¡Mirad al Rey del cielo derramando copioso llanto! ¡Ved al Hijo - TopicsExpress



          

¡Mirad al Rey del cielo derramando copioso llanto! ¡Ved al Hijo del Dios infinito turbado en espíritu y doblegado bajo el peso del dolor! Los cielos se llenaron de asombro al contemplar semejante escena que pone tan de manifiesto la culpabilidad enorme del pecado, y que nos enseña lo que le cuesta, aun al poder infinito, salvar al pecador de las consecuencias que le acarrea la transgresión de la ley de Dios. Dirigiendo Jesús sus miradas hasta la última generación vio al mundo envuelto en un engaño semejante al que causó la destrucción de Jerusalén. El gran pecado de los judíos consistió en que rechazaron a Cristo; el gran pecado del mundo cristiano iba a consistir en que rechazaría la ley de Dios, que es el fundamento de su gobierno en el cielo y en la tierra. Los preceptos del Señor iban a ser menospreciados y anulados. Millones de almas sujetas al pecado, esclavas de Satanás, condenadas a sufrir la segunda muerte, se negarían a escuchar las palabras de verdad en el día de su visitación. ¡Terrible ceguedad, extraña infatuación! Dos días antes de la Pascua, cuando Cristo se había despedido ya del templo por última vez, después de haber denunciado públicamente la hipocresía de los príncipes de Israel, volvió al monte de los Olivos, acompañado de sus discípulos y se sentó entre ellos en una ladera cubierta de blando césped, dominando con la vista la ciudad. Una vez más contempló sus muros, torres y palacios. Una vez más miró el templo que en su deslumbrante esplendor parecía una diadema de hermosura que coronara al sagrado monte. Mil años antes el salmista había magnificado la bondad de Dios hacia Israel porque había escogido aquel templo como su morada. En Salem está su tabernáculo, y su habitación en Sión.Escogió la tribu de Judá, el monte de Sión, al cual amó. Y edificó su santuario a manera de eminencia. (Salmos 76: 2; 78: 68, 69.) El primer templo había sido erigido durante la época de mayor prosperidad en la historia de Israel. Vastos almacenes fueron construidos para contener los tesoros que con dicho propósito acumulara el rey David, y los planos para la edificación del templo fueron hechos por inspiración divina. (1 Crónicas 28: 12, 19.) Salomón, el más sabio de los monarcas de Israel, completó la obra. Este templo resultó ser el edificio más soberbio que este mundo haya visto. No obstante, el Señor declaró por boca del profeta Aggeo, refiriéndose al segundo templo: Mayor será la gloria postrera de esta Casa que la gloria anterior.Sacudiré todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré esta Casa de gloria, dice Jehová de los Ejércitos. (Aggeo 2: 9, 7, V.M.)
Posted on: Thu, 24 Oct 2013 01:20:11 +0000

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