* La belleza de la Palabra * Creemos que el salmo 119 fue muchas - TopicsExpress



          

* La belleza de la Palabra * Creemos que el salmo 119 fue muchas veces la oración del Señor Jesús. Seguramente Él fue el único que vivió en toda su intensidad este precioso salmo. En parte de él dice: "Me anticipé al alba y clamé; esperé en tu palabra. Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos" (147-148). "Desfallece mi alma por tu salvación, mas espero en tu palabra" (81). "Desfallecieron mis ojos por tu Palabra" (82). ¿Hemos vivido –aunque sea parcialmente– esto? ¿Hemos desfallecido por la Palabra de Dios? ¡Oh, que nos ayude el Señor para vivir la Palabra de Dios y vivir por su Palabra! ¿Cuál es el valor que tiene, entonces, la Palabra para un ministro de la Palabra? El salmo 119 nos muestra cómo es y cómo llegar a sentir la Palabra el ministro: "Me he gozado en el camino de tus testimonios más que de toda riqueza" (14). "Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata" (72); "es más valiosa que el oro muy puro" (127). "Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos" (162). "Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón" (111). "Tus testimonios son mi delicia y mis consejeros" (24); "¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca" (103). Además, la palabra es consejero (24), consuelo (50), es recta (128), es sabiduría para los simples (130), es sumamente pura (140), es verdad (160), es justicia (172). ¿Qué hacía el Señor en sus largos retiros? ¿Qué hacía en sus escapadas matutinas al monte ("mañana tras mañana") sino orar, oír al Padre, e impregnarse de su Palabra? ¿Qué nos conviene a nosotros, los que tenemos este servicio –el más alto y más noble– sino seguir este ejemplo? Sólo entonces podremos predicar mensajes de parte de Dios. Sólo entonces se podrá dejar una huella profunda en el corazón de los oyentes, y no sólo en su mente. El deber del ministro En Mateo 24 se mencionan dos tipos diferentes de siervos de Dios: Un siervo "fiel y prudente", y un siervo "malo". Ellos representan dos tipos de ministros de la Palabra. Ambos han sido dejados en la casa de Dios para que sirvan a sus consiervos en la ausencia de su Señor. Su actitud y conducta difiera mucho. De ellos aprenderemos una gran lección. "¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que ñes dé el alimento a tiempo?" (24:45). "Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, a un a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor que aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente ..." (24:48-51). El primero se caracteriza por darle el alimento a tiempo a los consiervos. En tanto, el segundo golpea a sus consiervos y hace fiesta con los borrachos. El primero se preocupa de cumplir la voluntad de su Señor, cual es alimentar a los de casa, hacerlo bien y con diligencia, a tiempo, porque a voluntad de Dios es que su pueblo, sus ovejitas estén bien alimentadas, y para eso Él ha puesto a los ministros de la Palabra. En cambio, el siervo malo, al ver que el Señor se tarda, pierde el temor y comienza a golpear a sus consiervos. Él toma la Palabra de Dios y la usa no como lo que es –alimento– sino como una vara para golpear. A él no el preocupa alimentar, alentar o consular, sino ejercer autoridad sobre sus consiervos. No sé si usted ha podido ver con cuánta frecuencia se suele hacer esto en medio del pueblo de Dios. Cuántas ovejas quedan heridas, lastimadas, por efecto de verdaderas golpizas realizadas en el colmo de su celo (pero no el de Dios), por ministros como este siervo. Usted ha podido ver también, en cambio, cómo el genuino ministerio de la palabra puede saciar la sed y alimentar eficazmente al pueblo de Dios. ¿Tiene usted este llamamiento? ¿Tiene usted este llamamiento? ¿Tiene usted en su corazón una llama que no puede ser apagada? Al mirar este tema es bueno animar a quienes tienen esta sagrada vocación. Puede ser que lo tenga usted claro desde hace mucho tiempo, y que ha estado sufriendo en su corazón porque no ha tenido suficientes oportunidades para cultivar este servicio. O bien puede ser que recién en este momento usted sienta que el Señor le está llamando para servir la Palabra a otros. Sea como fuere, este es el día para que responda afirmativamente a esta vocación santa, a este llamamiento divino, y juntos nos dispongamos para el Señor, para aprender juntos, orar juntos, y ejercitarnos en este ministerio para la gloria de Dios. Amén.
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 19:15:08 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015