20 Ahora voy a contarte a cerca de cómo conocí a Petrov, me - TopicsExpress



          

20 Ahora voy a contarte a cerca de cómo conocí a Petrov, me dijo Ibáñez. Durante varios días seguí a ese pequeño crío por varios suburbios de Noiseland, un día nuestras miradas se cruzaron y entonces supe quién sería mi siguiente víctima, ¡Fue cómo un amor a primera vista! ¿Alguna vez te ha pasado? Para serte sincero jamás lo vi drogarse, siempre andaba con un pucho en la boca, pero era un pucho nada más, no parecía ser un indigente pero me era extraño que rondara las calles a tan temprana edad, tan bien vestido, siempre tan pulcro. El chico ya había notado mi presencia, de eso podría estar seguro, a pesar de su corta edad no era ningún pendejito de esos que estás acostumbrado a toparte siempre. Decidí atacarle un miércoles mientras la noche aún era joven, le seguí con cautela mientras se dirigía a un pequeño recinto un poco alejado de los suburbios, las luces de la calle eran nuestra única compañía, saqué mi Knife Steel y el chico comenzó a correr, de pronto me vi corriendo tras de el, cómo una carrera a muerte entre el devorador y su presa ¡Papá! ¡Papá! ¡Ha llegado nuestro invitado! Gritó el crío… De la nada un hombre salió y abrazó al pequeño, me miró a los ojos, sostuve su mirada y supe que estaba en problemas, su intimidante y aterrador gesto acompañado de un gran silencio, se acercó y sin demostrar un ápice de miedo le pregunté quién era, pero el tipo continuaba en silencio, llevó su mano derecha hacía su barba, la rascó un par de veces, con su mano izquierda señalo al chico ¡Igor, ven aquí! Dijo con voz muy tenue ¿Es este el chico al que vienes a buscar? Me preguntó mientras el chico se acercaba ¡Si, he venido a cazarle! Le respondí haciéndole saber que no me sentía intimidado por su presencia, ni por su mirada, estaba dispuesto a morir en ese lugar ¡Total, desde hace mucho ya nada importaba! ¡Este pequeño cabroncito que ves aquí podría desollarte sin necesidad de mi ayuda! ¡He sido un buen maestro! Dijo el viejo, pero eso no pasará esta noche. ¿Cuál es tu nombre? Me preguntó. ¡Eso no tiene importancia ahora! Le dije ¡Has lo que tengas que hacer! ¿Cuál es tu jodido nombre hijo de puta? ¡Si hubiese querido matarte, hace rato hubiera terminado contigo! Gritó el hombre, después adoptó el silencio esperando mi respuesta. ¡Ibáñez, solo llámame así! El sargento hizo una pausa, se acercó al freezer y sacó un par de cervezas, me ofreció una, ¡Para serte sincero Daniel, esa noche tuve miedo! Un miedo que me nacía en los huevos, recorría mis costados, subía hasta mi cabeza y volvía a bajar por mi medula en forma de pequeños corrientazos, que luego se convertían en pequeñas puñaladas que se instalaban en mi espalda baja… ¡Ven aquí! Me dijo, baja tu cuchillo y conoce a mi crío, ¡Acércate! No voy a hacerte daño. No sé qué pasó en ese instante, pero su voz me brindó cierta seguridad, logró convencerme y cuando reaccioné estaba desarmado, cerca del viejo y de su hijo, muerto de pánico de no saber qué sería de mí, pero igual no flaqueé ni un solo instante. ¡Mi nombre es Igor y él es mi padre Boris! Dijo el pequeño, ¡El destino nos ha puesto en el mismo camino esta noche, he visto en tus ojos la muerte, he visto en tus ojos las lágrimas y el sufrimiento de muchas personas, algunas no tan inocentes! ¡Satán ha querido que nos encontráramos esta noche y mi pequeño Igor fue el vehículo que te trajo hasta a mí! Cómo te dijo el chico, mi nombre es Boris, Boris Petrov, la encarnación terrenal de Lucífugo Rofocale… No hay nada que puedas ocultar, también puedo ver en tus ojos el miedo y la devastación, miedo a la soledad y a la frustración, tienes sed de venganza y vives para eso ¡De eso puedo estar