9.3.2013Los Detalles Más PequeñosÉl hace tanto por nosotros todos los días, y nosotros parecemos agradecerle muy poco. Desde el momento que abrimos los ojos en la mañana, el Señor Jesús nos está guiando a cada paso y protegiéndonos por el camino. Tomen unos momentos durante el día para reflexionar en lo que Él está haciendo por Uds. ahora mismo, y hagan una pausa para agradecerle. Uds. se darán cuenta que lo que Él está haciendo es más de lo que nos pudiéramos haber imaginado. Esta hermana tuvo una pequeña inconveniencia y reconoció cómo el Señor se encarga aún de los detalles más pequeños. Él está pendiente aun de los detalles más pequeños. Yo me levanté esta mañana y comencé a prepararme para el día. Lo primero, me puse los lentes de contacto. Después, procedí a lavar el estuche. Guardé el estuche y el recipiente de la solución en una canasta que tengo para esa clase de cosas. Continué preparándome. Me lavé el rostro, y enseguida, me di cuenta que no veía como debo. Llevé el paño de lavarme al cuarto de lavar y regresé al espejo a revisarme los ojos. Indudablemente, sólo un lente de contacto. Llamé a mi hija para que me ayudara a buscar. Revisé el lavamanos, revisé el piso. Pensé que quizá se fue por el desagüe. Comencé a frustrarme un poco conmigo misma. Fui al cuarto de lavar y tomé el paño de lavar y pensé: “Señor, permite que esté en el paño de lavar y enviaré este testimonio”. Entonces pensé: “No, yo no voy a negociar con el Señor. Si lo encuentro, es por Su voluntad”. No estaba en el paño de lavar. Luego llegó la duda y dijo: “Él no haría eso por ti, sólo otras personas pueden enviar esos testimonios. Sencillamente vas a tener que pedir nuevos”. Y, otra vez, esa Suave Voz Apacible habló y me dijo: “Eso no es verdad, tú tienes toda clase de testimonios de lo que Dios ha hecho por ti”. Yo seguí buscando. Revisé el estuche de los contactos, aun lo abrí, por si acaso. Mi hija estaba conmigo todo el tiempo, buscando por todas partes. Tomé el recipiente de la solución liquida para los lentes de contacto y pensé: “Esto es risible”. Pero de nuevo esa voz: “Nunca sabes”. Empujé, abriendo la tapa, y con mi hija, ¡las dos dimos un suspiro sofocado! ¡Allí estaba pegado del recipiente! Exclamé, y exclamo nuevamente: “¡Gloria A Dios!”. Así fuera pequeño y fácil de reponer. Yo lo necesitaba y Satanás quiso perturbarme y preocuparme por la inconveniencia, y decirme que Jesús no iba a hacer eso por mí. ¡Jesús me mostró que a Él sí le interesa! Una hermana, USA Leave Feedback Home | Contact Us | RSS | Tech Support © 2013 Voice Of God Recordings, All Rights Reserved
Posted on: Wed, 04 Sep 2013 02:23:21 +0000