AMARTE A TI MISMO “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu - TopicsExpress



          

AMARTE A TI MISMO “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y a tu prójimo cómo a ti mismo” “Amarte a ti Mismo”… El amor es el alimento para el alma. Así como la comida es para el cuerpo, el amor es para el alma. Sin alimento el cuerpo está débil, sin amor el alma es débil. Una persona con energía espiritual está destinada a ser rebelde. El amor te hace rebelde, revolucionario. El amor te da las alas para volar alto. El amor te hace comprender las cosas. Para hacerte espiritualmente débil muchas personas han encontrado un método seguro, cien por ciento garantizado, y es enseñarte a que no te ames – porque si un hombre no puede amarse a sí mismo tampoco puede amar a alguien más. La enseñanza es muy delicada. Dicen: Ama a otros – pues saben que si no puedes amarte a ti mismo no eres capaz de amar en absoluto. Pero continúan diciendo: Ama a los otros, ama a la humanidad, ama a Dios, ama la naturaleza, ama a tu esposa, a tu marido, a tus hijos y a tus padres, pero no te ames a ti mismo, porque amarse uno mismo es egoísta según ellos. Condenan el amor hacia uno mismo como no condenan ninguna otra cosa – y han hecho que su enseñanza parezca muy lógica. Dicen: Si te amas a ti mismo te volverás egoísta, si te amas a ti mismo te convertirás en un narcisista. No es verdad. Un hombre que se ama a sí mismo se da cuenta de que no hay ego en él. Es al amar a otros sin amarse a uno mismo que surge el ego. El amor no sabe nada de deberes. El deber es una carga, una formalidad. El amor es una alegría, un compartir; el amor es informal. El amante nunca siente que ha hecho bastante; el amante siempre siente que más era posible. El amante nunca siente, “he obligado al otro.” Por el contrario, él siente, “dado que ha recibido mi amor, me siento obligado. El otro me ha obligado al recibir mi regalo, al no rechazarlo.” El hombre que se basa en el deber piensa, “Yo soy superior, espiritual, extraordinario. ¡Mira cómo sirvo a la gente!” Un hombre que se ama a sí mismo se respeta a sí mismo, y un hombre que se ama y respeta a sí mismo respeta a los otros también, porque él sabe, “Así como yo soy, así son los demás. Así como yo gozo del amor, del respeto, de la dignidad, así lo hacen los demás.” Él se hace consciente de que no somos diferentes; por lo que respecta a las cosas fundamentales, somos uno. Estamos bajo la misma ley: El amor. El hombre que se ama a sí mismo goza tanto del amor, llega a ser tan dichoso, que el amor comienza a desbordarse, comienza a alcanzar a otros. ¡Tiene que alcanzarlos! Si vives el amor, tienes que compartirlo. No pues seguir amándote a ti mismo por siempre porque una cosa te quedará absolutamente clara: que si amar a una persona, a ti mismo, es tan enormemente extático y hermoso, ¡cuánto más éxtasis te está esperando si empiezas a compartir tu amor con mucha gente! Lentamente las ondas comienzan a llegar más y más lejos. Amas a otras personas; entonces empiezas a amar a los animales, a los pájaros, a los árboles, a las rocas. Puedes llenar el universo entero con tu amor. Una sola persona es bastante para llenar el universo entero de amor, así como un solo guijarro puede llenar el lago entero con sus ondas – un pequeño guijarro.
Posted on: Tue, 09 Jul 2013 03:23:48 +0000

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