8va. Reunión -CONTINUACIÓN - la placenta. Una vez llegado el - TopicsExpress



          

8va. Reunión -CONTINUACIÓN - la placenta. Una vez llegado el oxígeno al útero, no sólo no terminan sus vicisitudes, sino que aumentan, pues la mayoría de los trastornos respiratorios comienzan dentro del útero. Por ejemplo, un aumento desmedido de la intensidad o de la frecuencia de las contracciones uterinas puede aprisionar los vasos que llevan la sangre, impidiendo el aporte de oxígeno al bebé. Una vez superado este obstáculo, el oxígeno se incorpora a la placenta, y cualquier pérdida de contacto entre ésta y el útero - como en el desprendimiento placentario - por ejemplo, o en la placenta previa, disminuye muchísimo la superficie de intercambio. Ambas son situaciones de mucho riesgo. Por último, queda la causa más frecuente de trastorno del aporte de oxígeno. La famosa “circular del cordón”, que no es otra cosa que el cordón enroscado en alguna parte del cuerpo del niño, generalmente, el cuello. Ahora bien. Hemos visto las causales que puede ocasionar falta de oxígeno al bebe, pero, ¿por qué lo llamamos “sufrimiento fetal?” ¿Es sólo un trastorno a nivel bioquímico, que puede resumirse a un puñado de palabras difíciles? A todas luces, nunca mejor puesto el nombre a un trastorno fisiológico. Existe una real repercusión emocional. La sensación de asfixia es detectada por unas formaciones muy pequeñas, que se encuentran en lugares claves del organismo, para controlar el nivel de saturación de oxigeno que lleva la sangre y actuar en consecuencia. Se pondrán en marcha toda una serie de mecanismos compensatorios, como acelerar la frecuencia cardíaca, por ejemplo; ¿vieron que cuando hacemos un ejercicio el corazón late más rápidamente, y lo hace sin pedirnos permiso?, es totalmente automático. Pero cada respuesta fisiológica del organismo, por más automática que sea, lleva implícito su correlato emocional. El bebé comienza a percibir angustia - la parte del cerebro que controla las emociones ya se encuentra totalmente madura desde por lo menos, dos meses antes de la fecha normal de parto - La manifestación de esa angustia se expresa a nivel del corazón, con aumento de la frecuencia cardíaca. El bebé se prepara para la lucha. Puede pasar que todo quede en un susto, que se supere la causa que produjo la falta de oxígeno, o por lo contrario, que persista y se agrave. Desgraciadamente, en caso de darse esta última posibilidad, es cuando realmente estamos en presencia del sufrimiento fetal. En la primera situación el bebe, dentro del útero, dio pelea, se alarmó, se conmocionó todo, pero salió victorioso sin dramas. La angustia que vivió fue fisiológica; diríamos, que está preparado para ella. Pero en la segunda eventualidad percibirá la sensación más dramática por la que pueda pasar un ser vivo: la asfixia. Sufrir implica: padecer, sobrellevar, soportar. Hilando mas fino: “so-portar”, es decir, “portar, llevar sobre, como una carga que, por lo agobiante, le produce al ser humano dolor físico y/o moral”. Si tenemos en cuenta este análisis de la palabra sufrimiento, no nos debe extrañar entonces que cuando el bebé ve superado sus mecanismos compensadores ante la angustia se entregue. Su cuerpo se afloja, sus músculos se relajan, su corazón no quiere más y baja su frecuencia. Su personalidad toda esta embargada por el miedo; si bien angustia y miedo están psicológicamente relacionados como emociones displacenteras, sus mecanismos obedecen a procesos fisiológicos distintos. La angustia prepara al individuo para la lucha, pone todas sus funciones en más, pero el miedo es invalidante, paraliza a la persona e impide elaborar mecanismos de defensa. Es por ello que el esfínter anal del bebé se relaja por completo y expulsa meconio. Con respecto a esta expulsión de meconio como signo de sufrimiento fetal vale la pena mencionar una anécdota de Freud: En uno de sus trabajos sobre la angustia, cuenta que, una vez, sentado a la mesa de una cafetería, no pudo menos que escuchar lo que conversaban, entre risas, varios médicos obstetras que habían tomado examen a una partera pocos minutos antes. Parece ser que, al serle preguntado sobre el significado del meconio en la bolsa de las aguas, la partera había contestado que indicaba que el bebé tenia miedo. Por supuesto, fue reprobada en su examen. (*) Pero Freud, intuitivo como siempre, tomó en silencio partido por esa partera, y a partir de ello, elaboró uno de sus mejores trabajos sobre el tema. Es probable que Uds. piensen en este momento que no vinieron acá para ser asustadas, para que les hablen de cómo puede llegar a sufrir sus hijos, pero les pido por favor que reflexionen sobre este tema. Sólo Uds. pueden cambiar la historia. A los médicos no nos enseñaron en la facultad que el bebé es una persona, que siente miedos y dolores al igual que nosotros, por eso la mayoría de los obstetras son tremendamente eficaces en la atención de la hipoxia, pero no en la reparación del aspecto emocional. Sólo Uds. como padres, están capacitados para hacerlo. - ¿Cómo? ¡Si los médicos a veces ni nos consultan cuando van a operar o cualquier otro tratamiento! - Ya no es tan así. Los cambios que hubo en el trato vincular médico-paciente ha sido gracias a los reclamos que Uds. hicieron. Así como los varones pelean para estar al lado de sus mujeres – cosa que jamás deben renunciar – también peleen por estar con sus bebés. - ¿ Y si lo llevan a terapia al bebé? También. Más que nunca él los está necesitando. Este es un tema muy importante. Mas datos no puedo darles, por la índole de estas reuniones, pero les puedo asegurar que este tema está muy bien estudiado. Ya conocemos entonces su lenguaje. Su pedido de ayuda llegará a nosotros bajo la forma de alteración de la frecuencia cardíaca o de expulsión de meconio - aunque la falta de éste último no descarta la presencia de sufrimiento - Si el bebÉ está siendo controlado con monitoreo durante el trabajo de parto, el papel del aparato graficará estas señales de auxilio y el médico acudirá en su ayuda. La asistencia no sólo comprenderá la eliminación o tratamiento de la causa, sino también la reparación posterior. Es cuando más necesita el bebé del afecto materno. Tratar el trastorno bioquímico exclusivamente es realizar un tratamiento incompleto. Así como se eliminan los desechos tóxicos, también se eliminan las angustias. Causa tanto daño la falta de oxígeno a la salud física como la persistencia del miedo que ésta ocasiona, a la salud emocional. Pero esta última tiene algo a favor: las emociones son tormentas del afecto. Y éstas pasan rápido. (*) No siempre el meconio indica sufrimiento. El celular de Juan Pablo fue recibido como la campana de fin de clase. - Perdonen, tengo una urgencia... - ¿Alguna de las chicas? - Una paciente que se iba a integrar al grupo hoy... parece que no le dieron los tiempos... hasta el lunes... ................................................................................ - ¿Karina...? Habla Juan Pablo... me llamó Liliana, está en el Sanatorio... voy para allá... nos vemos...
Posted on: Mon, 02 Dec 2013 22:03:53 +0000

Recently Viewed Topics




© 2015