¿PIDES TÚ DE ACUERDO A LA VOLUNTAD DE DIOS? Siempre que - TopicsExpress



          

¿PIDES TÚ DE ACUERDO A LA VOLUNTAD DE DIOS? Siempre que anhelamos algo deberíamos enfrentarnos a una pregunta básica: ¿Es nuestro propósito en la vida someternos a la voluntad de Dios o, por el contrario, querer satisfacer nuestros propios deseos con los placeres de este mundo? Si el placer es el objetivo que domina nuestra vida, nada bueno puede surgir de ello, sino pleitos, odios y divisiones. Los pasos que llevan a esta actitud son muy simples. La persona desea algo. Si no lo pone en oración inmediatamente buscando la voluntad de Dios, ese deseo comienza a dominar sus pensamientos, y así se encuentra pensando involuntariamente en eso mientras está despierta y soñando con eso mientras duerme. Guiada por su naturaleza carnal, esta persona comienza entonces a planear la manera de obtener lo que desea. Estos planes bien pudieran incluir formas de eliminar a aquellos que se interponen en su camino. Quizás pase un tiempo y no suceda nada, pero mientras este deseo se mantiene en la mente y en el corazón de la persona existe el peligro de que un día se convierta en acción. Todos los crímenes de este mundo se han originado en un deseo. Al principio, quizás era un simple sentimiento en el corazón, pero después de ser alimentado por un tiempo por los principios carnales se convirtió en acción con sus correspondientes malas consecuencias. La obediencia a la voluntad de Dios aproxima a los hombres entre sí, porque la voluntad divina es que nos amemos y nos sirvamos los unos a los otros. Pero obedecer a los deseos de la carne, los cuales buscan la propia satisfacción individual, conduce a sangrientas rivalidades, a competencias y a luchas por obtener las mismas cosas. La codicia de placeres lleva a la gente a la envidia, a los celos y a la enemistad, y aun puede llevarla al asesinato. Santiago 4:1-3 > “¿Saben por qué hay guerras y pleitos entre ustedes? ¡Pues porque no saben dominar su egoísmo y su maldad! Son tan envidiosos que quisieran tenerlo todo, y cuando no lo pueden conseguir, son capaces hasta de pelear, matar y promover la guerra. ¡Pero ni así pueden conseguir lo que quieren! Ustedes no tienen, porque no se lo piden a Dios. Y cuando piden, lo hacen mal, porque lo único que quieren es satisfacer sus malos deseos.” A esto se refiere Santiago cuando escribe: “Son tan envidiosos que quisieran tenerlo todo, y cuando no lo pueden conseguir, son capaces hasta de pelear, matar y promover la guerra.” Esta sed de placeres carnales cierra las puertas del cielo a las oraciones. Si las oraciones de una persona van dirigidas solamente a pedir cosas que satisfagan sus deseos, entonces esas oraciones son esencialmente egoístas, y por lo tanto no es posible que Dios las responda, pues estaría proveyendo los medios para pecar. Esto dice el pasaje de hoy: “Ustedes no tienen, porque no se lo piden a Dios. Y cuando piden, lo hacen mal, porque lo único que quieren es satisfacer sus malos deseos.” El verdadero propósito de la oración debe girar alrededor de esta petición: “Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”, como les dijo Jesús a sus discípulos cuando ellos le pidieron que los enseñara a orar (Lucas 11:1). Más adelante, cuando Jesús les prometió: “Si algo pidieran en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14), quiso decirles que todo lo que ellos pidieran de acuerdo a sus principios, a sus enseñanzas, a su voluntad, les sería concedido. Medita en esta enseñanza por unos minutos. Reconoce tu incapacidad para conocer el futuro. Piensa además que “la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta”, según declara la Biblia en Romanos 12:2. Si estás deseando algo en estos momentos, ¿no crees que debías ponerlo en oración inmediatamente y de todo corazón pedirle al Señor que tome control de todas las circunstancias que rodean tu deseo y haga su voluntad en tu vida? Conforme a la Palabra de Dios, esta es la mejor decisión que podrías tomar en este momento si deseas disfrutar de bendiciones al final en vez de sufrir las consecuencias de guiarte por tus deseos carnales. Lo que suceda en tu vida en relación a ese deseo depende totalmente de ti. ORACIÓN: Padre celestial, gracias por la enseñanza que recibimos de tu Santa Palabra. Te ruego me ayudes a hacerla parte de mi propia vida, obedeciéndola y practicándola día tras día. Por favor saca de mi corazón todo deseo o sentimiento que no esté de acuerdo a tu voluntad. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.
Posted on: Mon, 08 Jul 2013 11:04:03 +0000

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