¿LA MUERTE DE MI CUERPO, ES EL FINAL DE MI VIDA? Enseñanza - TopicsExpress



          

¿LA MUERTE DE MI CUERPO, ES EL FINAL DE MI VIDA? Enseñanza entregada por el Divino Maestro “día de todos santos.” Es menester que meditéis sobre la diferencia que existe entre lo que es cuerpo y lo que es espíritu, para que concluyáis que ahí donde el hombre muere, nace el espíritu a una nueva vida; donde se cierran unos ojos a la luz del mundo, otros se abren a la luz divina que ilumina la vida eterna del espíritu. Por eso este espacio fue creado para el adoctrinamiento del espíritu por medio de las enseñanzas de las divinidades y otras jerarquías entregadas por mentes preparadas, y son espiritualistas que han desarrollado esta facultad con muchos años de constancia, disciplina, preparación, entrega, fe y sinceridad con el mundo espiritual y su compromiso con los fieles desde 1866 hasta la fecha. A través de este medio pretendemos publicar la información todo aquel que desee conocer nuestra doctrina. De esta forma queremos compartir el conocimiento del verbo de salvación (Divino Maestro) para la humanidad de este tiempo. Nuestro objetivo es despertar la parte espiritual con ayuda de la reflexión, el estudio y el análisis para mejorar nuestra forma de vida. Si eres un buscador con mente abierta que quiere conocerse a sí mismo, comprender el por qué estamos aquí, como servir a nuestros semejantes, la forma de progresar más allá de este mundo, conocer más del autor del libro de la vida verdadera , desde la perspectiva de la espiritualidad… ¡Estás en el sitio correcto! Aquí encontraras una recopilación de los apuntes en investigación que te servirá como apoyo en cualquier etapa de la vida, como medio de consulta e investigación y en la obra espiritual. Te comento que en este sitio no buscamos cambiar las creencias, ni lograr beneficio económico o personal, tampoco ganar creyentes o fieles ¡No! Solo nos interesa dar a conocer la verdad de una forma sencilla, objetiva y completa, las nuevas revelaciones de este Tercer testamento del tercer tiempo, que hasta ahora es ignorada o desconocida, y para facilitar la comprensión de los usuarios esta y mucha información de interés podrás encontrar en este espacio, recordándote con mucho respeto, que La lectura de los contenidos de este sitio y la opinión que se forme con ellas, es responsabilidad de cada uno de las personas que entren a esta páginas, en pleno uso de su libre albedrío. Por lo que te hacemos una cordial invitación para que conozcas su contenido entrando en ellas: busqueda.144000.net/cgi-bin/read.cgi tercera-era.net/mundo_espiritual/index.html ¿LA MUERTE DE MI CUERPO, ES EL FINAL DE MI VIDA? Enseñanza entregada por el Divino Maestro“día de todos santos.”, Es menester que meditéis sobre la diferencia que existe entre lo que es cuerpo y lo que es espíritu, para que concluyáis que ahí donde el hombre muere, nace el espíritu a una nueva vida; donde se cierran unos ojos a la luz del mundo, otros se abren a la luz divina que ilumina la vida eterna del espíritu. ¿QUE ES DESENCARNACIÓN? En verdad os te digo: desencarnación no es más que un abrir y cerrar de ojos de tu mundo, no es más que un instante, en el que el espíritu os es apartado de la materia, de ese corcel indomable, he ahí, os es apartado porque ha alcanzado un grado de evolución, ha hecho conciencia, es entregado al Padre Eterno con esa evolución, porque ese espíritu ha encontrado la evolución en el haz de la Tierra, y ha sido apartado porque ha hecho un cumplimiento espíritus benditos. La sabiduría es el libro que hoy se abre ante vosotros mostrándoos su contenido de revelaciones no presentidas. No esperemos entonces encontrarnos con un “Más Allá” diferente al que realmente existe, y al que nuestro espíritu podrá llegar sin problemas si lo comprendemos, y si nos preparamos para que cuando llegue el momento de desencarnar, nuestro espíritu se encuentre iluminado para emprender el viaje de regreso a su verdadero hogar. La muerte como la concebís vosotros no existe o sea el dejar de existir, no