1. Acción del Demonio en el Mundo Hay que decir que sobre el - TopicsExpress



          

1. Acción del Demonio en el Mundo Hay que decir que sobre el demonio hay una conspiración, una conspiración de silencio, un verdadero y auténtico complot. Nadie habla de él y cuando Pablo VI se atreve a hablar de él al mundo en la década de los 70´s se le tachó de estrecho al "exhumar creencias medievales".(31) Juan Pablo II en ocasión del Año internacional de la Juventud en 1985 envió un mensaje en el que decía: La táctica que Satanás ha aplicado y continúa aplicando consiste en no revelarse para que el mal que ha difundido desde los orígenes se desarrolle por la acción del hombre mismo, por los sistemas y las relaciones entre los hombres, entre las clases y entre las naciones, para que el mal se transforme cada vez más, en un pecado estructural y se pueda catalogar cada vez menos como un pecado personal. En palabras de Huber es una forma de institucionalizar el mal en la vida del hombre. Dom Alois Mager o.s.b. antiguo decano de teología en la Universidad de Salzburgo afirma que el mundo satánico se caracteriza por dos rasgos fundamentales: la mentira y el asesinato. La mentira, pues aniquila la vida espiritual. El asesinato, la vida corporal. Aniquilar siempre. (32) El R. P. Rubén Alberto Ederle, en su conferencia sobre el Infierno y la acción del demonio en el mundo nos dice que las principales acciones del demonio en la tierra son: a. La tentación. Este es el oficio del demonio: tentar nos dice Sto. Tomás. Esta es la primera de las acciones del demonio en el mundo. Sto. Tomás dice que no siempre las tentaciones vienen del demonio ya que muchas veces nosotros mismos por medio de nuestra concupiscencia buscamos las tentaciones. Muchas veces debemos considerar si no somos nosotros mismos los que producimos un montón de cosas. Sto. Tomás dice no multiplicar los entes donde no los hay, no buscar milagros donde no los hay. Dios no tienta. Dios sólo nos puede inducir al bien, somos nosotros los que nos ponemos, constantemente en ocasión de peligro, de pecado. Tentación para el mal sólo es obra del demonio. Santiago nos dice que cada quien es tentado por su propia concupiscencia que lo atrae o seduce pero que nadie será tentado más allá de su fuerza. Dios es fiel y no permitirá que eso pase. ¿Cómo puede concretizarse esta tentación en la vida de las empresas? La tentación cae casi siempre por el lado de la templanza, que en el mundo empresarial podemos decir que es vivida en forma de sobriedad: se ponen los beneficios económicos por encima de las personas, se privilegia la situación personal por sobre la situación de la familia y de la comunidad; la avaricia hace su entrada triunfal cuando se visualiza una forma de no contribuir de manera justa con los gastos del Estado, la tentación de no cumplir con las reglamentaciones ambientales y no dar ese servicio a la comunidad que la utilidad otorga por negarse, por un interés egoísta de la empresa la existencia de esa utilidad, entre otras. La tentación de desperdiciar el tiempo en lo superfluo, en lo inmediato y en el ego personal. b. La obsesión. No es fácil distinguir si una tentación viene del Demonio o de nosotros mismos. La obsesión es una incursión tan fuerte del demonio, sensible, que no deja duda a aquél que la padece, de la intervención del demonio, es un embate sensible que no se puede explicar con las solas fuerzas naturales (concupiscencia) y el demonio, en este embate al alma muchas veces termina poseyendo su mismo cuerpo. En la simple tentación puede no ser clara la participación del demonio. La diferencia fundamental entre obsesión y la posesión es que en la posesión el ataque es desde fuera, la posesión es la instalación del demonio en el interior de un cuerpo. Sin embargo el demonio que posee un cuerpo no lo posee intrínsecamente sino como un chofer que guía su coche. Es decir el demonio no es alma de ese cuerpo, no informa a ese cuerpo. En la obsesión es un ataque mucho más fuerte que la posesión misma porque tiene como fin instalarse en el alma de la víctima. Cuando el demonio obsesiona a una persona lo hace, en definitiva, teniendo como blanco el alma: Quiere que el alma pierda la paz, y si es posible, la gracia. El demonio nunca puede meterse dentro del alma a menos que esa alma le entregue su inteligencia y su voluntad, si no, no puede pues ese ámbito sólo le pertenece a Dios. El demonio intenta apartar, con la obsesión, a esa alma de Dios, ese es su fin. La obsesión puede ser interna o externa: externa a través de los sentidos, en particular la imaginación. Como una idea fija de hacer lo que no se debe o de no hacer lo que se debe. Puede presentarse a través del sentido