“Maestro”, dijo un chico inteligente con cara entusiasta, “¿por qué tantas oraciones no son respondidas? No lo entiendo. La Biblia dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Pero me parece que muchos llaman y no son admitidos”. El maestro respondió: “¿Nunca te sentaste a la par de tu chimenea alguna noche oscura y escuchaste un golpear fuerte en la puerta? Al ir a abrir la puerta examinas en la oscuridad, y no ves nada, pero escuchas el ruido de pasos de un niño travieso, que tocó sin intencion de entrar, y por lo tanto se fue corriendo. A menudo pasa eso con nosotros. Pedimos bendiciones ...pero no estamos dispuestos a esperar. A veces ni siquiera estamos muy seguros de lo que estamos pidiendo! Tocamos a la puerta de Jesus pero no tenemos la intención de entrar. Tememos que Él no nos escuche, que no cumpla sus promesas, que no nos admita....y ante la duda,no alcanzamos lo que pedimos”. “Ah, ya veo”, dijo el niño, con los ojos brillantes por la luz nueva que emergía en su alma. “No puede esperarse que Jesús responda llamados de personas que salen corriendo. Nunca ha prometido eso. Yo quiero seguir tocando hasta que Él no pueda evitar abrir la puerta!! Yo si quiero entrar y verle cara a cara y aguardar lo que tenga para mi!! ”. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Mateo 7: 7
Posted on: Fri, 25 Oct 2013 05:15:35 +0000
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