¿Será que los políticos tienen los críticos que se merecen? ¿O viceversa? En fin, más que asunto de mutuos merecimientos, la indispensable dialéctica entre los que hacen la política y los que la someten a su escrutinio intelectual es de primera importancia para el desarrollo político de la sociedad mexicana. El tema no es simple y muchos menos se puede referir linealmente a la democracia –lo que sea que esto signifique– porque basta echarle un ojo a la prensa de cuando los perros se amarraban con boletas electorales y vivíamos bajo la dictadura perfecta para advertir la diferencia abismal entre aquellos grandes críticos de la vida de México y del mundo que entonces engalanaban las páginas editoriales de los periódicos y los que hoy, con las consabidas excepciones, las embadurnan con tonterías e impertinencias. Y no sólo las secciones de opinión sino las ediciones completas donde el colorete aplasta el juicio, las escasas noticias se confunden con los numerosos anuncios y se presentan sin orden ni jerarquía, y los titulares, escritos en un idioma desconocido, buscan confundir. El lunes 8, un diario capitalino cabeceó: “El PRI perdió 5 millones de votos”. El autor del dislate comparaba las elecciones presidenciales del año pasado con las locales del día anterior y se le hizo fácil meter en un mismo corral vacas y burros para hacer sus cuentas. Nunca se le ocurrió que se trató de eventos no homologables. Y así por el estilo anduvo la mayoría y desde luego los locutores de la televisión habilitados como politólogos. La ausencia de crítica es un obstáculo mayor al avance político del país.
Posted on: Wed, 24 Jul 2013 16:42:10 +0000
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