra forma de actuar. Pues bien, en otro sentido los científicos nos recuerdan la importancia que tienen determinadas relaciones en la calidad de nuestra forma de vivir. Y en este caso hago me refiero en especial a las ”buenas” y a las ”malas” relaciones interpersonales. Para expresarlo de forma simple, podríamos decir que las “buenas relaciones interpersonales” son para nosotros como las vitaminas: nos regeneran, nos satisfacen, nos hacen sentir bien, y nos llenan. Y resulta que además influyen sobre nuestro sistema vascular e inmunológico. En el terreno contrario, las “malas relaciones interpersonales” actúan en nosotros como un veneno: nos desestabilizan, nos hacen sentir mal, nos obsesionan, nos preocupan,… Pongamos como ejemplo, la ira, la preocupación, el rencor, la envidia, los celos, la soberbia, la prepotencia,… Está demostrado que cuando nuestras sensaciones son buenas o positivas, nuestras reacciones repercuten también en nuestro estado físico y anímico: nos sentimos calmados, tranquilos, placenteros, amables,… y nuestras células también. Por eso los cirujanos afirman que ”un enfermo positivo y optimista, tiene una recuperación más rápida que uno negativo y depresivo”. Y es que el cuerpo no deja de ser un todo, que funciona coordinadamente para lo bueno y para lo malo. Hay un término en medicina denominado “apoptosis” que ha demostrado que cuando las células inmunológicas de nuestro cuerpo consideran que su labor de defensa no es efectiva, deciden dejar de luchar, y se extinguen. Y entonces, aparece la enfermedad. Quizás este sea un tema de interés para invertir en él unos minutos de reflexión, y para hacer lo posible para conseguir sentirnos bien con nosotros mismos, y con los demás. Nuestro cuerpo y nuestro espíritu, no solo nos lo agradecerá, sino que nos gratificará.
Posted on: Fri, 05 Jul 2013 08:52:26 +0000

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