puede ser muerte o fin para el espíritu. Nadie encontrará la muerte para su espíritu, porque ésta no existe yo no la he creado, porque Yo soy la vida, recordad que os dije: Dios, No es Dios de muertos, sino de vivos. En esta fecha, desde que apunta el alba, muchos espíritus se elevan en oración por lo que ellos llaman sus muertos. Yo os digo que está muy bien que los recordéis, que tengáis para ellos un pensamiento de gratitud, de amor, de admiración. Pero lo que no está bien es que los lloréis como si fueran bienes que hubieseis perdido, ni tampoco que los deis por muertos, porque si en esos instantes, en que vuestros ojos derraman llanto por ellos y vuestro pecho suspira por los que partieron, si pudierais contemplarlos, quedaríais asombrados ante la luz que los ilumina y la vida que los anima; entonces exclamaríais: -¡Verdaderamente ellos son los que viven y nosotros somos los muertos! ¿Verdad que vivís confundidos cuando lloráis ante un cuerpo inerte, mientras olvidáis que un espíritu vive, vibra y palpita? También debo deciros que si, en lugar de dedicarles según esta tradición un día a los que pasaron a la vida espiritual, estuvieseis siempre unidos a ellos por el lazo de la oración, su ser invisible, pero real en vuestra vida, y su benéfica influencia serían sentidos por vosotros a lo largo de vuestra existencia, en vuestras luchas, en vuestras pruebas y también en vuestros momentos amables. Y aquellos seres, por su parte, tendrían oportunidad de trabajar en vuestras obras y empresas nobles, con lo cual adquirirían más luz. Dije en aquel tiempo: Dejad que los muertos entierren a sus muertos. Si analizáis con cuidado y con amor mis palabras, veréis cuánta razón tuve al decíroslo. Veo cómo todos lleváis en el corazón y en vuestras retinas la última imagen, la visión material de vuestros seres queridos. Al que partió en la niñez, lo recordáis como niño; al que dejó esta vida ya en la ancianidad de su envoltura, lo recordáis como a un anciano, así como al que se desprendió de un cuerpo extenuado por el dolor o en medio de una dolorosa agonía, así es como lo recordáis siempre. Una vez os dije que el hombre era idólatra por inclinación, y por este culto a sus muertos da una prueba palpable de su idolatría. Pero mi Doctrina, como una aurora de belleza infinita, ha aparecido en vuestra vida, disipando las sombras de una larga noche de ignorancia en la que los hombres han vivido siempre confundidos. Y esta luz, ascendiendo hacia el infinito como un astro divino, irradiará sus más bellas luces sobre vuestro espíritu, en una preparación que os llevará con paso seguro a gozar de aquella vida en que todos lograréis penetrar por vuestra elevación. TUS LLANTOS LO RETIENE PARA CONTINUAR SU CAMINO HACIA LA LUZ Y PAZ Ya no seréis de los que lloran amargamente por aquéllos que han partido para ir a morar en una vida mejor, ni seréis tampoco de los que estando ya en espíritu lloran por los que se han quedado, o por haber dejado el cuerpo que por toda una vida les sirviera de envoltura. Hay seres que sufren y se angustian al contemplar la desintegración del cuerpo que tanto amaron; mas vosotros debéis ser de aquéllos que, al contemplar que ha llegado el final de una misión desempeñada por aquel cuerpo humano, elevéis un himno de gracias al Creador. Orad por los que se ausentan de vosotros al Más Allá, porque no todos logran encontrar el camino, no todos saben elevarse ni todos alcanzan la paz. Hay quienes en espíritu viven bajo la obsesión de su vida material, quienes arrastran cadenas de arrepentimiento; otros se encuentran insensibles, sepultados bajo tierra junto a sus cuerpos; y otros no pueden apartarse de los suyos que en el mundo quedaron, porque el llanto, el egoísmo y la ignorancia humana les retiene y los materializa, privándoles de la paz, la luz y el adelanto. Dejad que los que habitan este mundo sin corresponderles ya, se marchen; dejad que abandonen las cosas que poseyeron y amaron en esta vida para que puedan elevar su mirada al infinito donde les espera la verdadera heredad. No