¿Recuerdas aquella vez que fuimos a ver tocar a La Maldita? Era - TopicsExpress



          

¿Recuerdas aquella vez que fuimos a ver tocar a La Maldita? Era 1996, los zapatistas se levantaban en Chiapas, MTV pasaba música y no solo realitys pendejos, teníamos 16 años y ese fue nuestro primer concierto de rock. Aún recuerdo que estuve como pendejo oyendo aquella estación de radio ¿Cómo chingaos se llamaba?... Bueno, ese no es el punto, el caso es que estaba pegado a la radio esperando aquel concurso para así ganarme los boletos y poder ir contigo. Te gustaba mucho la Maldita, parecía que te estaban dando convulsiones cada que bailabas Pachuco, y cuando te invite al concierto casi me quiebras los huesos con tu abrazo y mero me dejas sordo con el grito que pegaste. El concierto fue un viernes en la noche, nos fuimos de la escuela a tu casa para poder llegar temprano, me prestaste unos pantalones y una vieja camisa de tu hermano que me quedaba guanga, tú te metiste a tu recamara a cambiarte, intente espiarte por la mirilla de la puerta pero no pude. Te pusiste unas bototas de charol negro con las que de un patín desmadrabas a cualquier cristiano, una minifalda tableada con la que se podían ver tus piernotas apretujadas en esas medias que daban ganas de arrancarte a mordidas y una playera recién estrenada con la cara de Kurt Kobain. Llegamos como a eso de las 2 y ya había una bola de niños popis con playeras con la estrella roja, creyéndose muy revolucionarios, amontonándose en la entrada de aquella vieja plaza donde, tiempo atrás, se ponía el palenque y el lienzo charro. Faltaba todavía un chingo, así que te invite unas garnachas en un puesto que estaba a unas cuadras, cuando regresamos ¡madres! Ya había un montón de pálidos pachecos haciendo una fila kilométrica. - ¿Cuántos años tienen chavos?- Nos dijo una doña que se acercó con una carpeta y yo muy pendejamente le respondí: - 16. - No pueden estar aquí, este evento es para mayores de edad. Después de estársela haciendo de a pedo mando por un guarro al que le apodaban “El Dientes” y luego de soltarle una Sorjuana al muy hijo de su chingada pudimos pasar. Como a las cinco avanzó la fila y luego de la basculeada y manoseo obligatorios por fin estábamos dentro de ese corral gigante apretados entre un montón de changos marihuanos apestosos a chemo. A las 7 comenzó a tocar una banda bien pinche de cuyo nombre no quiero acordarme, a las 8 la banda comenzó a prenderse con las rolas de Tijuana No!, la fresa de la Venegas ya le había llegado, pero la Ceci se la rifaba chido en el escenario. Después de que pusieran a todo el mundo a mentarle su madre a Salinas y a gritarle vivas al Marcos fu el turno de La Cuca. “¡Tú sabes que yo me muero por ti mi vida, que me muero por ti mi amor!” berreaban todos al unísono, mientras tú me arrimaste tus chichistosas y luego me metiste un codazo sacamocos al bailar slam. Luego vino la Lupe y todos bailamos hasta que nos dolieron los pies viendo cómo se fusilaban a los tigres y hacían mierda una de sus rolas, la jarra de agua limón que me había zampado hace horas comenzó a surtir efecto y un riachuelo de pipi apestosa escurrió de mi pantalón, pero para mí fortuna estabas tan clavaba escuchando las rolas que te valió madres. Recuerdo el choro que te eche dándomelas de muy intelectual: - En la época antigua los caballeros andantes componían a sus damas canciones y sonetos y les regalaban partituras adornadas con polvo de oro que perduraban para toda la vida. - ¡No te escucho ni madres! - ¡Que en la época antigua…! - ¡No te escucho nada! - ¡A la chingada, me vale madres que me cachetees! - ¡Que!- No te deje terminar lo que ibas a decir y te plante un beso que supiste corresponder. Lino Nava tocaba su lira, mientras yo te retocaba la campanilla con mi rasposa lengua y metía mi mano por debajo de tu falda mientras nos acercábamos cada vez más al escenario. Roco empezó a cantar su tibiri tabara y nosotros ni nos dimos cuenta hasta que una luz nos flasheo de repente. - ¡Ustedes! La parejita que está tan acaramelada, suban con nosotros a cantar y bailar esta rola de paz y resistencia- nos dijo el greñudo cantautor mientras nos subían entre empujones a las tarimas donde tocaba la banda. Cante Kumbala hasta quedarme afónico, llegue a mi casa al día siguiente miado y oliendo a cerveza, mi papá me pego una putiza tan tremenda que renguee como por una semana, mismo tiempo en que mi jefa no me dirigió la palabra. Luego supe que a ti te había ido igual de gacho y no pude verte hasta dentro de un mes. Después de esa noche supe que eras la mujer ideal, ese fue el primer concierto de muchos, y ahora ante el cobijo del foro sol en este Vive Latino quiero pedirte que compartamos juntos nuestra vida, chatita preciosa ¿Te quieres casar conmigo?
Posted on: Tue, 01 Oct 2013 05:06:50 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015