de la vista: con apariciones de Satanás que tienen formas agradables para llevar al alma a la vanidad o formas horribles que tienen la intención de apartarlas del camino de su propia vocación, de su camino del deber de estado; otras veces, formas voluptuosas para invitar a la persona a pecar. Este tipo de visiones afectaron a Santa Catarina de Sienna a San Antonio Abad. Pueden presentarse a través del sentido del oído: con ruidos espantosos, afirmaciones blasfemas y obscenas. Este tipo de sonidos fueron vivenciados por Santa Margarita de Cortona; hay ruidos, por ejemplo, en la vida del cura de Arce. Puede presentarse el demonio también a través del olfato con olores ricos o con hedores. A través del gusto con cosas ricas o sabores amargos, hiel. El sentido más atacado es el tacto ya que lo tenemos en todo el cuerpo, Santa Teresa de Jesús, Santa Catarina de Sienna. Personas que obsesionadas nos les importa realizar cualquier tipo de negocios, que no sólo dañan su persona, sino a su familia, la de terceros y en general a la sociedad. Negocios que dañan la salud, la moral y que pasan por encima de lo que sea y de quien sea con tal de obtener cuantiosas ganancias. Personas que se justifican constantemente con el argumento de crear fuentes de trabajo, contribuir al desarrollo del país cuando en realidad su obsesión por el dinero, la fama y el status es lo que realmente dirige los ideales y objetivos de la empresa y del trabajo. c. La posesión no es tan grave como la obsesión. El demonio entra en el cuerpo de la víctima. En la obsesión se aleja al alma de la cercanía y del servicio de Dios. No está informando al cuerpo, pero el demonio intenta poseer intrínsecamente aunque no lo logre pues sólo Dios lo puede. Para terminar, la idea fundamental de todo esto, no es que temamos al infierno, o al demonio de manera equivocada. Lo peligroso es que el demonio llegue a poseer nuestra alma, no tanto nuestro cuerpo y que nos convenza de que no existe para que bajemos la guardia y entonces, él, pueda entrar. En efecto, uno de los males de nuestros días es la soledad, a pesar de vivir en un mundo tan modernamente comunicado porque solo se puede sentir tanto el millonario en medio de sus negocios y fiestas como el mendigo en medio de sus miserias que lucha día con día por encontrar algo que le llene el estómago; tanto el ama de casa que tiene un marido que la desprecia y unos hijos que no le hacen caso, como el profesionista que no encuentra trabajo…pues la soledad no es no tener a nadie físicamente a nuestro alrededor, sino no tener a nadie cerca de nuestra alma. Todos estamos expuestos a sentirnos desamparados en los momentos duros, o en la cotidianidad de nuestro trabajo diario. Sin embargo, Cristo nos sale al encuentro. Nos cura y hace que cambie nuestra vida en contra de las costumbres frívolas del mundo en que vivimos. Porque Él quiere permanecer en nuestras almas, por medio de la Gracia, bajo la condición de que respetemos sus mandamientos. (33) El infierno es estar sin Dios, sin Cristo que nos ama tanto y que nos comprende tanto. El infierno es la Verdadera soledad. ¿A quién acudir?¿A quién ir? Si Dios ya no está. Y lo peor de todo es que los condenados ni siquiera suplican perdón, incapaces de reconocer su equivocación en esta vida, se vuelven de odio a sí mismos, a Dios y al Demonio que los engañó con sus placeres aparentes. El infierno es la Verdadera Soledad. El que sin Dios quiere vivir, sin Dios vive y sin Dios muere. Dolor y sufrimiento, ya es esta vida sin Dios, cuando vienen los tiempos difíciles.(34) El demonio siempre nos tienta por nuestra parte más débil, es un aprovechado y un oportunista de nuestra constante lucha interior entre elegir el bien o el mal, es terriblemente insidioso y nos confunde haciendo que elijamos un mal con apariencia de bien. Lo que pretende Satanás es algo mucho más grave: apartarnos de nuestra misión y como consecuencia de Dios. Su plan es siempre el mismo: la mentira, la vanagloria, el camino fácil, los triunfos fulminantes y espectaculares, la comodidad, el uso de nuestras cualidades para nuestra propia gloria y honra para que los demás nos alaben, se impresionen y nos sirvan...¿no son éstos nuestros puntos más flacos?¡Cuantas veces el demonio nos derrota por ahí! Con Satanás no hay que jugar ni dialogar, ni permitirle las dudas ni las insinuaciones. Hay que cortarlo enseguida poniendo por delante de inmediato, la obediencia a la Palabra de Dios, en un deseo de contrición y de búsqueda de la Misericordia Divina pues Él siempre está listo para regalarnos su luz y presentarse de nuevo en nuestras vidas.
Posted on: Sat, 10 Aug 2013 13:10:19 +0000

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