ACERCA DE LOS ORÍGENES: TEOTIHUACAN Y TAMOANCHAN Por Germán - TopicsExpress



          

ACERCA DE LOS ORÍGENES: TEOTIHUACAN Y TAMOANCHAN Por Germán Lobato López En la extensa cosmografía del cemanáhuac –la tierra en el anillo del agua–, que más tarde se designó Nueva España, hubo colonizaciones de pueblos y ciudades de cuya presencia hablan crónicas que son mito o historia o ambas cosas a la vez. La estructura del mito la tejen palabras básicas; la de la historia, según se dice, palabras consecuencia de investigación. Etimológicamente, mito –mythos– significa palabra; historiar –del verbo historein– es inquirir. ¿Mitos e historia son expresiones irreductibles? ¿O son dos modos diferentes de rememorar un pasado? ¿Son dos formas de fundar significación en el caminar temporal de los seres humanos? Desde la perspectiva de sus resultados, ¿qué ha traspasado más hondo en sus vidas, los cuentos míticos o los que llamamos históricos? ¿Los relatos venerables –los que dan principio a las creencias religiosas– son míticos o históricos o una y otra cosa? Teniendo como trasfondo estas preguntas, traeré aquí a la memoria varios relatos que algunos han tenido como mitos y otros como historia, e insistiré, en ocasiones, como ambas cosas a la vez. Son relatos que hablan de asentamientos humanos, situados en la que se ha considerado unas veces geografía fantástica de México y otras geografías de realidades primordiales, de difícil o imposible ubicación. Sin embargo, tales fantasías o realidades primordiales son las que a veces vuelven comprensibles aconteceres clave en el devenir histórico. Los relatos en que me fijaré provienen, unos de los tiempos prehispánicos y otros del periodo novohispano. Al atender a ellos, busco un poco de luz para percibir algunas de las semejanzas y las diferencias que hay entre el mito y la historia. Lugares de enorme significación en Mesoamérica son Teotihuacán y Tamoanchan. En tanto que parece fácil señalar la ubicación de Teotihuacán, en cambio, respecto de Tamoanchan mucho se ha especulado. Y, sin embargo, en ambos casos el mito y la historia se entreveran, difunden luz y misterio. Sencilla respuesta es decir que Teotihuacán se halla donde se yerguen las dos grandes pirámides, al norte de la actual ciudad de México. Pero, ¿es allí donde se restauró el mundo y comenzó a existir Ollin Tonatiuh, el Sol de Movimiento? ¿Fue en ese lugar donde se sacrificaron los dioses para que los astros se movieran y pudieran existir los seres humanos? O, más bien, como lo evoca otro relato, ¿estuvo allí el escenario en el que se establecieron hombres sabios procedentes de Tamoanchan y, tras erigir su señorío, edificaron los grandes adoratorios al Sol y la Luna? En tiempos de los mexicas, algunos acudían a Teotihuacán y, según lo manifestaron, “encontraron agujeros de dónde sacaron las piedras con que hicieron las pirámides y así las hicieron muy grandes”. Creían ellos, además, que quienes morían en Teotihuacán se transformaban en dioses (Códice Matritense, f. 195r). Se dice que anterior a Teotihuacán fue Tamoanchan. Según los nahuas, ese nombre significa “Nosotros buscamos nuestra casa”. Sabemos hoy que Tamoanchan es vocablo que, escrito de varias formas en textos nahuas como Cantares mexicanos y otros, tiene un significado que no ha podido esclarecerse en definitiva. Adopto aquí la hipótesis propuesta por Alfredo López Austin: “se desciende a su hogar”, en el sentido de que es en Tamoanchan donde se halla el hogar primordial de dioses y seres humanos (López Austin, 1994, p. 87). Los informantes de Bernardino de Sahagún refieren que los sabios que se establecieron en Teotihuacán procedían de Tamoanchan. Era ese un lugar de vida y abundancia. A él había llegado Quetzalcóatl después de rescatar los huesos preciosos de antiguas generaciones para formar con ellos nuevos seres humanos. Con la sangre de su pene y la penitencia de otros dioses, iban a nacer los maceguales, merecidos por el sacrifico divino. Tamoanchan tiene otros varios nombres: Xochitlalpan, Tierra florida; Xochinquahuitl onicac, Donde se yergue el árbol con flores... Es también allí a donde Quetzalcóatl llevó el maíz rescatado del monte Tonacatépetl para que los dioses lo mascaran y lo pusieran en las bocas de los humanos. Y fue asimismo allí donde –según tradición recogida por fray Jerónimo de Mendieta– en una cueva, “en tierra de Cuernavaca”, los dioses dieron forma al calendario. Lugares de orígenes primordiales, Tamoanchan y Teotihuacán son clave en el pensamiento prehispánico y hasta hoy continúan siendo atracción y misterio. Pero también en Tamoanchan pecaron los dioses y se quebró el árbol florido. De esto dan cuenta el Códice Telleriano-Remensis y, asimismo, el Borgia, el Fejérváry-Mayer, el Vaticano B y otros. La relación de Tamoanchan con “la tierra de Cuernavaca” no quedó en el olvido. Ha habido estudiosos que, saltando del mito a la geografía y a la historia, han ubicado a Tamoanchan en el actual estado de Morelos. El obispo Francisco Plancarte lo hizo y, tratando de precisar más, Román Piña Chán, la identificó con Xochicalco. El relato del mito primordial acerca de Tamoanchan complementa al que existe acerca de Teotihuacán. Ambos son lugares de origen del Sol de movimiento, de los nuevos seres humanos, del maíz y, en el caso de Tamoanchan, también del calendario y la transgresión. Entre otras cosas, había morado allí Xochiquétzal –“la diosa de los enamorados”– que “dicen fue mujer de Tláloc pero que se la hurtó Tezcatlipoca” Algunos mitos hablan de Tamoanchan como el lugar habitado por la diosa Xochiquétzal, patrona de las mujeres solteras, de la belleza y del amor. Su morada se registra como Tamoanchan, Itzicayan o Xochitlicacan. Xochitlicacan también puede ser el nombre de un árbol florido en Tamoanchan, cuyas flores tenían la propiedad mágica de convertir a quien las tocara en un fiel enamorado, y estaba prohibido cortarlas. Un día el árbol se rompió y las flores empezaron a sangrar, según un mito, por haberlas cortado, y según otro, por haber pecado Xochiquétzal con Tezcatlipoca, estando casada ésta con Tláloc o con Cinteotl. Después de este sacrilegio, los dioses Tonacatecuhtli y Tonacacíhuatl expulsaron a los dioses de Tamoanchan, mandando a algunos a la Tierra y a otros al inframundo. Algunos de los dioses expulsados son Achitometl, Huitzilopochtli, Itzpapálotl, Mixcóatl, Quetzalcóatl, Tzontémoc, Tlahuizcalpantecuhtli y Yacatecuhtli. También se dice que de Tamoanchan provenía Teteo Innan (la madre de los dioses), también llamada Toci. Itzpapálotl (mariposa de obsidiana) también tiene relación con Tamoanchan.
Posted on: Wed, 04 Dec 2013 20:49:08 +0000

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