A Rajoy, la nota se la pondrá el paro a fin de curso A mitad - TopicsExpress



          

A Rajoy, la nota se la pondrá el paro a fin de curso A mitad de curso, Mariano Rajoy, sabe que suspende. Pero confía en acabar, como ha sido tradición en sus carreras, ganando en meta. Cuando hacia oposición, allá por el 2007 y tras perder en 2008, nadie apostaba por el y sus obituarios copaban las portadas de la prensa. Ahora es Presidente y en el ecuador de su legislatura ni siquiera quienes más hacen por despenarlo se atreven a darlo por fenecido. Las notas a un Gobierno se ponen en la urnas a final de legislatura. A la mitad, que ni siquiera lo es, porque a gobernar empezó cuando acababa diciembre, es solo una evaluación y una foto fija de lo que está en continuo, y a veces vertiginoso, movimiento como es el tiempo político. ¿Qué podemos evaluar?. Pues es bien simple la pregunta : ¿Cómo está España?. Y hay quienes la responden muy claramente, peor, mucho peor que como la recogió. De lo que cabe deducir la inmediata conclusión “¡Con Zapatero vivíamos mejor!” . Y eso ya chirría con la sensación de una buena mayoría. Porque puede que si, que mejor vivíamos, pero que de haber seguido así, de continuar haciendo el cigarra, lo que nos habría sucedido es el colapso, el hundimiento en el abismo, el embargo nacional, que eso es lo que llaman rescate, y caer por lustros en una atroz perdida de todo. Ríete tu de estos recortes si nos llegan a intervenir los de la Troika. Y ese es precisamente el primer aprobado que el Gobierno ha conseguido y en lo que, fuera de sectarismo, hay una opinión formada. Rajoy, el primer día, rompió su promesa electoral y subió impuesto, pero nos libró de la quiebra y de la sima. Se negó con tozuda parsimonia y aguantó las presiones del mundo mundial y las de casa a aquel “inevitable rescate” que los profetas del Apocalipsis a centenares proclamaban todo lo más para el día siguiente. Hoy aquello aparece como una pesadilla del pasado a la que nadie quiere, y menos que nadie la oposición socialista, mentar siquiera. El coche se libro pues de ir al desguace. Pero sigue sin andar apenas. Cierto que se lo dejaron con el motor gripado, el radiador echando humo, la chapa de siniestro total, sin gota de gasolina y sin que nadie nos la quisiera fiar. Pero dos años han pasado y aunque los mecánicos siguen removiéndole las tripas, que algo de gasolina –a los pequeños empresarios y familias casi ni gota- tiene, que ya no está ardiendo y hasta le han dado una mano de pintura, coger velocidad mínima no coge. Porque lleva cerca de seis millones de parados encima. Porque ese lastre es una tragedia nacional y seguimos en absoluta emergencia. Esa cifra, son millones de rostros, de caras y o se les devuelve la esperanza o todo lo reformado, cambiado y engrasado no habrá servido de nada. Será nada. Esa cifra es la que marca la meta y la nota. Para España y para Rajoy. El Gobierno, pues, puede hoy decir que “peor podía haber sido” pero no puede atreverse a decir siquiera que vamos ni medio bien. Vamos mejor, sin duda, que en los momentos en que más cerca vimos la sima: en agosto de 2012 con la prima de riego en 640 y en abril de 2013 con la EPA en 6,2 millones de parados. Hasta ahí caímos y hasta allí llegó la fiebre. Y de ahí en un caso con despegue rápido pero en el otro reptando hemos avanzado. Como también lo hemos hecho en otros aspectos en que la angustia social alcanzó grados de desesperación. Habrá que anotar que algo debió hacerse bien con la ley antidesahucios porque si parece evidente que esa tragedia no nos golpea la conciencia con imágenes diarias o en aquello de las preferentes y de tantos estafados-sin eufemismos-que van recuperando sus ahorros. Si no se habla es porque, y por fortuna, algún remedio se ha puesto. Pero todo ello, todos los datos, todas las cifras, todos los indicadores, cualquier avance y cualquier relato en estos años que vienen quedará supeditado a la verdad y la realidad cotidiana de los españoles. A finales de año la cifra de paro será, muy previsiblemente, inferior a la de 2012 pero aún superior a la del 2011, que ya era catastrófica y a lo que se añade que, diga Montoro lo que le de la gana, los salarios han mermado y mucho en ocasiones. Recuperar empleo primero y mejorar condiciones es la prueba definitiva. Y no vale maquillaje. Hace falta que se note y que se sienta. No valen mínimos pasos. Hace falta ahí todas las medidas y todos los esfuerzos. Ya es barato despedir, pero sigue siendo muy caro el contratar y en eso no parece el gobierno dispuesto a dar el gran e imprescindible paso. La carrera va por la mitad ahora. Rajoy, experto en esos trances, ha salvado varias pelotas de partido. Y una más interna, la de Barcenas, que tuvo punto de set mortal este agosto pasado. También se ha librado pero ni mucho menos ganado y sabe que la bola, aunque ahora escondida, sigue en juego y habrá nuevos saques. Porque la sensación en el fondo es que el gobierno y su presidente, hasta el momento, se han tenido que emplear es en “restar” y defenderse del vendaval de lo que se les venía encima. Y ,vale, han frenado y hasta puede decirse que han empatado. Pero ¿cuándo empiezan a sacar ellos para ganar, para irse hacia delante y a por el partido?. El mat-ball se llama empleo.
Posted on: Sat, 23 Nov 2013 18:35:39 +0000

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