ALLENDE : UN ANÁLISIS TÁCTICO Manuel Ernesto Navarrete Bazan - TopicsExpress



          

ALLENDE : UN ANÁLISIS TÁCTICO Manuel Ernesto Navarrete Bazan El 11 de Setiembre de 1973 un sangriento golpe fascista derrocó al gobierno constitucional de Salvador Allende en Chile. El propósito de construir un socialismo desde la democracia y la legalidad fue detenido a sangre y fuego por la traición de los militares chilenos y la acción del Pentágono y la CIA desde los EE.UU. En el tema moral no cabe duda que la acción de resistir de Allende y no entregarse jamás (muriendo en combate o suicidándose) siempre será superior a la felonía del felizmente fallecido Augusto Pinochet, vil criminal de lesa humanidad. Luego de ello, no debemos obviar el frío análisis estratégico y táctico. Hace algunas semanas me avoque a leer en la red textos y discursos de Allende, a fin de entender la racionalidad estrategica de su proyecto y los diversos obstáculos que este confrontó. Algunas ideas se ponen a consideración. La estrategia señala los objetivos a conseguir. En el caso de Chile, para Allende y el frente de partidos que conformaban la Unidad Popular (UP) el objetivo era llegar al poder e ir a un proyecto socialista. La táctica señala los procedimientos específicos para viabilizar ese objetivo de acuerdo a las coyunturas concretas. La principal falla se dio en el nivel táctico. *EL PECADO ORIGINAL El origen de la tragedia de Allende y la UP tienen que ver con las equivocadas decisiones que se toman luego del triunfo electoral en Setiembre de 1970. En dichos comicios los resultados fueron : Salvador Allende, por Unidad Popular (36% de votos); Jorge Alessandri, por el Partido Nacional (34% de votos); y Radomiro Tomic, por la Democracia Cristiana (27% de votos). No había segunda vuelta y ninguno de los candidatos había obtenido mayoría absoluta. Por ley, entonces correspondía al congreso decidir al ganador, entre los dos candidatos de mayor votación. He aquí entonces dos situaciones concretas. En el congreso (de 200 miembros) los partidarios de Alessandri y Tomic eran mayoría (45 + 75 = 120 representantes). Allende y la UP estaban en minoría. La matemática elemental determinaba un resultado adverso a los últimos. Pero por otro lado existía una tradición parlamentaria chilena de votar al candidato que había obtenido el primer lugar. Por este precedente histórico, podía verse favorecido Allende. Este último comenzó una campaña de movilización popular en pro del respeto a la voluntad popular y el cumplimiento de la tradición parlamentaria antes reseñada. Y eso estaba bien. En la Democracia Cristiana se operó una fisura. 25 representantes liderados por el candidato Radomiro Tomic manifestaron su disposición a votar por Allende. Pero he aquí que entonces el máximo líder de la DC, el saliente presidente Eduardo Frei aceptó esta decisión de un grupo de su partido, pero condicionó a Allende a un compromiso previo sobre cosas puntuales. Y el máximo líder de la UP accedió. Aquí fue el gran error. Fruto de esa aceptación se suscribió un “Estatuto de Garantías Constitucionales”, que en el fondo no hizo sino atar a la UP en el poder, haciéndole imposible su futura defensa ejemplar frente a intentonas golpistas. De igual manera, este Estatuto le impedía a la UP plantearse a futuro la reforma de la constitución de cara a los intereses populares. Para colmo de males, en el nuevo parlamento electo, Allende no iba a tener mayoría otra vez. ¿Cuáles eran las condiciones del estatuto?. No coartar la actividad de los partidos de oposición, no introducir la censura, no limitar la expresión, no tocar las escuelas privadas católicas, no observar la autonomía universitaria, no inmiscuirse en los ascensos militares, no cambiar el sistema electoral, no formar milicias populares y no crear órganos de poder paralelos. A simple vista, no pocas de estas condiciones parecen aceptables por cualquier mortal cuerdo. Pero en contextos de crisis política y agudización de contradicciones sociales -en las cuales la derecha pasaría sin ninguna vergüenza a acciones armadas- la consecuencia era la inacción del gobierno de la UP. En situaciones de crisis, la derecha no conoce obligaciones con la legalidad, pero si que las exige cinicamente de la izquierda, para impedirle su defensa. El agravante era que no podía reformar la constitución, no podía profundizar la democracia vía la movilización y organización popular, no podía introducir cambios en las FF.AA y menos crear condiciones idóneas para la defensa de la