guardéis rencor ni recordéis los malos actos de los que partieron; no queráis tenerlos de hinojos ante vosotros, implorando constantemente vuestro perdón. ¿Por qué seguir lamentando que los seres que amasteis en el mundo hayan partido al Más Allá? ¿Por qué les recordáis en su forma humana, si ellos ahora sólo son esencia espiritual? Cuando la humanidad comprenda que el desprendimiento del espíritu al dejar la materia en este mundo, es el paso de transición, indispensable para acercarse a la morada de la paz, será entonces cuando deje de temer a lo que llama desconocido. El hombre, siempre ha vivido con el temor a lo desconocido: En verdad os digo que la muerte no existe, porque Dios, como el Padre Creador es la vida y sus obras no pueden morir. “Cuando la muerte detenga los latidos de vuestro corazón y se apague la luz de vuestras pupilas, iréis a despertar a un mundo maravilloso por su armonía, por su órden y su justicia. ¿Adónde van los espíritus después de su muerte corporal? Más allá de este mundo, existe un valle espiritual al cual todos penetraréis en espíritu, ¿Quién no tiene ahí un ser querido? ¿Quién no quisiera volver a contemplar, a quien recuerde como padre, madre, hermano, hijo, esposo, esposa, o amigo? Aquellos seres con los cuales tuvisteis vínculos en la Tierra, y que ahora son vuestros hermanos espirituales, están cerca de vosotros. DE ACUERDO CON TUS ACCIÓNES QUE HAYAS HECHO EN VIDA, ES EL PLANO EN QUE TE ENCONTRARÁS. Esos seres que ya dejaron su cuerpo en este mundo, y a quienes todavía llamáis los vuestros, están en la morada que les corresponde según sus obras o méritos que hayan hecho en su vida. Lo que el espíritu cultive, eso será lo que recoja; esa es Mi Ley y Mi Justicia Divina. Debéis saber que el espíritu de quien desencarna no podrá gozar de inmediato de esa dicha eterna con la que soñaba. Así como tampoco sufrirá eternamente por sus culpas, porque debéis entender que la base de mi Doctrina es el amor. Por lo tanto cada quién recibirá de acuerdo con sus actos y su arrepentimiento. Sólo a la materia le corresponde desintegrarse y transformarse en la tierra, después de que haya cumplido su misión cerca del espíritu al que le sirviera de instrumento; pero el espíritu que estuvo en aquel cuerpo, la luz de su esencia divina, la voluntad, los sentimientos, no pueden morir, porque forma parte del espíritu inmortal que animó la vida de aquel ser humano. Ahí se abrirán vuestros ojos espirituales a la verdad y en un instante sabréis interpretar lo que en toda una vida no lograsteis comprender; ahí sabréis lo que significa ser hijos de Dios y hermanos de vuestros semejantes; ahí comprenderéis el valor de todo lo que hayáis poseído, experimentaréis el pesar y el arrepentimiento por los errores cometidos, por el tiempo perdido, y nacerán en vosotros los más bellos propósitos de enmienda y reparación. El cuerpo cuando muere, es como la flor cuando se corta que luego se marchita, mas su perfume es como el espíritu que se desprende e inunda de esencia el ambiente. Cierto es que vuestros cuerpos bajarán a la tierra, en cuyo seno se confundirán para fecundarla, porque aun después de muertos seguirán siendo savia y vida. OTROS ESPIRITUS NO REENCARNAN SE QUEDAN EN LA TIERRA En la palabra que nuestro Padre ha venido a entregarnos en este Tercer Tiempo, nos revela que aquellos espíritus que se han confundido por su concepto equivocado sobre el valle espiritual, al no encontrar lo que ellos esperaban, y al sentirse sin el apoyo de su materia y sin la suficiente preparación y elevación espiritual para dejar el valle material, han creado para sí, sin darse cuenta, un mundo que ni es humano ni es profundamente espiritual. En el cual permanecerán hasta que lentamente por la meditación y el dolor, logren comprender que ese no es el lugar destinado para la evolución de su espíritu; será entonces cuando escuchen la voz de su conciencia y ante ella, juzguen sus obras pasadas y surja en ellos el deseo de reparar sus yerros. Será entonces cuando comiencen el viaje de regreso hacia el