ANTECEDENTES DEL PORFIRISMO Era tal el odio que profesaba Lerdo - TopicsExpress



          

ANTECEDENTES DEL PORFIRISMO Era tal el odio que profesaba Lerdo de Tejada a los católicos que bien se encargó de promover ante los norteamericanos el ingreso a México de los protestantes. Tuvo el atrevimiento de quitarle a la Iglesia uno de los más hermosos a favor de aquellos otros religiosos: el Templo de San Francisco. Un guerrillero de apellido Lozada, conocido como el “Tigre de Álica” y que se localizaba en el sur adquirió gran poderío. Por cierto que a Don Porfirio en su huída le brindó protección. Dicho personaje además del General Sóstenes Rocha, representaba un fuerte dolor de cabeza a Lerdo. Rocha después de los triunfos alcanzados a favor de las intenciones juaristas, terminó también por apetecer el platillo llamado Presidencia. Cometió el error de hacer saber su intención entre muchos que le escuchaban y eso permitió a Lerdo enterarse del asunto. Lerdo resolvió el problema en forma que a mí me causa mucha risa. Llamó a su Ministro de Guerra que en aquel entonces era Don Ignacio Mejía, le informó del asunto y le ordenó tomar las medidas conducentes. Salió Don Ignacio a buscarlo mientras Rocha hacía con su gente maniobras de entrenamiento. Mejía se acercó a éste último a invitarle a dar un paseo en su carretela. Seguramente la plática resultó muy amena y Don Sóstenes no se percató que el trayecto contemplaba arribar a la prisión. Ahí quedó detenido el cruel Rocha para luego ser enviado a Celaya y después hacia el destierro. Caso más difícil significaba para Lerdo el “Tigre de Álica”, quien se encontraba cerca de Guadalajara después de haber levantado un ejército considerable que puso en pánico a esa ciudad. En esa capital se encontraba un General de nombre Ramón Corona que salió a enfrentarlo y pudo derrotar al Tigre, el cual quedó gravemente herido el 28 de enero del mismo 1873. Con la idea de rematarlo, otro General José Ceballos, salió a perseguir a Lozada. Sus contingentes estaban muy desgastados y terminaron cayendo definitivamente derrotados. Lozada terminó fusilado por el mismo Ceballos cerca de Tepic el 19 de julio de 1873, en un lugar llamado los Metates. Sebastián miedoso y celoso como era, vio en el General Corona a un nuevo contrincante. Decidió entonces enviarlo como Ministro Plenipotenciario a España y Portugal donde permaneció 12 años. Luego regresó a México y quedó a cargo del Gobierno del Estado de Jalisco. También Corona se sentía con merecimientos para contender a la Presidencia, pero resultó víctima de un desquiciado que lo asesinó a puñaladas el 10 de noviembre de 1889 cuando se dirigía con su familia al teatro. Cuentan que a unos cuantos metros del lugar, el autor del asesinato optó por suicidarse, atravesándose el mismo el cuchillo en su corazón. Llevaba por nombre Primitivo Ron. Lerdo elevó a rango Constitucional las Leyes de Reforma, lo que molestó a muchos mexicanos. Al inaugurar el ferrocarril a Veracruz, pasó lo que con el Metrobus: las tarifas superaban la capacidad adquisitiva del pueblo. Eso propició que al preferir el comerciante continuar enviando sus mercancías por tierra a la manera tradicional, tanto delincuente agazapado se hiciera de las mismas en detrimento de muchos patrimonios. Cada día Lerdo de Tejada arrastraba más y más problemas. Como Presidente interino gobernó a la muerte de Don Benito, de julio de 1872 al 31 de diciembre del mismo año. Es decir que su periodo Presidencial Constitucional derivado del voto alcanzaría hasta 1876. Su pretendida reelección digamos que se llevaría a cabo al estilo juarista, punto. Además de que el pueblo se mostraba muy disgustado, dos personajes en especial no estarían de acuerdo con las intenciones de Don Sebastián: el propio Don Porfirio y Don José María Iglesias, quien en ese momento ocupaba la cartera de Ministro de la Suprema Corte de Justicia lo que lo validaba a ser el sucesor natural para ocupar la Presidencia. La irritación popular en torno a Lerdo se extendió por muchas partes del territorio. Se dieron levantamientos en Oaxaca, Jalisco, Nuevo León, Puebla y Veracruz. En Oaxaca, Don Porfirio expidió el “Plan de Tuxtepec” que rechazaba la reelección. Don José María Iglesias nacido en 1823 en la ciudad de México, era un hombre que se había distinguido como abogado, maestro, periodista e historiador. Llegó a ser Ministro de Hacienda y bueno, se sentía con derechos para participar en la contienda. Para Don Sebastián el panorama era nada fácil en su búsqueda de la reelección. Los porfiristas le exigían ubicar a Don Porfirio en la Suprema Corte, lo que le significaría el paso natural para hacerse después del cargo como Presidente. @ap_penalosa antoniopatriciopeñalosa/
Posted on: Wed, 03 Jul 2013 00:35:27 +0000

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