¡QUÉ GOZO! ¡Qué gozo oír a Raquel cantar al son de la música de su móvil, cuando está en la ducha! Se oyen sus grititos y, detrás cuando calla, el chorro de agua potente. Se oyen golpes contra la porcelana de la bañera y las baldosas de la pared. Golpecitos de la ducha de teléfono. Se oye chapotear de agua: claramente, debe llenar un palmo de la bañera. ¡Y sigue cantando! ¡Qué gozo es vivir con ella! Ahora saldrá con su albornoz blanco de topos negros, el pelo empapado, fresca, feliz y contenta. ¡Perfumada! Que sólo quiero estar a su lado. ¡Que SIENTO que mi LUGAR está su LADO! Estábamos ambos sentados en el sofá con la tele puesta. Aunque yo la miraba más a ella que a la caja tonta. Observaba y grababa en mis retinas el color de su piel, su brillo, el grosor de sus labios, de sus pechos que asomaban por el escote. ¡Su gesto refunfuñado! Sus piernas suaves, sin rastro de pelos. ¡Y tan bronceadas! ¡Qué gozo oír su vocecilla al compás de su móvil! ¡Qué maravilla de muchacha/mujer! ¡Qué carita de niña concentrada, viendo la tele, con el ceño fruncido, apretados los labios. ¡Ya acabó de enjabonarse! ¡Vuelve a oírse el chorro de agua y los mecheros del calentador se disparan! ¡Te amo Raquel! TuVladi
Posted on: Thu, 26 Sep 2013 19:08:34 +0000