UN VIEJO NUEVO GOBIERNO Casi se podría haber puesto un anuncio: ‘SE BUSCA político con carnet socialista no imputado y libre de sospechas… Razón: Junta de Andalucía’. En el sudoku del primer gabinete del susanato esa era la consigna. Y tener que hacer un Gobierno así, rastreando las sombras de la corrupción en cada curriculum, ya delata el estado patológico de la política española. El oasis andaluz, como en Cataluña, solo era un espejismo, un efecto óptico provocado por la larga trayectoria en el poder; pero roto el dique, los Eres se han convertido en una devastadora marea negra. De hecho Jiménez Barrios, nuevo hombre fuerte, se ha visto investigado por la Justicia por una subvención a Chiclana en 2003 siendo alcalde. En el fondo de armario del socialismo andaluz no es fácil ya encontrar currículos impolutos de polvo y paja. Más que una renovación, se ha hecho limpieza. La mitad larga del bipartito sigue; y se suman veteranos como Barrios, Maldonado, MJ Sánchez o incluso Elena Víboras con ese apellido prometedor para las sesiones de los ‘fondos de reptiles’. La presidenta ha hecho algún fichaje de su generación, como la alcaldesa de Baena de rebote tras hacer renunciar al nº1 de la lista, aunque nadie en su grupo es más joven que ella. Esto, más que un cambio de generación, ha sido un cambio de género. Ahora manda una mujer; ese prodigio que al parecer tanto entusiasma a las parlamentarias con su pegatina de ‘presidenta somos todas’. Más allá, la marca de este Gobierno parece involutiva: volver al partido como valor fuerza. Claro que el aparato es el sello de Susana Díaz. Antes el carnet que el curriculum. En cambio, sería prematuro deducir el sello del municipalismo en gabinete: captar alcaldes o ex alcaldes –Chiclana, Baena, Alcalá- más bien delata que es el último caladero donde fichar. También es prematuro deducir que Málaga es un nuevo eje fuerte: MJ Sánchez nació en Casarabonela pero es cuota Granada, y Luciano y ‘Pepín’ S Maldonado no son cuota oficial de Málaga. No hay fichajes para ilusionarse, pero eso pocas veces sucede con un Gobierno. Este es muy continuista, aunque en las próximas semanas se verá si ha ganado impulso liberándose del lastre de los Eres. Hay indicios decepcionantes: sacar a Mar Moreno en su mejor gestión porque los equilibrios de poder con Jaén aconsejaban cortar su cabeza; o que el nuevo hombre fuerte de Economía no sea un hombre fuerte sino el catedrático ‘Pepín’ Sánchez Maldonado que dimitió del Puerto de Málaga aduciendo mala salud al verse desbordado por un conflicto laboral. Si tiene mala salud, no da para hombre fuerte; si le superó un lío de 140 trabajadores, no parece la figura para afrontar un millón de parados. En todo caso el Gobierno, como el propio discurso de investidura, no parece inaugurar un ‘tiempo nuevo’ sino una cabriola lampedusiana con los cambios necesarios para que todo siga igual.
Posted on: Tue, 10 Sep 2013 07:01:29 +0000
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