totalmente seguro! Pero despreocúpate que no somos seres diferentes, estamos hechos del mismo material aunque de calibres diferentes. ¡Ahora vamos… Acompáñame, te presentaré a mi familia! Dijo Petrov mientras caminábamos por una desolada calle ¿Quieres un cigarrillo? Me dijo el chico, ¡No gracias! Contesté algo inseguro… ¿Otra cerveza Daniel? Me dijo Ibáñez. ¡No gracias León, aún tengo esta a la mitad! Le respondí, más bien continúa con tu relato, cada vez se pone más interesante. ¡Lo siento Daniel, ya ves, recordar ese momento me hace sentir algo eufórico, algo nervioso, algo inestable! Dijo Ibáñez mientras continuaba con su relato, caminamos durante varios minutos, salimos de los suburbios hasta internarnos en un pequeño bosque y allí en medio de el había una pequeña edificación semi abandonada, ¡Volví a sentir esa especie de miedo que tuve hace algún rato atrás! Luego pensé que era algo natural y que en mi tiempo cómo militar hubiese podido pasar por situaciones peores que tal vez en ese momento no recordaba y así intentaba auto controlarme. ¡Tranquilízate! Susurró Boris ¡Nada malo habrá de pasarte! ¡Madre, hemos llegado! Gritó el chico, ingresamos al recinto y allí había dos hermosas mujeres, una más veterana que la otra, pronto supuse que eran madre e hija… ¡Ella es Daphne, mi esposa! Dijo Boris, señalándome a la más madura. Y ella es Vienne… ¡Mi concubina! Me sugirió orgulloso mientras se refería a la rubia ¡Él es Ibáñez! El tipo que seguía a nuestro pequeño… ¡Vamos hombre, ahora cuéntanos un poco sobre ti, odio eso de suponer, sugerir y sacar mis propias conclusiones! ¡Vamos tío, que mi familia y yo nos cagamos por saber de ti! Mi nombre es León Ibáñez un sargento despedido del ejercito con una patada en el culo, desde hace unos cuantos años me dedico a asesinar pequeños críos drogadictos, vendo sus órganos a una organización que funciona en la clandestinidad que se dedica al tráfico de estos a países desarrollados. Es todo lo que puedo decirte, iba tras el pequeño Igor, lo vi sano y saludable y pensé que era buen negocio, pido disculpas ahora ¡Tal vez me confundí por el cigarro! ¡Un chico a esa edad no debería fumar! ¿Cuántos años tienes pequeño? ¿Nueve? ¿Diez? Le pregunté al crío. ¡Nueve para ser más exactos! Dijo Petrov, ¡Vaya, vaya! ¿Viste que el destino nos ha reunido aquí por alguna razón mi estimado colega? ¿Así que eres amigo de Bill? Me preguntó ¡Mi buen amigo Bill Rodríguez! Afirmó, le conocí hace unos cuantos años atrás, cuando ya llevaba algún tiempo en esto de las masacres y las torturas, siempre me pidió mi colaboración, pero no soy lacayo de nadie, es un buen tipo el viejo Bill, ¿Nunca te habló de mí? ¿No sabes acaso quien soy yo? Me dijo Petrov, ¡No! Le respondí. ¡Yo soy quien trajo el caos a esta ciudad! El que impuso el miedo y la barbarie, el que inundó de pánico los sueños de la población de Noiseland y sus alrededores, soy el que perturba la tranquilidad de padres, madres, tíos, abuelos, hermanos, amas de casa, enfermeras, sacerdotes, policías, políticos, blancos, negros, amarillos, etcétera, etcétera, etcétera… ¡Soy la excusa por la que tipos cómo tu trabajan para hombres cómo Bill y su organización! ¡Y eso está muy bien… Es el orden natural de las cosas! ¡El orden natural dentro de este caos que yo creé hace muchos años atrás! Supongo ahora que ya sabrás quien soy y habrás escuchado una infinidad de mitos y leyendas urbanas a cerca de mí y mis crímenes. ¡Brindemos ahora, por habernos conocido! Dijo eufórico Petrov mientras continuaba con su discurso, del cual se sentía muy orgulloso ¡Brindemos ahora mi estimado sargento! Ahora colega, es tiempo de darte un pequeño consejo, no lo tomes personal, no vayas por ahí siguiendo chicos en la oscuridad, no