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009-01-03 05:00:00 El Arte de Vender Arte De hecho, esta situación de particular trazado anecdótico corresponde a un hecho real que le sucedió a Ramón Andrés Ramírez Uribe, propietario de la que sin duda califica como la única galería de arte de Bucaramanga. Las personas suelen tener en mente que el valor de una obra tiene estrecha relación con el papel decorativo que esta cumpla y, por eso, cuando llegan a la galería y recorren la exposición del momento, reciben su catálogo y escuchan la asesoría que se les brinda, cambian radicalmente su visión y terminan por invertir en una obra de arte que de verdad les represente un bien patrimonial. Ramírez Uribe hasta hace menos de un año ostentó el grado de capitán del Ejército y en su carrera militar figuraron importantes reconocimientos obtenidos tanto en el campo académico de su formación como en el propio militar y docente, lo que se corrobora en la decena de condecoraciones y recordatorios de su paso como instructor de paracaidistas en la Academia Militar de México y Cuenca (Ecuador) e instructor en Colombia de la exigente rama de lanceros. Cambiar las armas por el arte fue una decisión vital, un impulso que se venía incubando en mi mente desde las épocas de estudiante del Colegio Fundación UIS, donde la profesora Virginia Nemeth que nos dictaba Historia del Arte nos inculcó el amor por esta rama de la humanística, que para mí era como un alimento para el alma y para la mente. Desde entonces y a pesar del currículo militar que forjé en mi paso por las Fuerzas Militares, en mí estaba viva la fijación por dedicarme al arte. LA VOZ DEL EXPERTO Muchas preguntas surgen al conversar con el galerista que por esta época impulsa en su galería el arte regional con el montaje de la exposición El paisaje a través del ojo del artista, en la que se reúnen obras de 38 artistas santandereanos que en diferentes líneas (figuración, impresionismo, abstracto y primitivismo) interpretan el paisaje circundante. ¿No le dio temor abrir una galería de arte de estas dimensiones en una ciudad donde existen grandes falencias en materia de conocimiento del arte, donde se carece de reales espacios para la formación artística y donde el arte se mueve entre las líneas extremas de la decoración y la ostentación? Ese riesgo lo debemos tomar quienes nos le medimos a hacer empresa. Nada se hizo al azar. Bucaramanga necesitaba de una galería de arte, de un lugar donde se brindara asesoría seria y profesional a los que deseasen tener en sus casas verdaderas obras de arte. ¿Pero no resulta complicado apostarle a que personas que no están educadas en materia del verdadero valor de una obra de arte, de la noche a la mañana decidan invertir su dinero en un cuadro o una escultura? Sí, claro, y por eso se inauguró la galería con una exposición de alta talla, la de Armando Villegas. Yo creo que por primera vez la gente vio obras cuya tasa comercial pasaba de los 100 millones de pesos y eso contribuyó a generar confianza en la galería, y se estaba corroborando que acá hay compradores, pues se vendieron varias obras que superaban los 50 y hasta los 80 millones de pesos. Pero eso es bastante dinero y no todos tienen esa capacidad de compra. Si una persona desea iniciar una colección de arte, ¿cómo hace para romper el paradigma de los altos costos? El primer consejo aunque suene obvio, viniendo de un galerista es que siempre compre en una galería reconocida, lo cual es una garantía contra la posibilidad de ser engañado con una copia o con un artista sin proyección. En esta galería puede encontrar excelentes obras, desde 500 mil pesos, de artistas jóvenes que están iniciando su carrera, cuyo trabajo ha obtenido el aval del comité curatorial con que cuenta la galería; un paso gigante hacia su futura cotización. Digamos que una persona tiene 50 ó 60 millones y quiere invertir en arte; ¿cual es su consejo? Lo primero que le aconsejaría es que le apueste a la Marca Santander, de excelentes artistas y muchas alternativas; desde un clásico, como Rodríguez Naranjo o Moreno Otero, hasta adquirir cinco o seis cuadros de artistas como Mantilla Caballero, Espinosa, Hernández Prada, Zambrano Molina o Javier Mantilla, y, más aún, si quiere formar una verdadera colección, tomar una línea y entonces irse por artistas jóvenes, como Gerson Corzo, Pablo Rincón, Juan José Cobos, Efraím Saldaña o Marco Tulio Espinosa (el hijo de Guillermo).
Posted on: Fri, 29 Nov 2013 12:44:00 +0000

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