valle espiritual. Mientras unos en su confusión quedan adheridos a su cuerpo muerto, otros, conservando en su espíritu las impresiones de su envoltura, creen seguir siendo humanos, sin poder elevarse hacia la morada que les corresponde, quedando atados a lo que en el mundo amaron. Sabed que así como hay espíritus que en restitución son enviados nuevamente a encarnar para habitar la Tierra y recoger en justicia el fruto de lo que antes sembraron, otros no llegan a reencarnar, pero invisiblemente se quedan en la Tierra hasta lograr la espiritualidad o elevación que les haga apartarse de cuanto ya no les pertenece. No existe en la Tierra cáliz más amargo ni dolor más intenso que el de los espíritus turbados. Los tropiezos, el no poder comprender lo que acontece a su alrededor, los remordimientos, la nostalgia de lo que abandonaron, la soledad, el silencio, y la impotencia para elevarse, constituyen el fuego donde habrán de purificarse hasta alcanzar la luz. ¿Sabéis qué es lo que sucede a esos seres que tenían la seguridad de llegar al cielo y que en lugar de ello sólo encontraron confusión? al no poder elevarse a las alturas en donde se encuentran las moradas de mayor luz, porque les falto en su vida material un punto de apoyo que sólo lo da el cumplimiento y la evolución espiritual, creando para sí, sin darse cuenta, un mundo que ni es humano ni es espiritual. Entonces es cuando los espíritus se preguntan: ¿Esta es la gloria?, ¿Esta es la morada destinada por Dios a los espíritus, después de tanto caminar? No, dicen otros, éste no puede ser el seno del Señor, donde sólo la luz, el amor y la pureza es lo que debe existir. Lo que los hombres llaman gloria o infierno, no son lugares determinados, es la esencia de sus obras la cual recoge vuestro espíritu cuando llega al valle espiritual. Cada quien vive su infierno, habita su mundo de expiación, o goza de la beatitud que da la elevación y la armonía con el Espíritu Divino. Así también, el espíritu impuro y turbado en donde se encuentre, no dejará de sentir interiormente el infierno de sus remordimientos cuando escuche el reclamo de la conciencia, exhortándolo al arrepentimiento para la purificación de su espíritu. ¡Cuán fácilmente muere el cuerpo!, pero ¡qué difícil es para el espíritu que no supo prepararse, para poder librarse de la turbación! Yo os digo que en la hora suprema de la muerte de vuestro cuerpo, será mi voz quien le diga a vuestro espíritu la verdad de su elevación. Para el espíritu justo y elevado, le es indiferente el lugar en que se encuentre, porque llevará en sí la paz y la gloria del Creador. Tres virtudes debéis perseguir: arrepentimiento, perdón y amor. Si en vuestro ser no brillan estos sentimientos, estas virtudes, ¿cómo pretendéis alcanzar la luz de mi Reino para vuestro espíritu? ¿Cómo queréis gozar de las delicias que están reservadas a quienes saben elevarse para alcanzarlas? Al espíritu le hace falta un verdadero conocimiento espiritual, para continuar, después de la muerte de su materia, su viaje hacia el Más Allá; por eso, vengo a dar al espíritu enseñanzas que parecen fantasías al hombre, lecciones profundas e insondables para la imaginación más despierta. Ahí donde creéis contemplar la muerte, está la vida; donde miráis el fin, está el principio. Donde creéis que todo es misterio e insondable arcano, está la luz, donde creéis que está la nada, está el todo y donde percibís el silencio, está el concierto divino. No tratéis de rechazar a la muerte cuando ella por mi voluntad se acerque a vosotros, ni busquéis al hombre de ciencia para que os haga el milagro de contrariar mis designios prologando vuestra existencia, porque ambos lloraréis amargamente esta falta. Preparaos en esta vida y no tendréis por qué temer vuestra entrada en el Más Allá. ¡Mi paz sea con vosotros! ¿Desea saber más de este tercer testamento? Entre a estas páginas: busqueda.144000.net/cgi-bin/read.cgi tercera-era.net/mundo_espiritual/index.html
Posted on: Sat, 02 Nov 2013 03:56:21 +0000

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