13/09/2013 El Despojo Lectura Filipenses 2: 1-11 …se despojo a si mismo… El apego es un condición natural, muy ligada al sentimiento de pertenecía. Nos solemos apegar a lo que consideramos y entendemos como nuestro. Los bienes, los logros alcanzados, y la identidad adquiridas, son objetos de apego, nos aferramos, y con derecho propio. En su misión salvadora, Cristo Jesús, establece un antecedente único: siendo Dios, no tomo en cuenta esta condición y en un acto de amor incomparable, cambio su forma y se hizo semejante a cualquier mortal. Un hecho con su trascendencia histórica, que transformo el mundo. Con cuanta facilidad hacemos uso de lo que nos pertenece, reclamamos y hasta nos peleamos por no ceder una condición de apego. Lo mió es mió y nadie me lo quita. El despego es una actitud, acompañada de movimientos visibles. Así es como se cuantifica el apego. Nuestras actitudes frente a lo que tenemos, son indicadores de la magnitud del mismo. ¿Qué tanto pudiésemos estar apegados, aferrados a algo, o a alguien? Esta pregunta es interesante, sobre todo en la medida en que estemos dispuestos a dejar… a despojarnos a nosotros mismos. Valorar lo que se tiene, y cuidar de ello, es una buena actitud. El asunto es, hasta donde nos aferramos. A veces no pensamos en la posibilidad de la muerte. Como si fuésemos a vivir para siempre en esta condición humana. Abrimos a compartir en bien de los demás, es una excelente idea. Precisamente el despojo del Señor, estuvo íntimamente ligado a su muerte. Se humillo a si mismo hasta llegar al calvario y dar su vida en un gesto de amor indescriptible. En esa misma medida fue exaltado. La exaltación dada por Dios, requiere del desprendimiento, del despojo. Bienvenida González.
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 14:02:31 +0000
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