"...pues el soborno ciega los ojos del sabio" (Devarim 16:19) Hay - TopicsExpress



          

"...pues el soborno ciega los ojos del sabio" (Devarim 16:19) Hay muchas maneras de hacer que un disco sea un "hit". Se puede componer una canción especial y convertirla en un súper disco. Pero hay un montón de discos buenos. ¿Cómo uno puede estar seguro de que cuando alguien prende la radio, van a oír justamcnte el disco de uno? En 1960, hubo un caso de un famoso disc jockey neoyorquino cuya reputación y carrera "se fueron al tacho" tras una acusación de aceptar soborno y de aceptar dinero para pasar discos en su programa. En 1972, se llevó a cabo una investigación denominada "Project Sound", la cual se encargó de determinar la veracidad de un supuesto soborno por parte de una empresa de discos de gran renombre, la cual habría "pagado" a las estaciones de radio para que pasaran sus discos. Como resultado de dichas investigaciones, en 1975 fueron procesadas diecinueve personas. El soborno continuó acechando la industria musical. A fines de 1976, nuevamente se investigó el mercado de la música. Y, más recientemente, en 1986, otra vez demandas de soborno. Por cierto que la industria de la música no es el único medio donde cunde el soborno. Dondequiera que hay dinero y poder, hay personas dispuestas a explotar la debilidad de los otros para su propio provecho. Pero no pienses que el soborno rige únicamente entre los inescrupulosos. Todos nosotros somos susceptibles de caer en él. En la parashá de esta semana, la Torá prohíbe aceptar sobornos. La Torá no define el límite inferior de lo que se ha de denominar "soborno", por lo que soborno podría ser también de unos cuantos centavos. Asimismo, ya que la Torá nos da este precepto sin ningún tipo de calificación, se desprende que no hay "techo" para quién puede ser el receptor del soborno. Por eso, hasta un alma tan elevada como la de Moshe Rabenu podría, en teoría, sufrir la influencia de un soborno. La Torá nos enseña que hasta las personas más grandes pueden ser influenciadas por las sumas más ínfimas. Naturalmente que hay una escala en esto: un soborno pequeño puede afectar a una persona en forma mínima; un soborno más grande, la va a influenciar más. Cuanto más elevada la persona, menor es el efecto que ejercerá hasta un soborno cuantioso, y cuanto más baja la persona, mayor será el efecto de hasta un soborno mínimo. Sin embargo, lo que surge en claro de la afirmación de la Torá, es que resulta imposible no ser afectado. Por lo tanto, no debemos sorprendernos cuando la gente no quiere volverse religiosa: es como un escándalo de soborno. Y ¿cuál es el soborno? Si la Torá nos exigiera que comiéramos en los mejores restaurantes treife del mundo, muchísima más gente sería religiosa. La barrera para llegar a la fe en D-os no es lógica, sino psicológica. En nuestro subconsciente, sabemos que si aceptamos la Torá, "nos va a costar", por ejemplo, ya no vamos a poder ir al club en auto los sábados a la mañana. Una vez Rabí Samson Rafael Hirsch dijo: "La creencia no es el conocimiento de que hay un D-os, sino el reconocimiento". Si hasta el soborno más pequeño podría afectar hasta a Moshe, cuánto más nosotros, que estamos a años luz del nivel de Moshe, somos susceptibles al más grande soborno de todos: de hacer exactamente lo que queremos, cuando lo querramos. Ese es el soborno.
Posted on: Sat, 10 Aug 2013 11:06:53 +0000

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