20:15 H. Con aire de inspector de escuela alzo el mentón y sin - TopicsExpress



          

20:15 H. Con aire de inspector de escuela alzo el mentón y sin perder de vista sus mejillas giro de izquierda a derecha su cabeza. Se detuvo para cambiar la dirección y más lentamente llevo su cabeza un poco hacia arriba y un poco hacia abajo. Se miro, y se dio un sí interno que llego hasta su mano derecha que encendió la afeitadora eléctrica. Y empezó el trabajo por el lado izquierdo de su rostro, que parecía que tenia más barba que el derecho. Mientras daba pequeños círculos en dirección de las agujas del reloj, pensaba que iba bien de tiempo, que le quedaban treinta y cinco minutos para que llegara. Al rato paso a la mejilla derecha, pero los giros iban ahora en otra dirección. Siguió pensando en el tiempo y en los años que llevaba con Andrea. En todas las cosas que habían pasado juntos, y que hoy se cumplía nueve años desde que se conocieron. Trato de imaginar la cara que pondría cuando abriera la puerta. Que sorpresa se iba a llevar, ella se lo merece, sí. Dio un suspiro y continuo afeitándose, ahora sobre su mentón y extendiéndose aun más abajo hasta llegar a la nuez. Sin apagar la afeitadora, la separo para hacer un marcada mueca con los labios y así estirar los músculos de la boca de un lado a otro, giro la cabeza circularmente, confirmando visualmente el buen resultado sobre esas zonas. Ahora encaro por arriba del labio superior, esta vez de manera horizontal, de un lado a otro se paso la afeitadora por un buen rato. La apago, y apoyo la a un costado de la pileta. Acerco aun más su rostro al espejo, observando con modo severo cada rincón de su cara. Noto que le quedaban unos pelos, cinco o seis por debajo de la nariz. Es la parte mas difícil, por el marcado ángulo recto entre el labio superior y los orificios nasales. Apretó los labios, dándose un beso interno y vio que había más de seis, pero cortitos, casi imperceptibles. Por un momento, solo por un momento pensó en abandonar la tarea. Pero esa duda duro solo unos segundos porque sabia que Andrea era más detallistas y se fijaba en esas cosas un poco más que él. Y también porque era una noche especial. Así que fue a la carga y con una sola pasada elimino todo rastro de los ocho rebeldes. Apago la maquina, la sacudió con suaves golpes sobre el borde de la pileta y la guardo en el cajón. Acerco una vez más su rostro al espejo y paso sus manos sobre su cara, disfrutando táctilmente el buen trabajo realizado. Estiro los labios y se dio una rápida sonrisa como premio. Ya bien vestido y bien afeitado, agarro una silla y tomo asiento frente a la puerta de entrada, miro su reloj. Quedaban veinte y seis minutos. Andrea es puntual. Así que se puso lo mas cómodo posible y busco en su bolsillo derecho la sorpresa que tenia para ella. Era muy bonita, toda roja y brillante. Era como la misma que había perdido aquel fin de semana cuando se conocieron en Colonia, como pasa el tiempo. Con las dos manos la abrió, desplego la hoja brillante, leyó: Victorinox, swiss made stainless y con un movimiento firme y seguro se abrió las venas de su muñeca izquierda con un profundo corte. Con eso bastara, más o menos unos diez centímetros. Sí. Ya está, se dijo. Pensó que iba a doler más, pero es más la impresión de tanta sangre saliendo que otra cosa. Apoyo suavemente la navaja en el piso y dejo el otro brazo balanceándose suavemente como el hilo de sangre que caía de el. Ya va llegar. Se volvió a acomodar y busco un punto en que fijar su atención, vio que había una manchita verde en medio de la puerta. Que raro, a Andre se le había escapado de limpiar eso, es tan cuidadosa con la limpieza. Que silencio. Cuanta sangre. Que silencio hay. No es verde, es roja. Que frio. Muchas manchas para un martes a la noche. javierchambi.blogspot.es/
Posted on: Fri, 25 Oct 2013 18:13:19 +0000

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