¿Ya no hay nada entre los dos? “Nos apuramos a divorciarnos. - TopicsExpress



          

¿Ya no hay nada entre los dos? “Nos apuramos a divorciarnos. Debimos insistir”. Me lo decía mi amiga y comadre, con la que habíamos compartido embarazos, crianza de hijos, sueños, ideales, trabajo, tertulias…y soledad. Allí estábamos, abuelas pujantes, ejerciendo vocaciones, y embelesadas con estos niños de nuestros niños que despiertan un cariño tan distinto como inesperado. Teníamos intensas crónicas de vida. Y nos reíamos recordando nuestro “15 minutos de gloria” que Andy Warhol asegura que toda persona recaba en su haber. “¿Vos mirás las fotos?” “¿Yo?, las guardo bien escondidas”. La recordaba parada en la puerta de la redacción, con su esbeltez espeluznante, su bronceado Caribe, su blusa verde mar, su crujiente e interminable falda negra y su mechón sobre la frente. Al verla, suspirábamos todos, hasta yo. Ay, recuerdos. Ahora bien: “¿Por qué está prohibido arrepentirse?”, nos pregunté a ambas. Por esos 15 minutos impagables en que se es adorada y requerida, una rechaza la rutina y la dependencia, uno que otro improperio, más los celos y la competencia y “no aguanto más; ‘ya no hay nada entre los dos’”. Sin embargo, como con los hijos, casi siempre se sigue amarrada a aquel hombre con el recorrimos veredas de esperanzas, alcanzamos metas, levantamos casas y miramos el mar amarrados de la mano. Lo seguimos teniendo al ladito, nos guste o no, en los gestos filiales y hasta en la rabieta de algún nieto. Por eso, lo digo por experiencia, no me gustan las separaciones. Estoy convencida, y firmemente, que hay que porfiar. Agarrarse de los lugares comunes como hacer un viaje solos, mudarse de vivienda, concentrarse en comprender las virulencias “humanas” de un potente temperamento, tolerar y aprender a callar los vanos vocablos de la furia. Esas compulsiones que nos llevan a pronunciar términos inconcebibles, a golpear puertas y a poner punto final a una sociedad en la que invertimos tiempo, renuncias, afecto. ¿Terminan los amores? Tal vez, no. Tal vez un hilo invisible sigue conectando a los divorciados hasta en la batalla por los bienes o la disputa por territorios. La tendencia de reconciliación está en alza a nivel mundial y, según una encuesta de Media Personalizada, publicada por un matutino, el 22% de divorciados quiere volver a unirse. Esto ocurría, en el pasado, sólo con las estrellas de cine, como Elizabeth Taylor y Richard Burton, que reincidieron más de una vez. Ya alejados definitivamente, a él se le detuvo el corazón mientras describía en sus memorias la impresionante belleza de Liz. Ella, secretamente, envió, para que colocaran en su ataúd, un impresionante anillo de brillantes, sello de un reencuentro. La neuróloga Lucy Vincent considera que el peligro del hartazgo llega cuando se disipa la ceguera amorosa. “El organismo”, afirma, “está programado para una embriaguez de 18 a 36 meses. Entonces, la pasión da lugar a la realidad. Se separan, tienen algunas aventuras por ahí y después retornan al verdadero amor.” El cantante Eminem se casó por segunda vez con Kim Matter el 14 de Enero del 2006 después de cinco años de distancia absoluta. Entonces dijo: “Esta vez me casé con mi mejor amiga.” Frase para meditar. Superar el incendiario frenesí para pasar a un sentimiento de raíces inexpugnables, tiene su toque de sabiduría. En Mateo 19,3-12, Jesús considera que no todos nacen con el don de permanecer al lado de la persona amada y puntualiza: “Por eso, abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Y lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe.” Sapiente respuesta de la Biblia, para creyentes o no. Total, aceptemos que, para siempre, habrá “algo entre los dos”.
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 15:52:41 +0000

Trending Topics



text" style="margin-left:0px; min-height:30px;"> --------►The Sleeping Giant Isnt Sleeping Any

Recently Viewed Topics




© 2015