A través de los arcos de la galería, el paisaje -árido y desnudo pero soleado- parecía un cuadro dentro de un marco. Hans Castorp lo contempló pensativo. De pronto se acordó de algo y dijo en voz alta, rompiendo el silencio: -¡Pero si la que nos sirvió el desayuno era una enana! -¡Psst! -susurró Joachim-. Habla más bajo. Sí, era una enana, ¿y qué? -Nada. Es que todavía no lo habíamos comentado. -Thomas Mann, La Montaña Mágica
Posted on: Sat, 23 Nov 2013 20:44:48 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015