AGORAFOBIA Andrés es un joven universitario que dentro de poco - TopicsExpress



          

AGORAFOBIA Andrés es un joven universitario que dentro de poco cumplirá 18 años, y por lo consiguiente, perderá el seguro social de salud. Está preocupado porque ya no podrá seguir tratándose en psiquiatría de niños y adolescentes. Le proponemos que después de que cumpla los 18 puede seguir tratándose en algún hospital del Ministerio de Salud. Hace poco tiempo lo hemos diagnosticado de Agorafobia. Está en el quinto ciclo de la carrera de Arquitectura en la Universidad de Ingeniería, y no hubiera acudido a la consulta si no es porque en el último ciclo estaba faltando demasiado a sus clases, simplemente porque tenía miedo a tomar la combi desde Villa El Salvador hasta la UNI. Dice que el miedo empezó cuando fue asaltado hace cinco meses, después de haber terminado de jugar futbol. Recuerda que ese día le habían pateado la rodilla derecha durante el partido y que después se quedó acompañando a sus amigos a tomar unas cervezas. Él no toma nada de licor, solamente se quedó a acompañar a su amigo. Al regresar a su casa desde la cancha del Parque Zonal Huáscar, fueron asaltados por una gavilla de pandilleros que los dejaron sin un sol para el pasaje. Aunque su casa no estaba tan lejos, el camino se le hizo más largo porque le dolía la rodilla para caminar, pero lo que más le causó impresión fue que vio morir accidentado a un joven en el paradero, embestido por una combi. Dice que no se pudo sacar la imagen del joven agonizando. Llegando a casa se puso a vomitar y después se quedó escupiendo, por las puras, durante varios días. Al día siguiente no tenía ganas de ir a la Universidad, pero su mamá le obligó a que fuera. Se sentó en el asiento posterior, y le parecía que había mucha gente, que le faltaba el aire porque las ventanas le parecían muy chicas, a pesar de que estaban abiertas. Después, al venir por la Panamericana, la combi aceleraba más la velocidad y empezó a latirle más rápido el corazón, y casi no le entraba aire en los pulmones. A él muchas veces le había gustado la velocidad, pero ese día tenía una sensación de que estuviera cayendo rápidamente desde un ascensor. Entonces, no pudo más, y cuando el cobrador se dio cuenta de que estaba tornándose pálido, pagó y se bajó en el paradero del puente Atocongo. Tuvo nauseas, pero no vomitó. Poco a poco se fue tranquilizando, y regresó a casa caminando. Dice que se demoró como una hora en regresar. Cuando llegó a casa la madre le preguntó qué le pasaba y él solamente se limitó a llorar. Le contó a sus padres que tenía miedo viajar en la combi pero no le creyeron y al día siguiente volvió a probar. Igual le sucedió. Y estaba preocupado porque ya se venían sus exámenes parciales. Entonces el papá contrató a su compadre para que lo llevara en automóvil, muy despacio, con las ventanas abiertas y acompañado de su madre. Por más que los familiares le decían que nada malo le iba a suceder, él seguía con miedo, y este miedo fue creciendo hasta el punto de imposibilitarlo a salir de la casa, ya no podía salir ni siquiera en taxi. Después me diría que a la primera consulta se vino caminando desde su casa en Villa el Salvador hasta el distrito de La Victoria, menos mal que ya estaba mejor de la rodilla. Me levanté a las cuatro de la mañana y me vine caminando, mi madre y mis hermanos me quisieron acompañar, pero le dije a mi mamá que me esperara en el hospital, solamente me hizo caso cuando le dije que podría acompañarme mi hermano, es demasiado lejos para que ella pudiera venir caminando. Ya está en tratamiento farmacológico y psicoterapéutico desde hace un mes y por lo menos ya puede venir a la consulta en taxi. Y aunque le moleste el ruido y los gritos de los niños, ahora tiene más paciencia para esperar su turno. Espero que aún cumplidos los 18 años, Andrés pueda continuar con su tratamiento y proseguir con su vida normal. chulucanas.pe/agorafobia-por-david-arce/
Posted on: Wed, 21 Aug 2013 04:20:02 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015