legalidad popular. Aquí comienza la tragedia cuyo desenlace final se da el 11 de Setiembre de 1973. Allende no tuvo un pleno poder. Asi no se puede llegar muy lejos. Entre un poder a medias o ningún poder, a veces es mas preferible lo segundo. *TRAMPA, ESPERANZA Y TRAICIÓN. En agosto de 1973, el parlamento chileno, dominado por la derecha, atropellando procedimientos constitucionales, declara “ilegal” el régimen de Salvador Allende. El objetivo es claro: Dar munición legal a un golpe militar de ultraderecha. Se pone a Allende ante el dilema de irse del poder o cerrar el congreso. Allende tiene entonces su última lucidez política: convocar a un referendum sobre su permanencia en el poder. Era lo idóneo. Ante el choque de poderes ejecutivo y legislativo, la fuga hacia adelante era apelar a la democracia directa. La constitución chilena preveia tal mecanismo para dirimir situaciones de choque de poderes. Pero las orejas de un General traidor (Pinochet) oyeron ello y con los militares fascitas aceleraron el golpe, que se da finalmente el 11 de setiembre de 1973. El ejército chileno, con blindados y aviación entran en guerra por primera vez en el siglo XX de la manera más vergonzosa: contra su propio pueblo, lanzando contra este una sangrienta “Blitzkrieg” (guerra relámpago) de rasgos nazis, con miles de muertos y desaparecidos. ¿Tan seguros estaban que la derecha iba a ser derrotada en un referendum?. Por otro lado, falto leer a Maquiavelo, Don Salvador... *UCRONÍA ALTERNATIVA El historiador peruano Jorge Basadre recurría a veces a las llamadas “ucronías”, esto es, aquellas situaciones históricas hipotéticas que hubieran podido darse en lugar de lo que efectivamente pasó. En este caso voy a formular una ucronía aplicable al caso, esto es, lo que hubiera podido hacer Allende. ¿Era necesario para la UP mendigar y aceptar el apoyo de la DC a cualquier precio?. Creo que no. Allende podía haber ignorado la oferta del sector de representantes liderado por Tomic y, con mayor razón, a las condiciones exigidas por Frei. Ello hubiera traído como consecuencia que en el congreso la mayoría hubiese elegido a Alessandri. Correcto. Pero he aquí que ello iba a ocasionar un gran descrédito moral y político de los partidos derechistas. Las protestas sociales hubieran estallado. El hipotético gobierno de Alessandri hubiera enfrentado graves problemas sociales. Hubiera cedido fácilmente a la tentación conservadora y represiva. Y ello hubiera sido capitalizado en mejores condiciones por una UP en la oposición. Allende hubiera aprovechado para desnudar los límites de la democracia formal y abogar por una renovación constitucional vía iniciativa popular en pro de un referéndum hacia una asamblea constituyente. Y ello hubiera repercutido en sectores del ejército, allanando el terreno de simpatías hacia la UP. Un hipotético gobierno de Alessandri debía de haber concluido en 1976. Pero quizás la crisis lo hubiera hecho convocar a elecciones anticipadas. Ahí la UP hubiera obtenido una victoria estadísticamente mayor así como mayoría parlamentaria. Ciertamente, los EE.UU hubieran hecho lo imposible por impedirlo, pero se hubiera estado en mejores condiciones que las que de Setiembre de 1970, esto es, sólo con 36% de votos, minoría parlamentaria y amarrados legalmente por un estatuto de garantías de doble filo. Un poder así era razonablemente prescindible. ¿Por qué tanto apuro en obtenerlo? Mejor era esperar los resultados ulteriores de la descomposición de la derecha en el poder en pro de mejores condiciones para un poder popular. *EPÍLOGO Haciendo una comparación con algunos procesos democráticos de izquierda actuales, encontramos cosas importantes. Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador siempre dijeron que llegarían al poder para cambiar el marco constitucional en función de sus proyectos políticos. Y la gente los respaldó masivamente en las urnas. Lograron arraigar en la gente la necesidad de remover legalidades obsoletas y excluyentes. Desde el comienzo, lejos de quedarse en la legalidad vigente activaron mecanismos de democracia directa (asamblea constituyente, referéndum, etc) en función de ello. Estar maniatado por una legalidad arcaica y jaqueado por una mayoría adversa en el parlamento era definitivamente un escenario prescindible para Allende en 1970. Yo le hubiera dejado el poder a una derecha en crisis para que se termine de descomponer el sistema en bloque.
Posted on: Tue, 10 Sep 2013 16:44:44 +0000

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