ARIANNA la niña triste. Solía sentarse a la orilla del camino, - TopicsExpress



          

ARIANNA la niña triste. Solía sentarse a la orilla del camino, su perro romo siempre estaba a su lado era su guardián mas fiel, la mirada de la niña se posaba en todas partes como queriendo escrudiñar lo que no entendía, ¿Por qué ella no podía ser igual a los demás ¿ correr por el campo era su sueño sentir el aire, pensar que podía tocarlo con sus dedos, lagrimas rodaban por sus mejillas, una tristeza invadía su pequeño corazón, deseaba tantas cosas, ir tras la luna mirar sus encantos, ser un lucero y en las noches recorrer el universo, descubrir nuevos mundos, en el interior de su alma sabia que alguien mas la miraba y a ese algo ella quería pedir caminar. Pasaron los días, también Arianna buscaba el lago donde sus pies desnudos jugaban con el agua se veía en ella, de pronto vio en el fondo de este, un hermoso corcel sus ojos brillaban como el sol, estaba atónita era inmensamente hermoso nunca había visto nada igual y si era un sueño no quería despertar, romo la miraba muy intrigado los ojos de su ama estaban clavados en el lago de esa ensoñación despertó, la jauría de perros de su padre la saco de sus éxtasis, suspiro muy suavemente y acaricio a romo. Arianna poseía un carácter muy dulce pero fuerte para soportar su invalidez su inteligencia la hacia ver de mas edad, solo tenia diez años era la menor de cuatro hermanos, sus padres desplegaban para ella todo su amor y ternura, era una rosa en botón, melodías al corazón, era la niña de sus ojos, se sentían un poco tristes deseaban ver a su hija correr feliz habían hecho todos los esfuerzos para que su niña caminará, pero era de nacimiento solo un milagro lo haría .Esa noche Arianna salio a contemplar la inmensidad del cielo azul, magnifico espectáculo se abría ante sus ojos sentía la suave brisa acariciándola, la noche trae sus aromas, el espíritu vuela libre en busca de la felicidad, las constelaciones le sonreían muy dulcemente y una aureola de sensaciones la envolvía, se quedo extasiada en un punto fijo del firmamento veía a lo lejos que algo poco a poco se iba acercando una luz radiante la saturaba de emoción su corazón se aceleraba mas a medida que aquello se acercaba, romo ladraba, lo mandó callar, solo la vieja zaida sabia de su presencia allí, esta era su nana a quien ella veía como una segunda madre, zaida admitía todo lo que su niña quería, sabia el encanto que para Arianna producía el estar mirando el firmamento, La luz se detuvo muy cerca de ella, ¡era una barca dorada! Tenía incrustaciones de piedras nunca vistas por ella, dentro de ella el corcel que había visto en el algo, romo se hecho a sus pies, el corcel salio de la barca, ¡OH dios! Nunca sus ojos miraron tal imponente y hermoso animal, su piel dorada de un brillo sin igual, ¿estaría soñando? Sintió un deseo enorme de abrazarle, y los ojos del animal le trasmitían seguridad denotaban la nobleza de este, poseía dos enormes alas y en el centro de estas un aro igualmente dorado, era perfecto, maravilloso, quería volar en el, perderse en el infinito refugiar su corazón, decirle su dolor, el corcel de sus cavilaciones la saco, se paro frente a ella, sus miradas se encontraron se fundieron en lo eterno, algo intangible se percibía una aureola de infinita paz, el corcel lamia sus manos con mucha delicadeza de nuevo sus ojos se encontraron y con ellos hablo a su mente el corcel: desde que nacisteis has sido mi niña amada muchas lunas a tu ventana llegue admirando tu inocencia, hoy he venido a ti para nunca mas estar lejos de ti, debes esperar unos meses, naceré de una de las yeguas de tu padre, y mi color solo tu lo podrás ver, Arianna a su oído le susurro llévame a volar, sin mas preámbulos el corcel extendió sus alas la alzo por los aires en sus lomos la deposito, cojote de los aros de mis alas muy lejos te llevare, y ¿romo? El, se pegara de mi cola, vamos mi niña encantada, hoy el cielo se vestirá de un nuevo color. ¡Mágica noche! Volaba el corcel a los más recónditos lugares del espacio sideral, una melodía se escucho: mi niña de amor acá estoy para llenarte de felicidad, dame tu mano dancemos, las estrellas ronda nos harán, elévame a la cumbre de tu corazón, ¡hechízame con el fuego de tus besos! ¡Ven, ven! Dame tu blanco corazón diosa del Orión. Volvieron de nuevo a los campos de los padres de Ariana, esta no cabía de la felicidad de nuevo el corcel la atrapo con sus alas diciéndole: espérame dentro de poco tiempo estaremos juntos por la eternidad, diciendo esto se perdió en la inmensidad del cielo. Pasado un mes se escucho que la yegua amatista una de las mas hermosas de las caballerizas de don GASPAR DE LA FUENTE, el padre de Ariana, la niña casi corría en su silla de ruedas la emoción la embargaba, esta silla fue diseñada especialmente para ella, fue