(Italian, english and spanish version - Quality 1080p HD) - TopicsExpress



          

(Italian, english and spanish version - Quality 1080p HD) - Messaggio Fotografico di Sandro Sansone (07/06/2014) (a P.O.P. exclusive – facebook/pescinicomposer) - Photographer: Arturo Mari ( Il fotografo di Papa Wojtyla) - Soundtrack: Albinoni - Adagio for strings Source: aleteia.org - catholicnewsagency - aciprensa - Project, concept and design, light effects and editing by Sandro Sansone pescini/sandrosansone.html - (Versione italiana) Durante il viaggio negli Stati Uniti, a Saint Louis, Arturo Mari si trovava nel salotto insieme con papa Giovanni Paolo II e lallora presidente Clinton per scattare delle foto. A un certo punto il pontefice si rivolse a Clinton: “Sa chi è lui?”. “No”, rispose Clinton. “E Arturo”, replicò in fretta il papa e aggiunse: “Arturo per me è come un figlio”. Per 27 anni Arturo Mari è stato tutti i giorni al fianco di Giovanni Paolo II, dalle 6 del mattino fino alla sera, per raccontare con le immagini la storia straordinaria del pontefice polacco. Arturo Mari, classe 1940, nato non lontano dal Vaticano, nel caratteristico quartiere Borgo, per 51 anni è stato al servizio dei papi, senza un giorno di assenza o di malattia. Con ununica eccezione: il 29 aprile 2007, quando partecipò a una cerimonia pontificia da spettatore puro, in occasione dellordinazione sacerdotale di suo figlio Juan Carlos. Il padre era un fotografo amatoriale e a 6 anni Arturo cominciò a seguirlo nella camera oscura per sviluppare le pellicole. A 16 anni venne assunto come fotocronista da LOsservatore Romano. Ufficialmente ha dato le dimissioni nel 2004. (English version) Arturo Mari, who spent 51 years photographing the diverse episodes of the lives of the popes, has begun sharing his first memories of his long career after his recent retirement. In an extensive interview, Mari, who is married to an Ecuadorian, has a special affection for Latin America and said his most cherished photo is that of Pope John Paul II hugging an Indian child from Oaxaca, taken during his first visit to Mexico. Alternatively, the one picture he never wanted to release was the picture of the attempt on the Pope’s life on May 13, 1981. Arturo Mari began taking pictures for the popes when he was 16 years old. His career spanned the pontificates of Pius XII, John XXIII, Paul VI, John Paul I, John Paul II and, until Mari’s recent retirement, Benedict XVI. Asked about the most intense years of his life, Mari responded unhesitatingly that they were the ones spent working alongside John Paul II. Mari recalled the beginning of his career, when he accompanied Pius XII to Vatican Radio on the outskirts of the Vatican City State. The short journey was almost an international trip for a Pontiff as discreet as Pius XII. Mari also attended the opening of Vatican II and the first surprising trips outside the Vatican of now Blessed John XXIII to hospitals, prisons and even to the new Roman airport. But the Italian photographer’s international adventures began with John Paul II. Mari said there was one thing he has never done: keep a secret picture for himself, especially after the ones he took during the attempt on John Paul’s life in St. Peter’s Square. “I don’t even know how I took them,” he recalled. “The same happened at the Gemelli Hospital, when I had to take a picture of him in bed. He said to me, ‘I’m still alive.’ I just cried and I couldn’t see anything.” Mari has his favorite pictures. The one he considers the most important was taken during John Paul II’s last Via Crucis, when the elderly Pope asked for a crucifix. He rested his forehead on the cross. “That is the most emblematic photo of his Pontificate,” Mari said. He has been called as a witness in the beatification process of John Paul II and without entering into details, he said he was a witness to miracles, cures, exorcisms and conversions. - (Versión española) Arturo Mari, la discreta e infaltable figura cerca de los pontífices que pasó 51 años fotografiando los diversos episodios de la vida de los Papas, ha comenzado a compartir las primeras memorias desde su reciente retiro. En un distendido diálogo con la prensa, Mari, casado con una ecuatoriana, conserva un afecto especial por América Latina, y señala que la foto que recuerda con más cariño, es la del abrazo entre Juan Pablo II y un niño indígena de Oaxaca, tomada durante la primera visita del Papa a México. Y señala, en cambio, que la foto que nunca hubiera querido sacar, fue la del atentado contra el Papa del 13 de mayo de 1981. Arturo Mari empezó a fotografiar a los papas a los 16 años y por ello su carrera pasó por reportar gráficamente los pontificados de Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y, hasta su renuncia, con Benedicto XVI. A la pregunta sobre cuáles han sido los años más intensos de su vida, el fotógrafo responde sin titubeos: los que pasó trabajando junto a Juan Pablo II. Mari recuerda el inicio de su aventura fotográfica cuando acompañó al Papa Pío XII hasta la sede de Radio Vaticano, al inicio de la Vía de la Conciliación, una salida que entonces equivalía a todo un viaje intercontinental para un Pontífice tan discreto como el Papa Pacelli. Mari asistió también a la apertura del Concilio Vaticano II y a las primeras sorprendentes salidas del Vaticano del hoy Beato Juan XXIII a parroquias, hospitales, cárceles, e incluso al entonces nuevo aeropuerto romano. Pero las aventuras internacionales del fotógrafo italiano comenzaron con el Papa Pablo VI, que viajó a Tierra Santa, la India, y Colombia, para inaugurar la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Pero hay algo que Arturo Mari asegura no haber hecho jamás: guardar alguna foto “secreta” en sus cajones, especialmente después de las que tomó durante el atentado en la plaza de San Pedro. “Ni siquiera sé cómo logré sacarlas –recuerda–. Lo mismo me pasó en el hospital Gemelli, cuando tuve que sacarle una foto en la cama. Me dijo: todavía estoy vivo. Me puse a llorar y ya no vi nada…” La foto más significativa Pero Mari tiene algunas fotos favoritas. Él considera que la más importante fue la que sacó durante el último Via Crucis de Juan Pablo II cuando el Pontífice ya anciano y débil, pidió un crucifijo: apoyó entonces la cruz sobre su frente y su corazón. Para Mari “es la foto más emblemática de su Pontificado”. Mari ha sido uno de los testigos en el proceso de beatificación de Juan Pablo II; y con discreción y sin deseos de entrar en detalles, confiesa que ha sido testigo de milagros, curaciones, exorcismos y conversiones en hospitales, leprosarios y cárceles.
Posted on: Sat, 07 Jun 2014 18:00:01 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015