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"LA RUTA EN LA HORA LLEGADA Orlando S. Suárez A la memoria de mi maestro Joaquín Trincado Buenos Aires, 1954 Año 43 N. E. Página 3 de 226 Edición limitada. 200 ejemplares numerados. PROLOGO Había prometido a Orlando Suárez, prologar un folleto que estaba escribiendo con impresiones de su reciente viaje de confraternidad efectuado por países de América. Pero hoy, con mucha sorpresa, me encuentro frente a los originales de este libro. ¡QUE LIBRO! Confieso, que después de leerlo ya no es tan fácil de hacer el prólogo.Comprendo que el contenido de esta obra será muy discutido, aunque su interés es para un reducido número de personas, o sea, aquellas que tienen o tuvieron vinculación con esa Escuela idealista, sociológica, de principios filosóficos y esotéricos que fundara el Maestro Joaquín Trincado el 20 de septiembre de 1911.Por las filas de esa Escuela pasaron muchos, desde analfabetos hasta destacados intelectuales ignorantes y sabios,humildes y también soberbios, fueron adherentes y simpatizantes de sus amplias doctrinas, ya que en ellas, se considera a toda persona como valor real, positivo auténtico y concreta en su personalidad. Se valora al hombre(genéricamente) en cuanto a su ser íntimo pero se tiene en cuenta su moral, su ética, sus acciones y su modo de actuar.Cuando acaeció la muerte (o desencarnación del fundador,el 6 de diciembre de 1935, dejaba una escuela en pleno florecimiento; sus cátedras de estudio difundidas por toda América. Tenía tanta vitalidad su doctrina, y en la dirección habían personas capaces que cerca de siete años siguió su marcha más o menos normal. Después comenzó al declive, por causas que explica Orlando Suárez en esta obra. En la actualidad salvo pocas y activas Cátedras; la generalidad, son improductivas, y hasta diría estériles en cuanto a la difusión de sus ideales y poca su acción de confraternidad. Muchos de los que pertenecimos a la Escuela, y que hemos luchado por su engrandecimiento, después vimos, con enorme pesar, la inoperancia y la inactividad con que actuaba la directiva central; despreocupándose de la organización,desatendiendo los problemas generales y las consultas particulares de directores, adherentes y simpatizantes. Fué desatendida y menospreciada la colaboración solidaria y desinteresada de competentes e ilustrados adeptos, éstas fueron las principales causas por las cuales debimos abandonar sus filas, aunque no desertando de sus principios, ¡de ninguna manera! Sin embargo, pese haber observado errores en la doctrina y tener mis dudas con respecto a ciertas aseveraciones,reconozco que la Escuela tiene suficientes verdades para proseguir, ya con sus principios morales, su filosofía doctrinaria, la solución a determinados problemas sociales y por su base racionalista científica y progresista.La mayoría de los que se alejaron, como el que suscribe,seguimos impulsados por aquellos nobles ideales, ya nada teníamos que hacer dentro de la débil y desorganizada central,donde además primaban cuestiones de interés privado y se observaban ciertas irregularidades. Nuestra actuación allí, por falta de iniciativa de la Central, era inoperante, ineficaz, por eso, repetimos, no hemos desertado, hemos salido en busca de mayores horizontes, de otras perspectivas más amplias para la acción. Nuestras inquietudes, de seguir, quedarían asfixiadas; la expansión de nuestro espíritu no encontraba ambiente, debíamos convertirnos en apáticos, indolentes, seres ineptos o cayendo en el fanatismo y la superstición.Diversos amigos, o hermanos de causa pudieron haberle hecho el prólogo a Orlando Suárez, pero ya que tengo ese honor,debo aclarar algo, en especial, el porqué hago el prefacio. 1° Porque considero al hermano Orlando Suárez un leal amigo -que, pese a los amargos argumentos que expone en este libro-, escribe sin rencores ni antagonismos hacia las personas.Con La Ruta En La Hora Llegada se ha propuesto presentar la verdad, a veces, reservándose la elocuencia de determinadas pruebas. 2º Suárez es un gran observador, un sincero idealista, un honesto creyente en la causa que defiende, un luchador en pro de la confraternidad y el humanismo y aseguro que no está al servicio de fracciones tendenciosas ni de sectarismos. 3° Referente a mi vinculación en los problemas que aquí debate, diré: Desde 1927, fuí discípulo y amigo del Maestro Joaquín Trincado, colaborando, también con artículos en "LaBalanza" (ver Nº 1, 4, 20, etc.). 4º En la E. M. E. C. U. actué como director de la Cátedra Provincial N º 96 "Ameghino", de 1933 a 1942. Leí, estudié y también razoné sus catorce libros. 5º En 1945, por propia determinación me alejé de la vinculación de la Escuela. Sin embargo, como no tengo prejuicios hacia las personas, continué y continúo siendo amigo de los familiares de Joaquín Trincado, pero por sobre la amistad prefiero la verdad. 6° Por otra parte, no estoy embanderado en ninguna ideología ni creencia, soy librepensador en pro de la VERDAD.Si alguna vez se reinicia la marcha de la Escuela, de manera eficaz y de lucha valiente por la superación social e ideología espiritual, seguro, reingresarán a sus filas muchos de los que se alejaron y además vendrán nuevos valores.Tengo plena confianza que surgirá, así como lo demostró la historia con los ejemplos de aquellas doctrinas que heroicamente sustentaron Sócrates, Demócrito, Arquímedes,Pitágoras, Hipócrates, Jesús de Nazaret, Copérnico, Servet y muchos otros que cimentaron principios que fueron base de ciencias, de moral, de sociología y de filosofía.De la misma manera, creo que Joaquín Trincado y su doctrina, de quien hoy ni los diccionarios hacen mención de su personalidad, pero que ello no desmerece el valor de su obra; tal vez mañana, sea reconocido como uno de los filósofos más profundos de nuestro tiempo.Este libro es necesario, no por las personas que pueden ser afectadas, poco interesan las individualidades en los problemas generales, aunque todos y cada uno somos necesarios para nuestra propia superación y para encauzar la gran inquietud espiritual de la desorientada humanidad.¡Ojalá! este libro cumpla el fin propuesto por el autor -la confraternidad y la unión de los que sustentan estos ideales- y mi mayor deseo es que sea debidamente interpretado. Ya que;"Lo que es, no puede ser que no sea”. "El consuelo se busca en la verdad" y "El razonamiento supera a las credulidades". Julio A. Rica (1) (1) Autor de: “Origen y Fundamento de las Religiones”, 1947;"Creencias”, 1950; “Reflexiones”, 1952; y “Refutando la Enseñanza Religiosa”, 1954
Posted on: Sun, 04 Aug 2013 23:26:11 +0000

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