un obsequio de un hombre de ETIOPIA un hombre de color muy elegante que por esos días llego donde don Gaspar en busca de un caballo, al contemplar la niña , en esos días esta cumpliría los siete años, se preparaba una gran celebración, y el aprovecho la ocasión para enviar ese regalo, la niña había tocado las fibras de su corazón, su mirada triste lo había conmovido profundamente. Este hombre llamado ALIJUL, era un poco loco, pero extremadamente inteligente, armo para la niña una silla muy especial, podía desplazarse en ella, tenía una base deslizante que facilitaba el movimiento hacia cualquier dirección, podía subir y bajar la silla a su acomodo, en caso de peligro sonaba una alarma, si quería dormir en ella lo podía hacer se reclinaba a su antojo, fue su regalo de cumpleaños para la niña. La nieve del tiempo paso muy rápido, una noche la luna lucia mas hermosa que de costumbre, uno de los vigilantes de la casa de campo dio el aviso del parto de la yegua amatista, Arianna solía pasar mucho tiempo con esta cuidándola, romo lamia la cara de su niña, la despertó esta se dio cuenta de que algo pasaba pues las luces todas estaban encendidas, subió a su silla y salio de su habitación, su corazón latía apresuradamente había llegado el momento esperado, ¡nacería su corcel! Efectivamente la yegua estaba dando a luz, ¡por fin tendría algo tan suyo! Nació el hermoso corcel, todos admirados de su belleza sin igual, nadie se esperaba aquello aunque los padres eran de raza muy fina pero su hijo sobre paso las expectativas, la yegua no se movía, don Gaspar se preocupo, Lalo el ayudante de don GASPAR se acerco mas de lo que estaba se dio cuenta que la yegua murió, todos se miraron entre si, había profunda tristeza, Arianna la acariciaba con lagrimas en sus ojos, amatista había puesto su vida para que ella fuese feliz. Las primaveras fueron llegando, Arianna y su corcel eran inseparables, todas las noches la llevaba a mundos desconocidos, esta se acostaba en los lomos de su corcel mirando las estrellas, ¡libre era libre! Sus sueños con su corcel los hacia realidad, era feliz, se bañaban en el lago, el cuidaba de ella en todo momento, eran como dos almas fundidas en una sola, atravesaban las praderas y su imaginación volaba si limite, no existía el tiempo, una noche cabalgaron hacia las praderas, el amor rondaba por doquier, la brisa traía su canto de amor, el le dijo: ¿quieres danzar mi hermosa flor? Contigo danzaría sobre las olas del mar, contesto ella, el la tomo con sus alas, se paro muy oriondo en sus dos patas, la cubrió con sus dos alas, Arianna se pego a el, cerro sus ojos, danzo y danzo Las flores se inclinaron ante la grandeza de este amor sublime. Llegaron las fiestas de primavera había toda una celebración en la casa de campo, Arianna lucia mas bella que nunca, todos estaban muy felices, la música por todos lados se escuchaba, mucha comida, flores por doquier, Arianna estaba colocando unos adornos en la pared, de pronto empezó la tierra a temblar muy fuertemente, la pared se cayo y Arianna quedo debajo de esta, sus padres corrieron desesperados, el corcel en un instante llego, en sus ojos había desesperación, angustia, dolor, los trabajadores removieron los escombros muy rápido sacándola de allí, fue llevada a su habitación inconciente estaba mal herida, el medico amigo de la casa no se hizo esperar, la examino por los gestos de su cara no auguraba nada bueno, miro a los anfitriones de la casa diciéndoles: esta muy mal debemos trasladarla a una clínica de la ciudad, hay que llamar una ambulancia de inmediato, la orden no se hizo esperar, la tristeza invadió los rostros de todos los allí presentes. Los caminos estaban intransitables el fuerte temblor había arrasado con muchos árboles, cantidad de piedras cayeron a lo largo del camino impidiendo el paso, la situación se había complicado, era difícil que la ambulancia llegase en esas circunstancias debían hacer algo y rápido. Arianna despertó de su inconciencia, sus padres no se movían de su lado su padre la beso con mucha ternura diciéndole: no te preocupes ya vendrá la ambulancia, ella balbuceo: no quiero salir de acá, padre deja que venga mi corcel, este accedió, sabia el profundo amor de su hija por su caballo, ella lo había criado con mucho esmero, crecieron juntos, don Gaspar miro a zaida, esta de inmediato cumplió la orden, el corcel hasta ella llego, sus ojos se encontraron como aquella noche, sin palabras salidas de sus labios, pero las del corazón hablaban por sus ojos, don Gaspar dio la orden que todos se alejaran solo quedaría zaida muy cerca de allí. El corcel con su largo pelaje acariciaba a su niña de amor, esta susurro: quiero irme contigo al paraíso donde no existe el dolor, donde el amor se matiza de diferentes, colores eternos seremos, la naturaleza de su amor nos adormecerá, solo contigo quiero