15 de Agosto: Fiesta de la Divina Voluntad Este día, 15 de - TopicsExpress



          

15 de Agosto: Fiesta de la Divina Voluntad Este día, 15 de agosto se celebra la Asunción de María. Jesús nos da a conocer que esta fiesta debería llamarse la fiesta de la Divina Voluntad. Vamos a incursionar en tres dictados de Jesús donde nos muestra la grandeza de su, y nuestra Mamá Celestial, y podremos conocer el por qué se debería llamar de esta manera. No habrá comentarios, basta el dictado de nuestro Señor, y la meditación que podamos hacer de estas palabras para captar la magnitud de lo que se nos dice. La fiesta de la Asunción se debería llamar la fiesta de la Divina Voluntad. (3) Después de esto me he puesto a pensar en la fiesta de mi Celestial Mamá Asunta al Cielo, y mi dulce Jesús con un acento tierno y conmovedor ha agregado: (4) “Hija mía, el verdadero nombre de esta fiesta, debería ser: ‘La fiesta de la Divina Voluntad’. Fue la voluntad humana la que cerró el Cielo, que destrozó los vínculos con su Creador, la que hizo salir todas las miserias, el dolor, y que puso término a las fiestas que la criatura debía gozar en el Cielo. Ahora, esta criatura, Reina de todos, con hacer siempre y en todo la Voluntad del Eterno, es más, se puede decir que su vida fue sólo la Voluntad Divina, abrió el Cielo, se vinculó con el Eterno e hizo volver las fiestas en el Cielo con la criatura; cada acto que hacía en la Voluntad Suprema era una fiesta que iniciaba en el Cielo, eran soles que formaba como ornamentos de esta fiesta, eran músicas que enviaba para alegrar la Jerusalén Celestial, así que la verdadera causa de esta fiesta es la Voluntad Eterna obrante y cumplida en mi Mamá Celestial, que obró tales prodigios en Ella, que dejó estupefactos a Cielos y tierra, encadenó al Eterno con los vínculos indisolubles de amor, raptó al Verbo Eterno hasta su seno, los mismos ángeles, raptados, repetían entre ellos: ‘¿De dónde tanta gloria, tanto honor, tanta grandeza y tantos prodigios jamás vistos, en esta excelsa Criatura? No obstante es del exilio que viene’. Y atónitos reconocían la Voluntad de su Creador como vida y obrante en Ella, y estremeciéndose decían: ‘¡Santa, Santa, Santa, honor y gloria a la Voluntad de nuestro Soberano Señor y gloria y tres veces Santa Aquélla que ha hecho obrar a esta Suprema Voluntad!’ Así que es mi Voluntad la que más que todo fue y es festejada en el día de la Asunción al Cielo de mi Madre Santísima; fue mi Voluntad únicamente la que la hizo ascender tan alto que la distinguió entre todas las criaturas, todo lo demás habría sido nada si no hubiera poseído el prodigio de mi Querer. Fue mi Voluntad que le dio la Fecundidad Divina y la hizo Madre del Verbo, fue mi Voluntad la que le hizo ver y abrazar a todas las criaturas juntas, haciéndose Madre de todas y amando a todas con un amor de Maternidad Divina, y haciéndola Reina de todos la hacía imperar y dominar. En aquel día mi Voluntad recibió los primeros honores, la gloria y el fruto abundante de su labor en la Creación, y comenzó su fiesta que jamás interrumpe por la glorificación de su obrar en mi amada Madre; y si bien el Cielo fue abierto por Mí, y muchos santos estaban ya en posesión de la Patria Celestial cuando la Reina Celestial fue asunta al Cielo, sin embargo la causa primaria era precisamente Ella, que había cumplido en todo la Suprema Voluntad, y por eso se esperó a Aquélla que tanto la había honrado y contenía el verdadero prodigio de la Santísima Voluntad para hacer la primera fiesta al Supremo Querer. ¡Oh, cómo todo el Cielo glorificaba, bendecía, alababa a la Eterna Voluntad cuando veía a esta sublime Reina entrar en el Empíreo, en medio de la corte celestial, toda fundida en el Sol Eterno del Querer Supremo! La veían toda adornada por la potencia del Fiat Supremo, no había habido en Ella ni siquiera un latido que no tuviera impreso este Fiat, y atónitos la miraban y le decían: ‘Asciende, asciende más arriba, es justo que Aquélla que tanto ha honrado al Fiat Supremo y que por medio suyo nos encontramos en la Patria Celestial, tenga el trono más alto y que sea nuestra Reina’. Y el más grande honor que recibió mi Mamá fue el ver glorificada la Divina Voluntad”. + + + Cómo es conocida en el Cielo la santidad del Querer Divino. (3) Después de esto estaba pensando y acompañando a la Soberana Reina cuando fue asunta al Cielo, y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior, como