A los Miembros de las Cámaras de Senadores y Diputados Presente A - TopicsExpress



          

A los Miembros de las Cámaras de Senadores y Diputados Presente A través de la prensa nacional primero y después por una llamada de un Senador amigo, me enteré de la intención de los organizadores de los “Foros Parlamentarios para la Reforma Energética” de invitarme a participar en ellos, para exponer los argumentos en los que baso mi decidida oposición a la iniciativa presentada por el Ejecutivo de la Unión. He declinado la posible invitación, y lo expreso porque se hizo pública, porque no estoy dispuesto a formar parte de lo que considero el “Coro de los Esclavos”, de una ópera en cuyo libreto está ya definido el desenlace. Asistí a los Foros que con el mismo tema se organizaron en 2008 confiado, iluso de mí, en que la fuerza de la razón y de los argumentos podría sacudir las conciencias de algunos legisladores y tener algún efecto frente a las consignas. Fue inútil. Que penosa es la muestra de sometimiento, de subordinación, de sumisión, de servilismo, de abyección, al que están sujetos quienes prefieren la comodidad de la servidumbre recompensada, a la lucha por la libertad de manifestación y de conciencia y a la defensa de los intereses nacionales. Hoy, nada ha cambiado y las declaraciones del Secretario de Energía que expresa que “Habrá Reforma Energética pese a protestas” o la del Senador Penchyna que señala que debe haber Reforma Energética “al costo que sea” –que al fin tienen en el Congreso la mayoría necesaria-, dan el marco rígido y autoritario de lo que anuncian como “foro plural”, en el que “escucharán las voces disidentes”, como hace cinco años, para luego dar paso, a la brevedad, ignorándolas, como gritos perdidos en el desierto, a la aprobación legislativa correspondiente. Cumplirán con el rito seudodemocrático, y en lo posible, dentro del calendario previsto por el Ejecutivo, intentarán dar el golpe de gracias a los Artículo 27 y 28 de la Constitución y a la Nación misma, para estar en posibilidad de entregar una parte sustantiva de la renta petrolera y legitimar la inconstitucional entrega a la iniciativa privada extranjera, de la generación de energía eléctrica para servicio público ya consumada. Pero mi decisión de no participar en esos Foros, en los que “todo estará bajo control”, no significa de manera alguna, abstención de mi parte a exponer los argumentos que me dan la convicción plena de que la propuesta es un enorme error histórico de gravísimas consecuencias para nuestra Nación, argumentos que, por otra parte, he dado a conocer y seguiré exponiendo, en decenas de Foros de toda índole, incluyendo dos en la Cámara de Senadores, con la presencia de muy contados legisladores y uno en la de Diputados, con la asistencia de no más de tres interesados “representantes populares”. Con esta idea, hago llegar a todos los Miembros de las dos Cámaras el presente documento, que expresa mis convicciones y preocupaciones y en el que señalo el porqué de mi postura en contra de lo que se pretende y expongo los argumentos que sustentan mi posición que, estoy convencido, coincide con la de la mayoría de los mexicanos, documento que haré público a través de todos los medios disponibles a mi alcance. Atentamente Javier Jiménez Espriú Septiembre de 2013 “La Privatización del Sector Energético” Hace 20 años, al iniciarse un nuevo ataque para la privatización del sector energético, expresé, y lo vuelvo a reiterar hoy, por su plena vigencia, que los diagnósticos y planteamientos del Gobierno, para concluir que la privatización del Sector Energético o modernización, como le llaman, es necesaria y para ello modificar los Artículos 27 y 28 de la Constitución, adolecían de múltiples defectos: insuficientes en el análisis económico, discutibles desde el punto de vista técnico, inconsistentes en el aspecto legal, ignorantes de contenido histórico, ayunos de sensibilidad política y carentes de patriotismo. Menciono los seis aspectos, porque la industria petrolera y Pemex no pueden analizarse a fondo, si se soslaya cualquiera de ellos, ya que no se trata de una industria común. Independientemente de que el Sector Energético es estratégico para cualquier Nación, el caso específico de los hidrocarburos y de PEMEX, tienen para los mexicanos, connotaciones no únicamente económicas –que son desde luego de fundamental importancia-, sino de muy diversa y trascendental índole. Pemex no sólo es la empresa que tiene a su cargo los más importantes recursos no