2da parte... Estaba en una de esas sesiones oníricas - TopicsExpress



          

2da parte... Estaba en una de esas sesiones oníricas detallándole uno de los sueños, cuando sentí que lentamente Clara se levantaba de su lugar y se acercaba al diván, sin dejar de hacerme preguntas sobre lo soñado ni de darme pautas el sueño. Estaba tan compenetrada en esta tarea que casi no me di cuenta de que Clara se había parado en la cabecera del diván hasta que sus manos se apoyaron sobre mis hombros, suave, pero firmemente, presionando un poco y comenzando a acariciarlos en círculos. Nunca dejé vislumbrar la sorpresa que esos masajes me causaban, sencillamente seguí narrando mi sueño. De los hombros, las manos de Clara siguieron su camino por mi cuello y rodearon el borde de mi camisa hasta llegar al primer botón que estaba prendido. A esta altura de las cosas era inevitable darse cuenta de que mi respiración se había acelerado y que no era el único signo de la excitación que se estaba apoderando de mí. Por encima de mi camisa, comenzaron a hacerse notar mis pezones, endurecidos por el calor que esas manos me estaban dando y mis piernas estaban comenzando a separarse lentamente. La boca de Clara se había acercado a mis oídos y se detenía en cada uno para que yo pudiera sentir allí su aliento caliente y sus palabras suaves : "Relájate y sigue, esto es solo el principio, la única manera que tenés de recordar ese sueño por completo, es reviviendo el goce que te produjo". Siempre ubicada a mis espaldas, sus manos lograron desabrochar la blusa y meterse entre mi brassier y mis pechos, lo que me ocasionó un gemido involuntario al sentir sus frías manos sobre ellos. Los envolvió delicadamente con sus dedos, los presionó y se dedicó a pellizcar levemente mis pezones para después pasarle sus largas uñas alrededor y dejarlos duros como rocas. A esa altura ya poco me importaba recordar el sueño, solo quería que ese que estaba viviendo con ella continuara, que no me abandonara así, que me diera más y más, que sus manos siguieran su camino por todo mi cuerpo. Sin poder soportar más esas caricias teniéndola lejos, la tomé de las muñecas y la coloqué frente a mí, quería ver sus ojos, quería que viera los míos, quería que viera mi boca mojada, mis ojos llenos de deseo. Se sentó al borde del diván y acercó su boca a la mía y comenzó una fiesta de besos. Su lengua y la mía se encontraron duras, calientes, movedizas; La suya recorrió cada parte de mi boca, mi paladar, mis dientes, las paredes internas de mis mejillas y la mía se dedicó a sus labios, a mojárselos incesantemente, a lamerle los lóbulos de las orejas, a buscar la suya nuevamente para establecer esa batalla tan deliciosa que teníamos.
Posted on: Mon, 15 Jul 2013 04:50:19 +0000

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