ensalzando a su Madre Celeste me ha dicho: (4) “Hija mía, la gloria de la Mamá en el Cielo es insuperable, ningún otro en las regiones celestiales posee mares de gracia, de luz, mares de belleza y de santidad, mares de potencia, de ciencia y de amor, y mucho más, pues estos mares los posee en el mar interminable de su Creador, los otros habitantes de la bienaventurada patria a lo más poseen, quién los pequeños ríos, quién las gotitas, quién las fuentecitas, sólo Ella es la única, porque fue la única que hizo vida en el Fiat Divino, jamás tuvo lugar en Ella el querer humano, su vida fue toda de Voluntad Divina y en virtud de Ella concentró en Sí a todas las criaturas, concibiéndolas en su materno corazón y bilocando tantas veces a su Hijo Jesús para darlo a cada una de las criaturas que había concebido en su virginal corazón, por eso su Maternidad es extendida a todos, todos pueden presumir y decir: ‘La Madre de Jesús es mi Madre, y esta Madre tan dulce, amable, amante, nos da a cada uno a su Hijo amado como prenda de su amor materno’. Sólo mi Voluntad podía darle esta virtud de concebir a todas las criaturas como hijos suyos y de multiplicar tantas veces a su Jesús por cuantos hijos tenía. Ahora en el Cielo la Madre Soberana poseyendo sus mares, no hace otra cosa que elevar olas altísimas de luz, de santidad, de amor, etc., y las descarga sobre el trono del Ente Supremo, el cual para no dejarse vencer por el amor de Ella, de debajo los mares de la Virgen Reina, donde tiene el suyo más extenso, más profundo, forma sus olas más altas y las vierte sobre Ella, y Ella prepara las otras, y Dios las otras, de modo que todo el empíreo queda anegado por estas olas de luz, de bellezas, de amor y similares, tanto, que todos toman parte y gozan, y viendo que ellos, es decir los bienaventurados, no pueden formar estas olas porque no poseen mares, comprenden que su Madre y Reina, si todo esto posee, es porque formó su vida y santidad en la Voluntad Divina, así que los santos, en la Virgen conocen qué significa Santidad de Querer Divino en la criatura, y por eso suspiran a otras criaturas que lleven estos mares a la patria celestial, para ver formar otras olas encantadoras y para su mayor gozo. La tierra no conoce aún la santidad en mi Voluntad, y por eso amo tanto el hacerla conocer, pero al Cielo le es bien conocida porque está la Reina Soberana, que con sólo verla se hace reveladora de la santidad de mi Fiat, así que Ella en virtud de Él, en la tierra fue un portento de gracias para Sí y para toda la familia humana, y es portento de gloria en la patria celestial, ninguna otra criatura se puede decir similar a Ella”. + + + La fiesta de la Asunción es la fiesta más bella, más sublime, es la fiesta de la Divina Voluntad obrante en la Reina Celestial. (1) Mientras mi mente nadaba en el mar del Querer Divino, me he detenido en el acto en el cual mi Mamá Reina fue asunta al Cielo. ¡Cuántas maravillas, cuántas sorpresas de amor ante las cuales queda uno arrobado! Y mi dulce Jesús, como si sintiera la necesidad de hablar de su Madre Celestial, todo en fiesta me ha dicho: (2) “Hija mía bendita, hoy, la fiesta de la Asunción, es la fiesta más bella, más sublime, más grande, en la cual quedamos más glorificados, amados y honrados. Cielos y tierra son investidos por una alegría insólita, jamás sentida; los ángeles, los santos, se sienten investidos por mares de nuevas alegrías y nueva felicidad, y alaban con nuevos cánticos a la Soberana Reina, que con su imperio impera sobre todo y da alegría a todos. Hoy es la fiesta de las fiestas, y la única y nueva fiesta que no ha habido otra que la iguale. Hoy, el día de la Asunción, venía festejada por primera vez la Divina Voluntad obrante en la Soberana Señora; las maravillas son encantadoras, en cada pequeño acto suyo, aun en su respiro, en su movimiento, se ven tantas Vidas Divinas nuestras que corren como tantos Reyes en sus actos, que más que refulgentes soles la inundan, la circundan, la embellecen y la vuelven tan bella, que forma el encanto de las regiones Celestiales. ¿Te parece poco que cada respiro suyo, movimiento, obra y pena, estuvieran llenos de tantas Vidas Divinas nuestras? Es propiamente éste el gran prodigio del obrar de mi Voluntad en la criatura, formar tantas Vidas Divinas nuestras por cuantas veces ha tenido entrada en el movimiento, en los actos de la criatura, y como mi Fiat posee la virtud