renovables con que nos dotó la naturaleza, -aunque los hubiera escriturado el diablo- y cuyo cuidado consagra nuestra Carta Magna como área estratégica y de exclusividad del Estado Mexicano. Pemex no es sólo una empresa productora de “commodities”. Es una entidad símbolo que se encuentra enraizada en el alma de los mexicanos. PEMEX es desde su nacimiento, la empresa emblemática de la soberanía nacional. Su importancia económica, política -interna e internacionalmente- y social, es un todo inseparable. La propuesta resulta inconsistente, porque surge de un procedimiento contrario a toda lógica. Se ha partido de la decisión de abrir el Sector Energético a la inversión privada y a partir de esa decisión, se han acomodado premisas, argumentos, datos y diagnóstico –en ese orden – para sustentar la solución decidida de antemano. . Datos por otra parte sesgados y manipulados, acompañados de un lenguaje engañoso y de algunas verdades a medias que son sino mentiras dolosas. . Cuán diferente es el Pemex que nos muestran como un organismo desahuciado, carcomido, irredento, cuya única salida es la terapia intensiva de los salvadores extranjeros y la empresa extraordinaria, pujante, rentabilísima, que ofrecen en la presentación a los Empresarios que quieren invitar a venir a invertir a México en la industria del petróleo. . Porque es cierto que PEMEX está técnicamente quebrado; que las reservas de Cantarell declinan; que no tenemos toda la tecnología para perforar a grandes profundidades en el mar –aunque no estamos en cero-; que el Sindicato de PEMEX es enormemente oneroso - aunque esto no se menciona ni con el pétalo de una palabra, seguramente como consecuencia de un pacto para el Pacto-; que sólo tenemos petróleo para diez años con los actuales ritmos de explotación, válido si ya no hacemos nada para probar nuevas reservas –que ofrecemos venir a probar y a explotar a los extranjeros- ni optimizamos la explotación de las probadas; que en PEMEX hay ineficiencias y corrupción; que se requiere una reforma de fondo. Pero también es verdad, que no se exterioriza porque se opone a los intereses de quienes pretenden abrir la industria petrolera a la iniciativa privada, que PEMEX está técnicamente quebrada a propósito, con una cortedad de miras inaceptable y sin consideración de su potencial, ni de su importancia para el desarrollo del país, ni de sus necesidades de inversión, mantenimiento y modernización -para lo que es ampliamente solvente- y de protección de la soberanía de la Nación. Así es, desde hace más de tres décadas, se han instrumentado en nuestro país, en forma maquiavélica, políticas públicas destinadas a desmantelar las capacidades nacionales, principalmente en los organismos públicos, Pemex y CFE -al igual que Comunicaciones y Transportes y Recursos Hidráulicos-, por citar los más evidentes, con decisiones que, fundadas en la convicción de las autoridades en la falta de talento nacional, en una incapacidad innata para resolver nuestros propios problemas y en la necesidad de recurrir a otros para hacerlo, no hacen sino beneficiar a las empresas extranjeras. En 1997, al recibir el grado de honor de la Academia Mexicana de Ingeniería, presenté un trabajo titulado El Futuro de México sin Ingeniería Mexicana. En él, hacía yo una pregunta fundamental ¿Qué puede hacer una nación, sin ingeniería propia, sin capacidades científicas y tecnológicas? Y daba una respuesta que hoy se confirma correcta: seguramente otra vez, cambiar vidrios y espejos por los frutos de nuestras entrañas, aunque ya no usemos penachos, ni obtengamos nuestros títulos y grados en el Calmécac. No hemos aprendido –decía-, una lección fundamental: la autodeterminación tecnológica es cuestión de supervivencia nacional. La moderna tecnología de la dependencia es crear la dependencia de la tecnología. Antes se invadían territorios, hoy se apropian industrias y mercados. En esta guerra de conquista que hoy llamamos competencia, nuestros gobernantes han encomendado precisamente a nuestros contendientes o han aceptado sumisamente de ellos, el diseño de nuestras estrategias. ¿Qué diferencia hay entre el conquistador que empuñando un mosquete vino a llevarse nuestro oro en el nombre del Rey, y el ejecutivo de la trasnacional que armado con una presentación de McKinsey y en connivencia con los modernos Almontes, viene a buscar la cesión de la renta petrolera en favor de la EXXON, la Chevron o la Shell?
Posted on: Wed, 09 Oct 2013 03:37:28 +0000

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