“Hibierno” por Javier de la Casa. (19.Julio.2013) Yo - TopicsExpress



          

“Hibierno” por Javier de la Casa. (19.Julio.2013) Yo tendría unos 12 años, y recuerdo que mi padre escribía una carta a su hermano. Siempre admiré su caligrafía; bien elaborada, mismo tamaño, letra menuda, recta, con estilo, grácil, artística, y hecha con una plumilla “inglesa” encajada en su mango de madera, y que con acierto sumergía en un tintero de tinta azul oscura. Yo le miraba sentado a su lado, e iba leyendo y adivinando lo que escribía. De repente algo llamó mi atención: mi padre le decía a su hermano “este ivierno seguramente,…”. ¡Oh! sorpresa,… Le dije: “Te has dejado la letra “n” en la palabra “ivierno”. Mi padre, me dijo: “Ahora lo corregiré”. Al cabo de poco, mojó la plumilla en tinta, y corrigió poniendo una hache al inicio: “hivierno” y rápidamente corrigió otra vez y convirtió la “v” en “b” dejando la palabra así: “hibierno”. ¡Qué horror!. Le hice notar -como ducho en Lengua y Literatura y futurible Bachiller,- que lo había empeorado: No solo no has puesto la “n”, sino que has añadido una “hache” y además has convertido la “v” en “b”: Aquello era inaudito: “hibierno” en lugar de “invierno”. Tres faltas, en una sola palabra. ¿Qué va a pensar el tío Antonio, cuando lea la carta? le pregunté. ¡Pues yo lo veo bien! me contestó. Dobló la carta, la introdujo en el sobre, escribió los datos, pegó el sello y la dejó lista para enviar. No atendió a razones. Al fin, ante mi insistencia, me contestó: “Ya sabes que no hacemos apuestas: pero si te parece, va en juego el importe de la entrada para el cine del domingo”. ¡Acepto! dije, pensando que era una apuesta segura. Como no teníamos como dilucidar la cuestión, esperamos a que llegara nuestro vecino que disponía de una edición del Espasa y Calpe. Yo, intranquilo, estaba atento a su llegada. Cuando llegó, mi padre le pidió si nos podía dejar un ejemplar, para mirar una palabra. El vecino nos dijo: ¿Qué letra desea?. Y mi padre -ante mi desesperación,- le contestó “la hache”. Yo pensé,… ¡Así no vamos a acabar nunca. Ahora va y le pide la hache”. Puso el pesado ejemplar sobre la mesa y ante mi sorpresa, buscó y apareció la palabra “Hibierno”: Del latín hibernum. Invierno (de ivierno). Aceptada por la Real Academia de la Lengua Española, con la misma validez que la palabra invierno. La había escrito bien al principio, y la modificó también bien después. ¡Qué listoooo soy! pensé. Y mi padre devolvió agradecido, el ejemplar a nuestro vecino. Desde aquella ocasión decidí, que por mucho que me creyera conocedor del idioma, nunca más se me ocurriría cuestionar lo que otro escribe. Pusiera lo que pusiese. Y por descontado, aquel domingo me quedé sin ir al cine.
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 08:42:12 +0000

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