21 de agosto. San Pío X Día del catequista Un saludo especial para los amigos y las amigas catequistas, que tienen el privilegiado compromiso de transmitir el mensaje de salvación en forma sistemática a los que desean conocerlo y vivirlo; sobre todo los niños. La tarea del catequista es hermosa, pero también exigente. Como leí en alguna parte, el catequista, entre otras cosas, ‘debe fomentar la capacidad de admiración: para que al revisar lo ya conocido, no pierda su valor; para que al repasar lo ya asimilado, no pierda su frescura; para que al renovar lo ya vivido, no pierda entusiasmo’. Por ello el catequista ‘debe aumentar la capacidad de aceptación: para poder penetrar el misterio con serenidad; para poder gustar el ministerio con simplicidad; para poder vivir el ministerio con sinceridad’. Teniendo en cuenta tanto a los catequistas que llevan años enseñando como a los que recién se inician, les arrimo esta Oración de los catequistas, que alguien escribió para ayudarles a vivir cada vez mejor su compromiso: ‘Oh Jesús, divino Maestro, tú has dicho: ‘Dejad que los niños vengan a mí’. te pedimos nos ayudes en nuestra tarea de acercar los niños a ti. En tus manos nos ponemos. Bendice nuestros esfuerzos y los de nuestros pequeños alumnos. Purifica nuestras intenciones para que en ellos te veamos siempre a ti. Ilumina nuestras inteligencias para hablar de tal manera, que ellos puedan captar tu mensaje y se sientan atraídos por ti y por tu vida. Mueve nuestros corazones para ser pacientes y comprensivos. Danos la gracia de saber apreciar el valor del alma de cada niño que tu bondad nos ha confiado. Haz que sus almas y las nuestras, unidas en el amor a ti, te busquen aquí en la tierra, vivan por tu reino, y de nuevo nos encontremos en tu cielo’. Como dice el documento Catechesi tradendae de Juan Pablo II, ‘el fin definitivo de la catequesis es poner a uno no solo en contacto sino también en comunión, en intimidad con Jesucristo.
Posted on: Wed, 21 Aug 2013 09:13:12 +0000
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