"Historias trágicas, sin concesiones, duras. La crisis es un - TopicsExpress



          

"Historias trágicas, sin concesiones, duras. La crisis es un relato de Bukowski pero sin gracia. Los miserables no son quién sufren la miseria, sino los que se benefician de ella: "No hay ningún caso parecido al de Carlos Garcia da Mata, el pensionista que asaltó un banco para, como asegura, conseguir un techo, aunque tuviera barrotes. Una tarde, en una pensión de la Baixa de Lisboa de la que le iban a echar por impago, Da Mata —sin trabajo, con una pensión de solo 240 euros, enfermo y con problemas de movilidad—, decidió que antes que dormir en la calle prefería hacerlo en la cárcel. Así que se plantó ante el escaparate de una tienda cercana y lo destrozó de una pedrada. Se sentó a esperar a que llegara la policía mientras sonaba la alarma. Como había previsto, acabó en el calabozo. Pero el juez decidió que por esa falta nadie ingresa en prisión y lo puso en libertad dos días después. “Pues haré algo más gordo”, replicó. Efectivamente. Al día siguiente —corría el mes de noviembre de 2011— se plantó en una agencia bancaria situada al lado de su casa. “A mí no me gustan las armas, así que entré sin pistola ni nada y me fui hacia la ventanilla”, contaba esta semana, con una sonrisa ahogada en la boca, en la biblioteca de O Companheiro. A la empleada le entregó, en silencio, un papel en el que había escrito: “Estoy desesperado; voy armado. Denme 5.000 euros en billetes de 50”. La cajera le dio 3.000 euros y Da Mata, conforme con la rebaja, salió con el botín en el bolsillo y, a falta de un plan de fuga, tomó un taxi en la parada de enfrente. A los pocos minutos, según cuenta con cierta ironía, el taxista recibió una llamada a su móvil procedente de la policía —que al parecer conocía el perfil inofensivo del atracador— en la que se le urgía a que volviese inmediatamente al lugar del atraco. “A mí no me importó que me atraparan. Lo que yo quería era un techo. No pude gastarme ni un euro. ¡Ni siquiera para comprarme un cigarro!”, se lamenta. Tampoco esta vez el juez consideró que Da Mata merecía la cárcel y lo envío a O Companheiro para realizar trabajos para la comunidad. Allí vive desde entonces, obsesionado por la comida, evocando sus tiempos de camarero en El Algarve y en Lisboa, recordando que la mañana del asalto al banco se encontraba, además de en bancarrota, completamente solo." “Hace meses tuvimos que ocuparnos de una anciana de 70 años a la que habían pillado robando un filete en un supermercado para comer. No la condenaron a la cárcel, claro. Nos la enviaron para que cumpliera su pena con trabajos a la comunidad. Se puso a cocinar para los demás”
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 09:07:24 +0000

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