2013 08 16 Hoy amanecí pensando en la forma como le respondería - TopicsExpress



          

2013 08 16 Hoy amanecí pensando en la forma como le respondería a alguien que me pregunte: ¿ Qué es la Realidad? Si lo que quiero es deshacerme suavemente del preguntón/tona digo muy serio: Es lo que podemos tocar, ver, oír, morder y gustar, oler. Así desvío hacia el carajo al 90 y pucho% de los humanos. Pero si quien me lo pregunta mira de cierta manera, como tigre al acecho, mi respuesta es: Si no me lo preguntaras estoy seguro de saberlo, pero ya he iniciado 3 veces este comentarito y no he hallado la manera de convencerme a mí mismo de poderlo decir decorosamente. Mi estado en el momento es que como filósofo debo abrir Mis Imágenes y Adobe Photoshop, y ponerme a editar casi mil fotos que aún no atiendo como es debido. O ponerme a ayudarle a Beti a “trapiar” la casa. Pero como no puedo dejar la cosa empezada con salida tan olímpica, como si quien se tomó la molestia de leer hasta aquí no mereciera todo mi respeto por su inteligencia y deseo tan humano de no dejar preguntas serias sin respuestas serias, voy a prender mi sistema de análisis para siquiera dejar mejor planteado el grave asunto de la realidad. Haciendo uso de mis atribuciones legales y considerando… ponemos por juez del asunto a nuestro cuerpo. Él sentenciará que su ojo no miente, que si ve una cosa eso que provoca la reacción del ojo tiene que tener existencia objetiva, estar fuera de la propia mente, pertenecer al reino de lo real. La razón brindaría su asesoría experta, apoyando al ojo: ¿Cómo haría para ver lo que no existe? El abogado del diablo pregunta: Y cuando soñamos, y cuando cerrados los ojos evocamos la imagen de un objeto, es claro que vemos lo soñado y vemos lo evocado. ¿Entonces el sueño es la realidad, lo soñado es real, existe el asesino que anoche intentó matarme en sueños, existe la cajita de joyas que me encontré en mi sueño? Es real? El juez baja los párpados. La razón busca afanosa una respuesta. Acepta que el asesino y el cofrecito no son reales y que ver no es argumento de la realidad. Pero insinúa que la imagen del asesino y la imagen del cofre y las joyas son reales, que sí tenían que existir para ser vistas y recordadas en el sueño. El abogado del diablo niega que esas imágenes fueran vistas, e interroga a los ojos: ¿Cuando dormían había luz, cuando dormían los ojos estaban abiertos? El juez responde: No, señor abogado. Realmente no vimos asesino alguno ni cofre con joyas. Se habla entonces de si es real la imagen en la pantalla de televisores y monitores. Un técnico electrónico explica que nunca hay una imagen en las pantallas, que allí sólo aparece un puntito luminoso, o un puntito oscuro que inmediatamente se borra para avanzar por una línea y apagarse, y que la imagen se forma en nuestra retina porque recuerda 300 000 de esos puntitos durante cerca de un dieciseisavo de segundo. Dejando muy confundidos al cuerpo y a la misma razón. El abogado del diablo reía socarronamente. Un biólogo explica que la luz excita los conos y los bastoncitos de nuestra retina y ellos sueltan pulsos eléctricos de polarización del nervio óptico. Un físico explica que los objetos fuera del ojo no tiene color alguno, pero que la luz es un enorme conjunto de al menos 4 billones de frecuencias de electricidad e imán. Que los físicos ignoran cómo se forma la sensación de color porque no es objeto de su ciencia… Después de algunas consideraciones muy inteligentes, todos concluyen que los ojos no ven ni los objetos fuera del cuerpo, ni esas cosas que ocurren durante el sueño y la evocación. Que una cosa es el objeto y otra es la imagen del objeto, y otra es la idea, y otra es el nombre. Aquí Humberto Eco inventa el título para su maravillosa novela “El Nombre de la Rosa”. Así continúa el análisis sobre los cinco sentidos básicos de nuestros cuerpos, y terminan de acuerdo en que “algo debe existir fuera de nuestro organismo”, que esa incógnita es tal vez la realidad, incognoscible. Pablo de Tarso tomó la palabra y leyó: en 1 Tim 6, 16, en una epístola: “Dios habita en una luz inaccesible”. Jesús de Nazareth habló y Juan escribió: Jn 14, 6-14 —Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie va al Padre si no es a través de mí. Para Jesús, el Padre es la Realidad que engendra toda realidad… No podemos ver, tocar, oler, saborear ni oír la realidad. Misteriosamente podemos sentir a través de esos cinco órganos básicos, podemos reunir esas informaciones cruzadas para cinco formas de sensaciones tan diferentes correspondientes a cinco aspectos de “eso” que sí es real deducible del argumento de razón: Si afuera no existe algo, cómo explicar que lo sintamos? Claro que podríamos inventar muchas explicaciones pero cada una suscitaría enorme polémica. Nuestra patria es el misterio y nos atrae como una inmensa masa gravitacional. Nota. Al llegar a este punto un enorme trueno me ordenó, guardar y apagar este juguetico. Me puse a leer poemas. Qué coincidencia pude invitar a la discusión tan inteligente, a un poeta, Antonio Machado. Compuso esta belleza “ Parábolas” Era un niño que soñaba un caballo de cartón. Abrió los ojos el niño y el caballito no vio. Con un caballito blanco el niño volvió a soñar; y por la crin lo cogía… ¡Ahora no escaparás! Apenas lo hubo cogido el niño se despertó. Tenía el puño cerrado ¡El caballito voló! Quedose el niño muy serio pensando que no es verdad un caballito soñado… Y ya no volvió a soñar. Pero niño se hizo mozo y el niño tuvo un amor, y a su amada le decía: ¿Tú eres de verdad o no? Cuando el mozo se hizo viejo pensaba: Todo es soñar, el caballito soñado y el caballo de verdad. Y cuando vino la muerte, el viejo a su corazón preguntaba: ¿ Tú eres sueño? ¡Quién sabe si despertó!
Posted on: Fri, 16 Aug 2013 19:07:49 +0000

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