¿Si usted fallece hoy, cuál es la huella que deja en el planeta? - TopicsExpress



          

¿Si usted fallece hoy, cuál es la huella que deja en el planeta? ¿En qué se ha beneficiado la humanidad de su paso por este mundo? ¿Qué ha hecho usted para que la humanidad lo recuerde con amor y gratitud dentro de 100, mil, o más años? Cada ser humano nace con un Dharma o propósito de vida, y, ese propósito se desarrolla a través del servicio; es de aclarar que existen dos clases de servicio: el servicio de consumo o cotidiano representado por las actividades laborales que realizamos cada día con el propósito de ganar lo necesario para suplir nuestras necesidades y deseos; el servicio que ofrecemos a través de nuestro trabajo u ocupación a cambio de una remuneración que favorezca nuestra supervivencia; esta clase de servicio nada tiene que ver con nuestro Dharma o propósito de vida. Existe una segunda clase de servicio que he querido llamar trascendente, ese servicio que conduce al ser humano hacia la inmortalidad, que representa la realización de su propósito de vida, el tributo que cada hombre responsable debe pagar por el derecho a la existencia. Quiero hacerme entender a través del siguiente ejemplo: El doctor Alexander Fleming nació en Ayrshire, Escocia y murió en Londres, Inglaterra, a los 74 años. Trabajó como médico microbiólogo en el Hospital St. Mary de Londres hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial. En este hospital trabajó en el Departamento de Inoculaciones dedicado a la mejora y fabricación de vacunas y sueros. Durante la guerra fue médico militar en los frentes de Francia y quedó impresionado por la gran mortalidad causada por las heridas de metralla infectadas (ej.: gangrena gaseosa) en los hospitales de campaña. Finalizada la guerra, regresó al Hospital St. Mary donde buscó intensamente un nuevo antiséptico que evitase la dura agonía provocada por las heridas infectadas. Fleming no patentó su descubrimiento creyendo que así sería más fácil la difusión de un antibiótico necesario para el tratamiento de las numerosas infecciones que azotaban a la población. Por sus descubrimientos, Fleming compartió el Premio Nobel de Medicina en 1945 junto a Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey. Su descubrimiento de la penicilina significó un cambio drástico para la medicina moderna iniciando la llamada "Era de los antibióticos", otros investigadores posteriores aportaron nuevos antibióticos, como la estreptomicina utilizada para el tratamiento de la tuberculosis, salvando millones de vidas. La aportación científica de Fleming es doble pues además de descubrir una molécula química (penicilina) también encontró una molécula enzimática (lisozima) con actividad antibiótica. Por esta razón Fleming puede ser considerado como el primero en descubrir una enzima antimicrobiana. Alexander Fleming murió en 1955 de un ataque cardíaco. Fue enterrado como héroe nacional en la cripta de la Catedral de Sam Pablo de Londres. El Doctor Fleming, como médico, debió prestar servicios diariamente a personas que estaban dispuestas a pagar por beneficiarse de su trabajo y eso le permitió suplir sus necesidades básicas y las de su familia, pero también legó a la humanidad la penicilina, servicio que representa su contribución al planeta, que más allá de representarle un sueldo constituye el aspecto trascendente de su vida. La humanidad avanza gracias no solo a los potentes empujones de sus grandes hombres, sino también a los modestos impulsos de cada hombre responsable. Hoy, la humanidad disfruta de muchas comodidades gracias a que muchos seres responsables han cumplido con su servicio trascendente, han pagado su derecho a la existencia. Un ser humano no muere el día en que se sepulta o se crema su cuerpo, realmente muere el día que el universo lo olvida, el día en que nadie tiene algo que recordar de su paso por este mundo. Hubo seres que nacieron y murieron hace más de dos mil años en países lejanos y sin embargo hoy los recordamos con amor y gratitud; en contraste encuentras seres que si les preguntas cuántos años han cumplido y te pueden responder, por ejemplo, 50 años y se les olvida decir que llevan 20 o más de muertos, porque no están aportando algo para que el mundo sea mejor, en pocas palabras no han estado dispuestos a pagar su tributo por el derecho a la existencia. Todos tenemos la enorme responsabilidad de hacer que el día que tengamos que partir de este mundo, éste debe ser mejor que cuando lo recibimos. Todos tenemos la gran responsabilidad de hacer que algún día, nuestros hijos, nuestros nietos y nuestras futuras generaciones se deban sentir orgullosos y agradecidos por lo que estamos aportando hoy a la humanidad. Nadie puede impedir que algún día su cuerpo tenga que ser sepultado, pero sí puede hacer todo lo posible para que su nombre no sea sepultado con su cuerpo. Es triste encontrarnos diariamente en centros comerciales, almacenes de cadena, restaurantes, negocios grandes y pequeños, centros de atención médica y toda clase de empresas, personas que prestando el servicio cotidiano, el que les permite comer cada día; en forma displicente, sin entusiasmo, sin sentido de pertenencia, sin espíritu de compromiso, sin ninguna vocación, personas que están simplemente por conseguir un sueldo que les permita sobrevivir sin preocuparse en lo más mínimo en la calidad de lo que hacen. ¿Estarán preparadas estas personas para ofrecer un servicio trascendente? Muchas organizaciones conscientes de esta penosa situación quieren fortalecer a su personal con conferencias, talleres o seminarios esporádicos, que motivan a la gente durante poco tiempo, cuando en realidad necesitan desarrollar programas progresivos e intensivos que permitan expandir sus consciencias, sensibilizarlos y ante todo, crear culturas de servicio realmente perdurables. El servicio no es algo que se deba plantear como una técnica administrativa o como estrategia comercial, es importante recordar que Servicio empieza con Ser y calidad de servicio necesariamente debe empezar con calidad de Ser; si vemos el servicio desde una dimensión humana no lo debemos mirar como una simple función del hacer, sino como un apostolado, como la razón única de existir. Jesús de Nazaret, el maestro de maestros, afirmaba: Yo he venido a servir y no a ser servido. Los grandes héroes de la humanidad no son recordados por sus conocimientos sino por su capacidad de servicio. Definitivamente: más importante que el conocimiento, es saber qué hacer con él. A nadie le pagan por lo que sabe, a todos nos pagan por lo que hacemos con lo que sabemos. La vida es como un partido de tenis, siempre gana el que mejor sirva. Es importante comprender el verdadero significado de la frase: El ser que no vive para servir, no sirve para vivir.El servicio representa el camino más directo en la ruta hacía el éxito y la felicidad, es la expresión más profunda y bella del amor. Palabras amorosas sin un servicio que las respalde son como girar cheques sin fondos, solo son palabras bonitas. Bien lo expresó santa Teresa de Ávila: El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración, es la fe. El fruto de la fe, es el amor. El fruto del amor, es el servicio. El fruto del servicio, es la paz. Dicho más sencillo: La fe en acción es… amor, el amor en acción es…servicio. Guillermo Villa Ríos - See more at: canalprosperidad/portada/245-servicio-trascendente#sthash.kWNymtu6.dpuf
Posted on: Mon, 23 Sep 2013 00:18:59 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015