estar, ¡estoy unida a ti como el mar a sus olas! Sácame de aquí! En la noche vendré por ti, dijo el corcel, no te alejes de mi, si logran llegar no dejes que me lleven, no te preocupes mi niña amada nadie de mi te alejara. Llego la tan ansiada noche, zaida dormitaba cerca de Arianna, muy sigiloso el corcel hizo su entrada y en pocos instantes tomo su niña entre sus alas diciéndole: te acostare sobre mis lomos, el mundo del amor nos espera, por el gran ventanal salieron los tres, romo se prendió de la cola del corcel. Muy de madrugada zaida despertó alarmada ¡no estaba su niña amada! Corría, gritaba: no esta mi niña, don Gaspar y su esposa salieron muy asustados de sus habitaciones corrieron a la alcoba de su hija, no había nada, todos se unieron en una búsqueda desesperada, llego de nuevo la noche, no encontraron nada, para ellos todo era muy extraño, nadie sabia nada, era muy grande su dolor, nadie sabia nada. L a noche llena de sus encantos y misterio daba la bienvenida a los viajeros del espacio Bella y radiante lucia Arianna montada en su corcel, el viento jugaba con su blonda cabellera, rozaba los luceros con ella, al mundo mágico del amor el corcel la llevo. Pasaron largos años las leyendas corrían como el agua: decían que de lo alto de la montaña salía un corcel de oro con su amada y un perro pegado a su cola, se perdían en lo infinito del firmamento. Esta noticia llego a oídos de un antropólogo maestro de un colegio de esos contornos, por esos días se preparaban para una excursión y sin prensarlo mucho tomo la decisión con sus alumnos de ir a esa montaña, de muy difícil acceso según los indígenas y campesinos de esa región, el tomaría todas las precauciones y contratarían unos guías indígenas. El momento esperado por todos llego iniciaron su viaje a la montaña del corcel de oro ya los campesinos la habían puesto ese nombre, subieron por la escarpada montaña el paisaje era de ensoñación a pesar de lo intrincado del camino. Pero los ánimos no decayeron por el contrario, todos querían saber el misterio que envolvía la montaña, estaban muy emocionados una aureola de misterio los rodeaba, lentamente fueron llegando a la cumbre de la montaña, el profesor y los guías miraron que todo estaba en orden, la tarde iba cayendo sobre ellos, un rayo de luz se poso en el pico de la montaña, todos se pusieron a la guardia, en medio de esta una puerta se abrió dando paso a una cueva, de esta emanaban rayos de luz que los atraían, los indígenas retrocedieron asustados, el profesor los calmo diciéndoles: yo entrare primero, pero si algo me llegase a suceder de inmediato saldréis de acá , lentamente el profesor se acerco a la entrada de la cueva, sin vacilar entro en esta, se encontraba un pequeño muro de piedras dando a entender que de ahí no pasara, sus ojos se quedaron atónitos a lo que vio, tres osamentas una de mujer conservaba toda su cabellera estaba vestida de azul, el color del traje estaba intacto como si el tiempo no hubiese pasado, muy pegada a esta. La osamenta de u n caballo poniendo una de sus patas delanteras en la cintura de la que en otrora se veía que había sido una mujer bellísima, esta en los huesos de su muñeca tenia tres manillas de cuero de camello con incrustaciones de piedras y en su dedo un anillo de diamante,(esto había sido un regalo del corcel cuando Arianna cumplió sus veinte años, ella pidió a su corcel unas manillas que fabricaban los orfebres bereberes en norte de África, y un anillo de diamante puro, el corcel viajo a África trayendo sus regalos a su niña amada, el anillo lo extrajo directamente de una de las minas de diamante.). El profesor llamo a sus alumnos, a los guías ordeno el equipo de filmación, también cerca de las osamentas se encontraban flores verdes que expelían sus aromas desconocidas para el mundo y suspendido en el aire un reloj de cristal, no tenia horas, dentro de el, un pájaro cantaba: eterno es nuestro amor mi diosa del Orión, en el paraíso solos tu y yo. Uno de los indígenas quiso acercarse hasta ellos, el profesor lo detuvo diciéndole: toma una piedra y arrójala hacia las osamentas, este lo hizo, la piedra se pulverizó al instante, ¿no te das cuenta que estamos ante un santuario? Somos privilegiados de contemplar lo que ante nuestros ojos esta, filmemos rápido todo y salgamos de aquí, pues esto se cerrara muy rápido, efectivamente así lo hicieron, no tocaron nada, filmaron y salieron rápido de allí, a los pocos instantes se cerro la puerta de la cueva, los indígenas la buscaron pero nunca la hallaron, se quedaron esa noche en la montaña, al filo de la media noche , vieron una luz esplendorosa, era el corcel con su amada y su perro romo, volaban a la eternidad. EUGENIA VILLAMIZAR LOPEZ La pluma mágica de gena López..
Posted on: Thu, 03 Oct 2013 15:05:15 +0000

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