ANDANZA N. 309. JORDI MOLLA Y LA COLUMNA Mira que llego a ser - TopicsExpress



          

ANDANZA N. 309. JORDI MOLLA Y LA COLUMNA Mira que llego a ser tonta, tonta. Convivir (aunque sea de pasada y circunstancialmente) con un famoso y no darme cuenta. En un hotel, me refiero, pero un hotel familiar. Si es que me lo tenía que haber encontrado fácilmente. Pero si en el hotel pasaba de todo y siempre me encontraba en medio de los “fregaos”, bueno, exactamente en medio no. Pero si pasaba algo desagradable, me pillaba a mí. Que se moría un cliente extranjero de un ataque al corazón, justamente esa tarde no había quedado con nadie (algo extraño) y veía toda la movida. Y menos mal que el recepcionista de turno era Vicente, porque si llega a estar Ramonet, igual le tengo que hacer el boca a boca. Que se estropea el aire acondicionado una vez cada cinco años, en pleno julio, estoy yo allí. Que se estropea la máquina de café, también. Realmente tengo que decir que visitaba el hotel varias veces al año, me había hecho amiga de unos señores de Burgos, de unos mexicanos… Digamos que era como parte de la familia allí, que incluía desde la jefe de recepción al botones más novato, pasando por los habituales. Hasta me había encontrado a un profesor de universidad, un cliente del banco y… ¡Javier Bardem! La Cahuín estaba esperando a un amigo para cenar y le veo bajar las escaleras, ohhhhh, qué emoción, si es igual que en la pantalla… Mejor dicho, en la realidad se ve menos rudo. Hay que estar ciega para no ver a “alguien”. Pero muy ciega. Porque ese “alguien” se conoce que me había visto varias veces. Estaba yo en la recepción charlando con el amigo de turno, y se me acerca un pájaro. Bueno, un pájaro no, un chico. Lo digo por la frase que soltó. Así, tal cual: A esta chica la veo siempre aquí, parece una columna de la recepción. Mi primer impulso fue decirle… No lo digo, que luego me regañan. No contesté nada, como hago cuando lo primero que se me ocurre es una palabra soez. Ni le volví a mirar. Cuando el chico se fue, mi amigo me miró con los ojos como platos. Pero.. .¿sabes quién es? Y yo, sí un graciosillo. Mi amigo insistía: ¿de verdad no le has reconocido? Joder, que no, ¿a santo de qué le tengo que conocer? Hija mía, es un compatriota tuyo famoso: ¡Jordi Mollà! La hostia. Qué manera más… gilipollas de perder la oportunidad de contar en programas de vísceras: yo estuve con… Aunque fuera en la recepción de un hotel, jiji. ¿Y si le hubiera dado pie? Una columna… Es que esto no sé si era un halago o… Ayyy, cómo no reconocí al chico, ni que fuera por sus ojos verdes. Ahora me cuadraba porque aparecía Javier Bardem por allí de vez en cuando. ¡Cahuín, tonta cegatona! Años más tarde, un compi intentó encontrarle una explicación racional al hecho: “No te preocupes, ¿no ves que en todas las películas sale zaparrastroso? Al verlo limpio no le reconociste”. Gracias, amigo, sniff, si es que no sé venderme…
Posted on: Mon, 01 Jul 2013 18:08:29 +0000

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