¿JEHOVÁ ES MI PASTOR? “Jehová es mi pastor; nada me - TopicsExpress



          

¿JEHOVÁ ES MI PASTOR? “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.” (Salmo 23.1–3, RVR60) ¡Refugio de multitudes de generación en generación es este hermoso pasaje del rey David! Este salmo nos revela como ningún otro los aspectos más íntimos del corazón pastoral de nuestro Padre celestial. Analicemos la voz de la mayoría de los verbos. Nada me falta, en lugares de delicados pastos me hace descansar, junto a aguas de reposo me conduce, él me restaura el alma, me guía por senderos de justicia, su vara y callado me infunden aliento, me prepara mesa delante de mis enemigos, me unge la cabeza. No se necesita ser un erudito en las estructuras gramaticales del idioma para notar que todos los verbos tienen un común denominador. En cada uno de ellos, la oveja es la receptora y no la generadora de la acción. Recibe algo de parte del pastor: provisión, descanso, dirección, restauración, aliento, servicio, unción. Debemos notar pues, que estas cosas son producto del accionar del pastor, no de la oveja. Él, que las ama y desea lo mejor para ellas, permanentemente actúa para que puedan recibir todo lo que considera indispensable para su bienestar, ellas reciben, El da. ¿Por qué analizamos este detalle? Por la sencilla razón de que hay muchas ovejas dentro del redil que creen que es su responsabilidad producir estas realidades. Están tratando de restaurarse o conducirse a lugares de delicados pastos. La responsabilidad de la oveja, sin embargo, es una sola: dejarse pastorear. El pastor se ocupa de lo demás. Solamente se requiere que ella esté dispuesta a ser guiada, restaurada, alentada, ungida y muchas otras cosas más. Esta es una ley espiritual, y como tal, se cumple siempre. Si violamos este principio alteramos los resultados y la consecuencia es que caminaremos hacia la idolatría y no hacia delicados pastos, nos faltará todo, no nos podremos restaurar a nosotros mismos y terminaremos frustrados, no tendremos ánimo, y nuestros enemigos nos vencerán; luego nos preguntaremos: ¿Por qué Dios no está conmigo? La respuesta es sencilla, porque lo dejamos, El no se movió, nosotros nos alejamos. No nos dejamos Pastorear por El. Por eso es la pregunta: ¿Jehová es tu Pastor o te pastoreas a tí mismo? Recuerda. Dios por siempre es el que da, el hombre por siempre es el que recibe. Cuando nos olvidamos de esta ley o principio espiritual, perdemos la naturaleza de dependencia absoluta que es indispensable para una vida victoriosa. ¡Déjate pastorear! CRISTOBAL GARCIA
Posted on: Sat, 27 Jul 2013 17:35:50 +0000

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