sabes quién podría ser su padre ¡Hoy fui yo, mañana podría ser un hijo de puta al que le puede el amor filial más que a mí! ¡No hables mucho cuando te pregunten sobre quién eres! ¡No lo hagas si lo que deseas es seguir siendo un cazador entre las penumbras! Voy a leerle un cuento al pequeño Igor, ya es hora de dormir… ¡En seguida vuelvo y continuaremos nuestra plática mi estimado sargento! ¡Vienne acércate y complace a nuestro amigo! ¡Ya sabes qué hacer con él! Le dijo a la rubia mientras se dirigía a su cuarto de la mano del pequeño Igor y su madre. La chica se sentó en mis piernas, lentamente se desnudaba mientras rozaba su culo contra mi cara, mandé sus manos a sus tetas y lo siguiente que sentí fue un golpe en mi nuca… ¿Quieres una cerveza ahora Daniel? Insistió Ibáñez, ¡Por supuesto León, pero continua por favor! Le dije. ¡Espera, ten calma por favor… Es en serio que necesito otra cerveza! Dijo Ibáñez, se acercó al freezer, sacó dos birras, tomó un respiro y continuó con su relato. Cuando reaccioné estaba atado a la misma silla en la que estaba sentado, Boris estaba frente a mi, su mirada se había tornado sucia, su voz se había convertido en un eco agresivo que retumbaba en la habitación ¡Brindemos mi estimado colega! ¡Brindemos porque el destino es una puta descorazonada que se lo da siempre al que tenga más monedas en sus bolsillos! Es tiempo de darte otro par de consejos y espero que los tomes. ¡Nunca, pero nunca aceptes la invitación de un hombre que te convida a compartir a su mujer y si lo haces procura solo mirar… No te conviertas en el esclavo de tus manos! ¡Aprende a controlar tus impulsos! Ahora te daré otro consejo ¡Nunca, pero nunca insinúes a un crío cual es la edad adecuada para fumar… Nunca sabes quién podría ser su padre! ¡Hoy te topaste con un hijo de puta alcahuete cómo yo! Así que por favor Vienne haz los honores… De pronto la rubia desató una de mis manos y la puso sobre la mesa, Boris sacó unas afiladas tijeras jardinería ¡Ven hijito, acércate y mira lo que recibirán todos aquellos que piensen en decirte que hacer! Dijo Petrov mientras el pequeño Igor se acercaba a la mesa. ¡Tranquilízate que esto no dolerá! Afirmó Boris ¡Haz lo que tengas que hacer, pero hazlo ya! ¡No te tengo miedo hijo de puta! Le dije mientras sostenía su mirada ¿Qué quieres acaso? ¿Qué te pida perdón? ¡Pues no lo haré! ¡Ya bien lo has dicho… El destino es una puta y hoy eres tu quien tiene las monedas! Le dije. El hombre acercó las tijeras a mi mano y arrancó sin piedad dos falanges de mi anular y mi meñique. ¡Nooooooooooooooooooooooooooooooooo! Grité muy fuerte, después sentí otro golpe en la cabeza y volví a quedar inconsciente, cuando reaccioné estaba tirado sobre el sofá de mi antigua casa, habrían pasado un par de días, mi mano había sido vendada y mis heridas cauterizadas. Esa misma noche salí a buscar a ese hijo de puta y a su familia, pero ya se habían marchado de aquel lugar, durante un par de meses me dediqué a rastrearlos pero mi búsqueda fue en vano. ¡Al menos hoy soy feliz sabiendo que ese hijo de puta se está pudriendo en una celda! Y si sale prometo matarle, no sin antes preguntarle a ese desgraciado que hizo con mis putos dedos. Y esa es mi historia mi querido Daniel de cómo conocí al desgraciado de Boris Petrov y a su desquiciada familia. Me dijo Ibáñez mientras destapaba otra cerveza, continuamos con nuestra conversación hablando de cosas de menor importancia y de cómo fue mi encuentro con Boris, esas son cosas que ya tu sabes y no pienso repetir, por ahora descansaré y mañana mi querido amigo Cristo, prometo continuar con mi relato.
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 11:33:05 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015