bilocadora y repetidora, y repite siempre sin cesar jamás lo que hace, por eso la gran Señora siente en Sí multiplicar estas Vidas Divinas, las cuales no hacen otra cosa que extender mayormente sus mares de amor, de belleza, de potencia, de sabiduría infinita. Tú debes saber que son tales y tantas nuestras Vidas Divinas que posee, la multiplicidad de sus actos que posee, que en cuanto entró en el Cielo pobló todas las regiones celestiales, que no pudiéndolas contener a todas, llenaron toda la Creación, así que no hay punto donde no corran sus mares de amor, de potencia y tantas Vidas nuestras, de las cuales es la poseedora y la Reina. Podemos decir que nos domina y la dominamos, y vertiéndose en nuestra inmensidad, potencia y amor, pobló todos nuestros atributos con sus actos y con las tantas Vidas Divinas nuestras que había conquistado. Así que, dondequiera y por todas partes nos sentimos amar, glorificar por dentro y por fuera de Nosotros, desde dentro de las cosas creadas, en los más remotos escondites, por esta Celestial Criatura, y por lo tanto por las tantas Vidas nuestras que nuestro Fiat ha formado en Ella. ¡Oh! Potencia de nuestro Querer, sólo Tú puedes hacer tantos prodigios, hasta crear tantas Vidas nuestras en quien te hace dominar, para hacernos amar y glorificar como merecemos y queremos. He aquí por qué Ella puede dar su Dios a todos, porque lo posee, es más, sin perder ninguna de nuestras Vidas Divinas, en cuanto ve a la criatura dispuesta, que quiere recibir nuestra Vida, tiene la virtud de reproducir, de dentro de nuestra Vida que posee, otra Vida Divina nuestra para darla a quien nos quiere. Esta Virgen Reina es un prodigio continuado, lo que hizo en la tierra lo continúa en el Cielo, porque nuestra Voluntad cuando obra, tanto en la criatura como en Nosotros, ese acto no termina jamás, y mientras queda en Ella se puede dar a todos. ¿Termina tal vez el sol de dar su luz porque ha dado tanta a las generaciones humanas? ¡De ningún modo! Aunque ha dado tanta es siempre rico en su luz, sin perder ni siquiera una gotita de luz. Por eso la gloria de esta Soberana Reina es insuperable, porque tiene en posesión nuestra Voluntad obrante, que tiene virtud de formar en la criatura actos eternos e infinitos; nos ama siempre, no cesa jamás de amarnos con nuestras Vidas que posee, nos ama con nuestro amor, nos ama por todas partes y dondequiera, su amor llena Cielos y tierra, y corre a descargarse en nuestro seno divino, y Nosotros la amamos tanto que no sabemos estar sin amarla, y mientras nos ama, ama a todos y nos hace amar a todos. ¿Quién puede resistir y no dar lo que quiere? Y además, es nuestro mismo Querer que pide lo que Ella quiere, que con sus vínculos eternos nos ata por todas partes, y no podemos negarle nada. Por eso la fiesta de la Asunción es la más bella, porque es la fiesta de mi Voluntad obrante en esta gran Señora, que la hizo tan rica y bella que los Cielos no pueden contenerla, los mismos ángeles se sienten mudos, no saben hablar de lo que hace mi Voluntad en la criatura”. (3) Después de esto mi mente ha quedado aturdida al pensar en los grandes prodigios que el Fiat Divino obró y continúa obrando en la Celestial Reina, y mi amado Jesús ha agregado: (4) “Hija mía, su belleza es inenarrable, encanta, fascina, conquista; su amor es tanto, que se da a todos, ama a todos, y deja atrás de Sí mares de amor. Se puede llamar Reina de amor, vencedora de amor, porque amó tanto, que por caminos de amor venció a su Dios. Tú debes saber que el hombre, con hacer su voluntad, rompió los vínculos con su Creador y con todas las cosas creadas; esta Celestial Reina con la potencia de nuestro Fiat que poseía, vinculó a su Creador con las criaturas, vinculó a todos los seres juntos, los unió, los reordenó de nuevo, y con su amor daba la nueva vida a las generaciones humanas; fue tanto su amor, que cubrió y escondió en su amor las debilidades, los males, los pecados y a las mismas criaturas en sus mares de amor. ¡Oh! si esta Virgen Santa no poseyese tanto amor, nos resultaría difícil mirar la tierra, pero su amor no sólo nos la hace mirar, sino que queremos dar nuestra Voluntad reinante en medio a las criaturas, porque Ella así lo quiere, quiere dar a sus hijos lo que posee, y por caminos de amor nos vencerá a Nosotros y a sus hijos”. (18-2, 24-35, 36-25)
Posted on: Thu, 15 Aug 2013 18:57:45 +0000

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