ADEMAS DE LADRONES, COBARDES Después de dos décadas de estancia en la provincia de Sevilla, debería haberme acostumbrado a vilezas como la que ha perpetrado la izquierda andaluza, presionando a la editorial Beta para que no se celebrase la presentación de un libro sobre José Antonio, amparándose en la nueva ley de memoria histórica, elaborada por la Junta de Andalucía, que desde aquí denunciamos días atrás por revanchista y falaz. En estos años he presenciado y padecido las consecuencias por la merienda de Oromana que pasará a la historia como el punto de partida de la utilización de la política para el enriquecimiento ilícito. Han transcurrido más de treinta años y en un gesto de rapacidad irrefrenable, siguen percibiendo jugosos dividendos. Durante este tiempo he procurado mantener una actitud reconciliadora, porque creía que era la manera de hacer futuro, dejando el pasado como recuerdo obsoleto, sin que por ello se tenga que renunciar a los lazos familiares respectivos. Motivo por el que he pasado aviesas insinuaciones sobre la figura de José Antonio, en general relativas a la manida frases de los puños y las pistolas, que según me decían los apóstoles de la partitocracia, eran constitutivas de apología de la violencia. Por lo visto los discursos incendiarios del criminal Largo Caballero, llamando a sus bases a la contienda civil y regando de sangre la cuenca minera asturiana, fueron paradigma de paz y concordia. O del mismo Pablo Iglesias, que amenazaba con no acatar el resultado de las urnas si este le era desfavorable para sus intereses He guardado un prudente silencio ante el adocenamiento del pueblo haciéndole cambiar subvenciones por votos, convirtiendo a Andalucía en la comunidad con más paro y fracaso escolar de las regiones europeas. De igual manera he presenciado como tierras calificadas como rústicas han servido para levantar soberbias edificaciones para uso y disfrute de los integrantes de los partidos del pesebre. Para evitar desiguales enfrentamientos, me prometí no inmiscuirme en la política municipal de mi pueblo y lo cumplí mientras no afectasen a temas trascendentales. Por este motivo, salía a la palestra cuando el equipo de gobierno del ayuntamiento, trajo de Carmona a un viejo, que dibujó una crónica de la guerra civil, mediante la cual, parecía que solo habían asesinado y torturado los de un bando. Conseguí dar una conferencia al respecto y como guardo el DVD de la misma, me puede servir como testigo de lo que expongo. Ahora de nuevo, no tengo más remedio que salir a la palestra ante la oposición que los comunistas han desarrollado para que no se hable de José Antonio Primo de Rivera y yo digo lo mismo: primero, lo detuvieron acusándole de unas acciones por las que salió absuelto. Le montaron un juicio sin garantías y por último, le mandaron una rociada de plomo que acabó con su vida. Y estos malnacidos le aplican una ley basada en una visión sesgada de la historia. Seguid con vuestras calumnias y dedicaros un poco a la juez Alaya, que como la dejéis os mandará a donde acaban los delincuentes.
Posted on: Thu, 03 Oct 2013 15:51:46 +0000
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