APARCAMIENTO DE CAMIONES LLegué al aparcamiento a las doce como siempre, cerré la cancela con candado y me entré en la caseta donde me quedo. AllÃ, encendà la estufa, me senté y empecé a leer. Al principio, la noche estaba tranquila, pero al cabo de una hora o asÃ, escuché el motor de un camión y al mirar por la ventana, vi, que efectivamente habÃa un camión, esperando para entrar. Me puse la cazadora, salà y abrà la cancela para que el camión entrara. Después de aparcar, la puerta del camión se abrió y bajó un hombre al que yo no conocÃa: Buenas noches saludé. Buenas noches respondió el. Luego guardó sus cosas en un coche y antes de montarse, me dió una botella de vino y me encargó que se la diese a Juan, el jefe del aparcamiento. Luego se despidió, se montó en el coche y se fué. Bueno, pues la noche, siguió normal, pero lo que da miedo viene ahora. A la mañana siguiente fui al aparcamiento a buscar a Juan para darle la botella. Lo encontré en la caseta, me acerqué a él y le dije: Juan, esta botella la han traido para usted. ¿Quién la ha traido? preguntó él. Yo le expliqué lo de la noche anterior y al acabar, Juan, me dijo: Jose, eso no puede ser. Que si, Juan, que un hombre estuvo aqui con un gran camión azul, y lo aparcó justo allÃ. Entonces al darme la vuelta vi que el camión no estaba. Me quedé helado y aún me quedé más cuando Juan me explicó: Jose, el camionero que dices, se llamaba Damián y hace dos meses, salió para Alemania. Yo le pedà que me trajera una botella de vino de allà que dicen que es muy bueno, pero cuando Damián volvÃa de su viaje, tuvo un accidente y murió. Yo me quedé de piedra y me fui a casa. TodavÃa sigo trabajando como vigilante, pero sigo sin entender lo que pasó, aunque creo que aquella noche, el espÃritu de Damián, vino para traer la botella a su amigo y asà descansar en paz.
Posted on: Sat, 24 Aug 2013 05:06:57 +0000
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